VIERNES DE LA SEMANA 3 DE PASCUA – CICLO A

LECTIO DIVINA DEL VIERNES DE LA SEMANA 3 DE PASCUA – CICLO A

MEMORIA LIBRE DE SAN JOSÉ OBRERO

«¿No es este el hijo del carpintero?». Mt 13, 55.

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tus dones para que podamos comprender los tesoros de la sabiduría que Jesús nos quiere revelar en este día. Otórganos la gracia para meditar los misterios de la Palabra y revélanos sus más íntimos secretos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 54-58

En aquel tiempo, Jesús fue a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decía admirada «¿De dónde saca este esa sabiduría y esos milagros? ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No es su madre María y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde le viene todo esto?». Y se escandalizaban a causa de él. Jesús les dijo: «Solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta». Y no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe.

Palabra del Señor.

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Hoy, en el día internacional del trabajo, la Iglesia universal recuerda a San José Obrero, celebración instituida el 1° de mayo de 1955, por el Papa Pío XII.

Para la gente que lo conocía, José era un auténtico obrero. José seguramente era fuerte y seguro de sí mismo, como los muebles que fabricaba; era un hombre cuya fuerza silenciosa ayudó a que la historia de la salvación se lleve a cabo y llegue a buen término.

San José es el varón justo, creyente y con plena disposición para seguir los designios de Dios; por eso, fue elegido por Dios Padre para contribuir a que se establezca su reino, dando protección familiar y legal a la Virgen María, además de otorgarle la estirpe de David a Jesús.

Cuando la gente cuestiona la autoridad de Jesús para hablar con tanta sabiduría, señala su linaje inmediato: «¿No es este el hijo del carpintero?». San José era un trabajador nato, que entendió de carencias, supo de estrecheces en su familia y las llevó con dignidad, sufrió emigración forzada, conoció el cansancio del cuerpo por su esfuerzo, sacó adelante su responsabilidad familiar; es decir, vivió como vive cualquier trabajador y probablemente tuvo dificultades laborales mayores que muchos de ellos.

En el pasaje evangélico, la gente no niega los hechos prodigiosos realizados por Jesús, pero no cree que Él es el Mesías y considera que su origen humilde es incompatible con su condición de enviado glorioso de Dios Padre. Frente a esta ingratitud, Jesús expresa que sólo en su casa y en su pueblo rechazan a un profeta.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

Bienaventurado San José, humildísimo José, artesano y trabajador, las clases trabajadoras de nuestros días deberían mirarte como especial patrón y modelo suyo.

En las difíciles circunstancias actuales, recordamos a todos los trabajadores del mundo, pidiendo a la Santísima Trinidad, por intercesión de Nuestra Santísima Madre, para que no falte el sustento diario a sus familias y sean instrumento de paz, de evangelización, de serena inteligencia, de valor y de confianza en sí mismos, de esperanzas de bien y de ferviente voluntad, dignos de la gracia divina.

San José predicó su evangelio del trabajo conociendo íntimamente la realidad laboral que tiene por protagonistas a todos los hombres y mujeres del mundo.

En el mundo actual, en innumerables ocasiones, pensamos que nuestros logros se oponen al poder de Dios y rivalizamos con el Creador, actuando con incredulidad. Sin embargo, San José es un maravilloso ejemplo de convencimiento pleno de que los logros del hombre son signo de la grandeza de Dios y un resultado de su inefable designio.

Por ello, cuanto mayor es el poder de una persona, su responsabilidad individual y colectiva es mayor ante Dios, en su misión de contribuir a edificar un mundo más justo. En este sentido, San José es el mejor y el más grande referente para ejercer el cuidado de la Sagrada Familia. Por ello, San José es protector, intercesor, patrono de la Iglesia, patrono del trabajo, defensor de las familias, es a quien vamos a invocar de manera especial.

La ceguera de una parte del pueblo judío, en la época de Jesús, también se repite en la actualidad. Muchas veces nos cuesta reconocer la presencia de Dios entre nosotros. Pareciera que esperamos signos prodigiosos para creer en Él.

Hermanos: a la luz de la Palabra, respondamos: ¿Qué cosas podemos aprender de nuestros trabajos, de nuestros colegas? ¿Cómo está nuestro nivel de confianza en la Santísima Trinidad cuando disfrutamos de nuestras alegrías y enfrentamos las tribulaciones? ¿Por qué se hace difícil reconocer que Jesús está a nuestro lado en forma permanente?

Que las respuestas a estas preguntas nos ayuden, por intercesión de San José, encontrar las lecciones más profundas sobre el trabajo edificante, aun cuando ya seamos jubilados. Así mismo, que aprendamos a reconocer la presencia de Nuestro Señor Jesucristo en nuestras vidas.

¡Jesús nos ama!

  1. Oración

Bienaventurado San José, carpintero de Nazaret, intercede por todos los trabajadores del mundo que están pasando momentos difíciles por la pandemia del coronavirus, otórgales la ayuda que necesitan y los dones para que sean el reflejo de tu entrega al trabajo por el bien de la Sagrada Familia.

Amado Jesús, tú que te presentaste ante tu pueblo como verdadero Dios y verdadero hombre, concédenos la gracia de mirar al prójimo con los ojos del corazón y que no nos guiemos por las apariencias.

Espíritu Santo, amor del Padre y del Hijo, envía tu luz desde el cielo e ilumina nuestras mentes para reconocer a Dios en todas las circunstancias de nuestras vidas.

Padre eterno y misericordioso, te suplicamos que recibas en tu Reino a las almas del Purgatorio; de manera especial, te pedimos por los agonizantes y por las almas que más necesitan de tu misericordia.

Madre Celestial, Madre de la Divina Gracia, Madre del amor hermoso, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones.

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplando las hermosas virtudes que caracterizaron a San José, queremos sumergirnos en el abismo infinito de Dios, alabando y bendiciendo a la Santísima Trinidad por su amor y misericordia. Repitamos durante el día:

“¡Qué magníficas son tus obras Señor, qué profundos tus designios!”

Queridos hermanos: honremos a Dios santificando el trabajo diario con el que nos ganamos el pan de cada día. Disfrutemos el gozo espiritual que el Señor nos regala al compartir lo nuestro con los demás. Invoquemos siempre la inspiración y el auxilio del Espíritu Santo, y hagamos el propósito de contemplar la acción de Dios en nuestras vidas, reconociendo su presencia a la luz de la Palabra. No dejemos de pedir a San José su intercesión por nuestras intenciones.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.