«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a anunciar el
Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para
dar libertad a los oprimidos, y para proclamar el año de gracia del Señor». Lc 4, 18-19, Is
61, 1-2.