«No crean que he venido abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar pleno cumplimiento. Les aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley» Mt 5,17-18.

«Mandó que la gente se sentara en el suelo, tomó los siete panes, pronunció la acción de gracias, los partió y se los dio a sus discípulos para que los sirvieran. Y ellos los sirvieron a la gente» Mc 8,6-7.

«Effetá», que quiere decir: «Ábrete». Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la atadura de su lengua y hablaba sin dificultad. Mc 7,34-35.

«¿Por qué esta generación pide un signo?». Mc 8,12.

«¡Mujer, que grande es tu fe!» Mt 15,28.

«Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. El que tenga oídos para oír, que oiga» Mc 7,15-16.

«Moisés dijo: "Honra a tu padre y a tu madre" y "el que maldiga a su padre o a su madre tiene pena de muerte"» Mc 7,10.

«En todas partes donde entraba, pueblos, ciudades y aldeas, colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto; y los que lo tocaban se sanaban» Mc 6,56.

«Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte» Mt 5,14.

«Vengan ustedes solos a un sitio tranquilo a descansar un poco» Mc 6,31.