«El amor es paciente, es servicial, el amor no es envidioso ni busca aparentar, no es
orgulloso ni actúa con bajeza, no busca su interés, no se irrita, sino que deja atrás las
ofensas y las perdona, nunca se alegra de la injusticia, y siempre se alegra de la verdad.
Todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca terminará…»
1 Co 13, 4-8.