SÁBADO DE LA SEMANA XVII DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL SÁBADO DE LA SEMANA XVII DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

«Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque caminarás delante del Señor, preparándole el camino; anunciando a su pueblo la salvación por el perdón de los pecados» (Lc 1, 76-77)

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tu sabiduría para que podamos comprender el mensaje que Jesús nos quiere comunicar en este día.

Espíritu Santo, otórganos la gracia para que la Palabra sea nuestra escuela de vida.

Madre Santísima intercede ante tu hijo Jesucristo por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo 14, 1-12

En aquel tiempo, el tetrarca Herodes oyó lo que se contaba de Jesús, y dijo a sus cortesanos: «Ese es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso se manifiestan en él poderes milagrosos».

Es que Herodes había hecho arrestar a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, por causa de Herodías, mujer de su hermano Felipe. Porque Juan le había dicho que no era lícito vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente que lo tenían por profeta.

El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera. Ella, instigada por su madre, le dijo: «Dame ahora mismo, en una bandeja, la cabeza de Juan Bautista». El rey se entristeció; pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se le dieran, y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Trajeron su cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven y ella se la llevó a su madre.

Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron y fueron a contárselo a Jesús.

Palabra del Señor.

 

 

———–

El pasaje evangélico de hoy narra la muerte de Juan Bautista y se ubica al inicio del capítulo 14, luego del discurso parabólico de Jesús del capítulo 13.

El texto se inicia con una expresión de Herodes que delata el peso de su conciencia, ya que él ordenó la decapitación de Juan Bautista.

Aunque Herodes tenía miedo matar a Juan Bautista, se enredó en el laberinto de una danza fatal y de la complacencia que estaba sustentada en la venganza, ya que Juan Bautista le dijo a Herodes que no era lícita su relación con Herodías.

Lo que le sucedió a Juan Bautista se considera como una prefiguración de lo que le sucedería a Jesús más adelante.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

Lo que le sucedió a Juan Bautista, el profeta del Altísimo, es lo que ocurre muchas veces con todas las personas que, siguiendo los preceptos cristianos, denuncian los abusos de personas que tienen poder económico y/o político.

Como se aprecia, Juan Bautista fue víctima de la corrupción, el flagelo que agobia a los sistemas de gobierno de muchos países del mundo. Lo cual revela la fragilidad espiritual de una gran proporción de personas que gestionan la administración pública y privada.

La causa central de la corrupción está en la espiritualidad de las personas; por ello, el abordaje de dicha problemática debe ser espiritual. En este sentido, todos estamos llamados a participar en la eliminación de este flagelo que aqueja a nuestros países.

Hermanos: a la luz de la Palabra, respondamos: ¿Cómo actuamos frente a las situaciones de corrupción que ocurren en nuestro país y en nuestro entorno más próximo?

Que las respuestas a esta pregunta permitan que, con la gracia de Dios, participemos más activamente en la lucha contra la corrupción y en la defensa de las causas justas.

¡Jesús nos ama!

  1. Oración

Amado Jesús, tú que guías nuestros pasos por el camino de la paz, otórganos la gracia de seguirte con valor y estar dispuestos a enfrentar con osadía los ataques de quienes abusan de las personas más vulnerables.

Espíritu Santo, amor del Padre y del Hijo, ilumina las mentes de las autoridades de gobierno para que siempre actúen a la luz de la Palabra de Dios.

Padre eterno y misericordioso, tú que suscitas la fuerza de la salvación, te suplicamos que recibas en tu Reino a las almas del Purgatorio.

Madre Santísima, Nuestra Señora de los Ángeles, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones.

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplemos a Nuestro Señor Jesucristo con el Cántico de Zacarías, ubicado en el capítulo 1 de Lucas, versículos del 68 al 79:

“Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos librará de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor, arrancados de las manos de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz”.

Queridos hermanos: invocando siempre la inspiración y el auxilio del Espíritu Santo, hagamos el propósito rezar y de actuar decididamente frente a los actos corrupción y de injusticia que ocurren contra las personas más vulnerables.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.