LECTIO DIVINA DEL SÁBADO DE LA SEMANA 1 DE ADVIENTO– CICLO A
«Lo que han recibido gratis, denlo gratis» Mt 10, 8.
Oración inicial
Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tus dones para que podamos comprender los tesoros de la sabiduría que Jesús nos quiere revelar en este día. Otórganos la gracia para meditar los misterios de la Palabra y revélanos sus más íntimos secretos.
Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
- Lectura
Lectura del santo evangelio según san Mateo, cap. 9, 35 al cap. 10, 1. 6-8
En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y pueblos enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias.
Al ver Jesús a la multitud, sintió compasión de ellos, porque estaban cansados y abandonados, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: «La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos; rueguen, pues, al dueño de la cosecha que mande trabajadores a recogerla».
Y llamó a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y toda dolencia. A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: «Vayan a las ovejas descarriadas del pueblo de Israel. Vayan y proclamen que el reino de los cielos está cerca. Curen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos, expulsen demonios. Lo que han recibido gratis, denlo gratis».
Palabra del Señor.
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Hoy celebramos la memoria obligatoria de San Ambrosio de Milán, obispo y doctor de la Iglesia. Nació en el año 337, en Tréveris, antigua Galia, en una noble familia cristiana. Cuando murió su padre, estudió en Roma e ingresó a la administración pública. En el año 370 fue enviado a Milán, donde, a la muerte del obispo arriano Ausencio, se desató un tumulto generalizado por el nombramiento del sucesor. Ambrosio ayudó a la pacificación y fue proclamado obispo por todo el pueblo. Recibió el bautismo y una semana después la ordenación episcopal. Murió en Milán el año 397.
Ambrosio fue un pastor ejemplar, incansable en el proceso de proclamación y meditación de la Palabra de Dios, defensor de la libertad de la Iglesia. Es uno de los doctores de la Iglesia.
En el texto evangélico de hoy, está integrado por los siguientes segmentos:
- Un resumen breve de la actividad de Jesús en el versículo 35 del capítulo 9.
- La compasión que conmovió a Jesús por la multitud en el versículo 36.
- El llamado de Jesús a la oración a Dios Padre para que envíe más trabajadores para su mies, en los versículos 37 y 38. Este segmento se ubica también en el capítulo 10 de Lucas, versículo 2.
- El llamado de los doce en el versículo 1 del capítulo 10 de Mateo. Este texto también se encuentra en el capítulo 3 de Marcos, versículos 13 al 19 y en el capítulo 6 de Lucas, versículos 12 al 16.
- Parte de las instrucciones que dio Jesús para la misión de los doce, ubicadas en los versículos 6 al 8 del capítulo 10 de Mateo.
- Meditación
Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?
En este Adviento, el texto de hoy resalta la importancia que tiene la misión de los doces apóstoles, que simbolizan a los pastores y comunidades de la Iglesia. El llamado de Jesús a los misioneros y su envío tiene un carácter universal porque es imperioso el anunciar la buena nueva.
Todos estamos llamados a la misión de llevar la Palabra de Dios y su amor a toda la humanidad, empezando por nuestras familias, centros de trabajos y/o estudios, comunidades, o por donde vayamos. La clave está en identificar los detalles de nuestra vocación para la misión.
El poder, las gracias y el amor de Nuestro Señor Jesucristo se transmite íntegramente a sus discípulos, y estas gracias se extienden en la actualidad a todos los discípulos del Señor, según la voluntad del Espíritu Santo. Por ello, todos los dones que hemos recibido de Dios, debemos ejercitarlos y brindarlos gratuitamente a nuestros hermanos, en el Santísimo Nombre de Dios.
Conscientes de que las recomendaciones de Jesús son muy diferentes a los criterios del mundo, respondamos desde lo profundo de nuestros corazones: ¿Cumplo y defiendo los criterios de la misión enunciados por Nuestro Señor Jesucristo?
La misión no es fácil, pero no es imposible con la ayuda de Dios. Que las respuestas a esta pregunta nos ayuden a ser misioneros muy activos de Nuestro Señor Jesucristo.
¡Jesús nos ama!
- Oración
Amado Jesús: concédenos también a nosotros la gracia de ser misioneros anunciadores de la alegría de la salvación que eres tú, amado Señor.
Santísima Trinidad: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, inspira y fortalece a la Iglesia en la misión de llevar el Evangelio y la misericordia a toda la humanidad.
Santísima Trinidad, te rogamos que envíes más obreros para la misión y que la novedad del Evangelio sea aceptada por toda la humanidad.
Madre Santísima, Madre del amor bendito, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.
- Contemplación y acción
Hermanos: contemplemos a Nuestro Señor Jesucristo con la lectura de un escrito de San Ambrosio de Milán, a quien celebramos hoy:
Cuando Jesús mandó a los discípulos ir a su mies, que había sido bien sembrada por el Verbo del Padre pero que necesitaba ser trabajada, cultivada, cuidada con solicitud para que los pájaros no saquearan la simiente, les dijo: “Miren que los mando como corderos en medio de lobos …” El Buen Pastor no podía temer a los lobos para su rebaño; sus discípulos no fueron enviados para ser una presa, sino para difundir la gracia…
Lo que el humilde Señor les ha mandado, sus discípulos lo cumplen por la práctica de la humildad. Porque los envía a sembrar la fe, no por obligación sino por la enseñanza; no haciendo servir la fuerza de su poder, sino exaltando la doctrina de la humildad. Y juzgó necesario unir la paciencia a la humildad, y de ahí el testimonio de Pedro en favor de Cristo: “Cuando lo insultaban no devolvía el insulto; cuando lo golpeaban no devolvía los golpes”.
Todo esto quiere decir: «Sed mis imitadores: abandonad el gusto por la venganza; a los golpes arrogantes responded devolviendo el mal a través de una paciencia que perdona. Que nadie imite por su propia cuenta lo que reprende de otro; la suavidad es la mejor respuesta a los insolentes».
Queridos hermanos: como hijos de Dios Padre, asumamos el compromiso de identificar, con la gracia del Espíritu Santo, cuál es nuestra misión en nuestras vidas para llevarla a cabo, con fe y con la mirada puesta en Nuestro Señor Jesucristo.
Dejemos que el Espíritu Santo nos inspire a través de la Palabra; así mismo, alimentemos nuestro corazón con la Santa Eucaristía y no dejemos de adorar al Santísimo Sacramento, ni de rezar el Santo Rosario.
Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas, poniendo en práctica la Palabra de Dios.
Oración final
Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.
Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.
Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.
Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.