VIERNES DE LA SEMANA XXX DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL VIERNES DE LA SEMANA XXX DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

«Dichosos cuando los insulten y los persigan y los calumnien de cualquier modo por mi causa. Estén alegres y contentos porque su recompensa será grande en el cielo» Mt 5, 11-12a.

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tu sabiduría para que podamos comprender el mensaje que Jesús nos quiere comunicar en este día.

Espíritu Santo, otórganos la gracia para que la Palabra sea nuestra escuela de vida.

Madre Santísima intercede ante tu hijo Jesucristo por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 1-12a

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: «Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

Dichosos cuando los insulten y los persigan y los calumnien de cualquier modo por mi causa. Estén alegres y contentos porque su recompensa será grande en el cielo».

Palabra del Señor.

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Hoy 1° de noviembre, la Iglesia Universal, llena de gozo, celebra la Solemnidad de Todos los Santos. Desde el siglo IV, en Siria, se festejaba a todos los mártires. En el año 615, Bonifacio IV transformó un templo greco-romano en un templo cristiano dedicado a la Virgen María y a todos los santos.

La fiesta de todos los santos se celebraba inicialmente el 13 de mayo, pero en el año 741, el papa Gregorio III, la cambió al 1° de noviembre.

Hoy, en el día de todos los santos, meditamos el inicio del Sermón de la montaña con las bienaventuranzas, que son los valores más elevados del Reino de Dios. Constituyen la carta magna del nuevo programa divino, ya que son el trazo más bello del rostro de Jesús. Representan una hermosa y maravillosa oferta de misericordia divina para la humanidad, porque nos invita a una constante superación santificadora.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

Meditemos con San Agustín:

«¿Qué es seguir sino imitar? La prueba es que Cristo ha sufrido por nosotros “dejándonos un ejemplo” como dice el Apóstol Pablo, para que sigamos sus huellas.

Bienaventurados los pobres de espíritu. “Imitad al que por vosotros se ha hecho pobre por haceros ricos”.

Bienaventurados los mansos. Imitad al que ha dicho: “Aprended de mi porque soy manso y humilde de corazón”.

Bienaventurados a los que lloran. Imitad al que llora por Jerusalén.

Bienaventurados a los que tienen hambre y sed de justicia. Imitad al que ha dicho: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió”.

Bienaventurados los misericordiosos. Imitad al que socorre a aquel al que los bandidos han herido en el camino, dejándolo medio muerto y desesperado.

Bienaventurados los puros de corazón. Imitad al que no cometió pecado, ni se encontró mentira en su boca.

Bienaventurados los pacíficos. Imitad al que ha dicho a favor de sus perseguidores: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.

Bienaventurados los que sufren persecución por la justicia. Imitad al que ha sufrido por vosotros dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas.

Te veo, buen Jesús, con los ojos de la fe que tú has abierto en mí, te veo gritando y diciendo: “venid a mí y aprended de mi escuela”».

Hermanos: meditando la lectura de hoy, respondamos: ¿Seguimos el programa divino de salvación que representan las bienaventuranzas? ¿Cuál es el santo de nuestra predilección, seguimos su ejemplo luminoso?

Hermanos: que las respuestas a estas preguntas nos ayuden a seguir el ejemplo de los santos en el amor de Nuestro Señor Jesucristo.

¡Jesús nos ama!

  1. Oración

Padre eterno, fuente y origen de toda santidad, tú que has hecho resplandecer a todos los santos con gran variedad de dones, haz que al contemplarlos sepamos celebrar su grandeza.

Padre eterno, Señor Todopoderoso, que has querido que los santos fueran imágenes admirables de tu amado Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, concédenos que, por su ejemplo y por su intercesión, vivamos más plenamente unidos a Cristo.

Padre eterno, concede a todos los difuntos, de todo tiempo y lugar, gozar siempre de la compañía de Nuestra Santísima Madre María, de San José y de todos los santos.

Madre Santísima, Madre de la Divina Gracia, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplemos a Dios con la lectura de un escrito de San Ambrosio de Milán:

«Fortalecidos con las enseñanzas de las Escrituras, caminemos firmes hacia nuestro Redentor, Jesús, hacia la asamblea de los patriarcas; marchemos hacia nuestro padre Abrahán cuando llegue el día.

Vayamos sin temblar hacia esta asamblea de santos. ¡Iremos hacia nuestros padres, los que nos han enseñado la fe!; aunque nos fallen las obras, que nos ayude la fe, defendamos nuestra herencia.

Iremos al paraíso, …, allí donde ninguna nube, ninguna tormenta, ningún rayo, ninguna tempestad de viento, ni tinieblas, ni crepúsculo, ni verano, ni invierno marcará la inestabilidad del tiempo. Tan solo resplandecerá la claridad de Dios, porque Dios será luz para todos; esa luz verdadera que ilumina a todo hombre brillará para todos.

Iremos todos allá donde el Señor Jesús ha preparado unas moradas para sus pobres siervos, a fin de que allí donde Él se encuentra, estemos también nosotros».

Como dice el papa emérito Benedicto XVI, los santos no necesitan nuestros honores, pero nosotros sí necesitamos de sus luminosos ejemplos para despertar el deseo de ser como ellos, de ansiar vivir cerca de Dios y ser parte de su gran familia.

Además de su ejemplo, necesitamos de su intercesión por nosotros y por el mundo entero. No perdamos la oportunidad de recibir las gracias que, por intermedio de ellos, Dios nos puede alcanzar.

Que el Pan de los ángeles sea nuestro alimento en la Santa Eucaristía; que la Adoración Eucarística fortalezca nuestro diálogo íntimo con Jesús y que nuestras obras de misericordia sean siempre el firme testimonio de nuestro seguimiento a Nuestro Señor Jesucristo.

Hermanos: glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.