SÁBADO DE LA SEMANA IX DE TIEMPO ORDINARIO – CICLO A

LECTIO DIVINA DEL SÁBADO DE LA SEMANA IX DE TIEMPO ORDINARIO – CICLO A

HOY CELEBRAMOS A SAN MARCELINO CHAMPAGNAT, FUNDADOR DE LOS HERMANOS MARISTAS

«Les aseguro que esa viuda pobre ha echado más que todos los demás. Pues todos han echado de lo que les sobraba; ella, en cambio, ha echado de lo que necesitaba, todo lo que tenía para vivir». Mc 12, 43-44.

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tus dones para que podamos comprender los tesoros de la sabiduría que Jesús nos quiere revelar en este día. Otórganos la gracia para meditar los misterios de la Palabra y revélanos sus más íntimos secretos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Marcos 12, 38-44

Y Jesús les enseñaba: «Guárdense de los escribas, que gustan pasear con amplio ropaje, ser saludados en las plazas, ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y que devoran los bienes de las viudas con el pretexto de largas oraciones. Éstos tendrán un juicio más riguroso».

Jesús se sentó frente al arca del Tesoro y miraba cómo echaba la gente monedas en el cofre. Muchos ricos echaban en cantidad. Pero llegó una viuda pobre y echó dos monedas de muy poco valor. Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: «Les aseguro que esa viuda pobre ha echado más que todos los demás. Pues todos han echado de lo que les sobraba; ella, en cambio, ha echado de lo que necesitaba, todo lo que tenía para vivir».

Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

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Hoy se celebra a San Marcelino Champagnat, sacerdote francés, fundador de la Congregación de los Hermanos Maristas. Nació el año 1789, el mismo año de la Revolución Francesa, en Rosey al sur de Lyon. A los 24 años, estando en el Seminario mayor, con otros seminaristas, empezó a madurar la idea de fundar una congregación de Hermanos, dedicados a la enseñanza y a la catequesis de los niños.

Tres años después fue ordenado sacerdote. Tras una fuerte experiencia con un joven moribundo, el P. Champagnat decide fundar una congregación de Hermanos que se dedicaran a la enseñanza y a la catequesis de los niños y jóvenes, especialmente los más necesitados. De esta manera nación el Instituto de los Hermanos Maristas. Murió el 6 de junio de 1840, a los 51 años. Fue beatificado por Pío XII, el 29 de mayo de 1955, domingo de Pentecostés y canonizado el 18 de abril de 1999.

El pasaje evangélico que hoy meditamos está integrado por dos textos: el primero, denominado “Invectiva contra los letrados” se ubica también en el evangelio de Lucas, en el capítulo 20, versículos 45 al 47; y el segundo, denominado “la ofrenda de la viuda” que también se encuentra en el evangelio de Lucas, capítulo 21, versículos 1 al 4.

Los letrados o maestros de la ley eran apreciados y respetados por el pueblo. Sin embargo, Jesús los denuncia por su hipocresía y corrupción, ya que se aprovechaban de la fe del pueblo para favorecer sus intereses.

Mientras los letrados simbolizan la acumulación de riqueza, la viuda da su ofrenda con generosidad. Ella representa a los excluidos de Israel, que no da lo que le sobra como los ricos, sino que pone en manos de Dios todo lo que tiene. De esta manera, Jesús cambia el concepto de limosna parcial por el de solidaridad total, destacando un aspecto fundamental en la vida del cristiano: la calidad de las ofrendas.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

Toda limosna y ofrenda es una forma de reconocer que todos los bienes y dones que administramos pertenecen a Dios; no nos pertenecen.

Qué vale más: ¿los dos centavos de la viuda o los mil denarios de los ricos? El desprendimiento heroico de la viuda redefine y revitaliza el concepto de providencia, uniéndolo al amor confiado en Dios Padre y a la humildad.

La providencia no niega el valor de la previsión, pero nos aproxima y nos une a la verdadera riqueza, que es la solidaridad, la entrega a los demás por el amor de Dios. De esta manera se transita de la ostentación a la profundidad el corazón.

Hermanos: haciendo silencio en nuestro corazón, respondamos: ¿Buscamos los honores y el reconocimiento humano o confiamos en las recompensas escondidas de la Santísima Trinidad? ¿Practicamos la solidaridad con las personas más necesitadas?

Que las respuestas a estas preguntas nos ayuden participar en la construcción de una sociedad más solidaria y fraterna, siguiendo las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo.

¡Jesús nos ama!

  1. Oración

Padre Santo, que por medio de tu Hijo unigénito has revelado el mandamiento de la nueva ley y nos has dado a San Marcelino como ejemplo admirable del modo de vivirlo, concédenos, te rogamos, que también nosotros, siguiendo sus enseñanzas, amemos a los hermanos de corazón, y conduzcamos el mundo al conocimiento de la verdad en Cristo.

Amado Jesús, tú que has recorrido la senda de la humildad y la sencillez, te suplicamos nos enseñes a no depender de los bienes materiales, sino que nuestra confianza esté puesta en ti, Dios verdadero.

Espíritu Santo, inspira en la humanidad un amor más profundo por todos nuestros semejantes, para que los gobernantes de todos los países tengan siempre la opción preferencial por los más necesitados.

Amado Jesús, ten piedad de los difuntos y ábreles la puerta de la mansión eterna.

Madre Santísima, Madre del Amor hermoso, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Contemplemos a Nuestro Señor Jesucristo con un texto de Evragio Póntico:

«Tienes al Señor Jesús, que censura a Marta y le dice: “Por qué andas inquieta y preocupada por muchas cosas, cuando en realidad una sola es necesaria” (Lc 10,41). Escuchar la Palabra divina -dice-, y después encontrará todo, sin pena. Por eso continua de inmediato diciendo también: “Maria ha escogido la mejor parte y nadie se la quitará” (Lc 10,42).

Tienes también, a continuación, el ejemplo de la viuda de Sarepta: sabes que ella acogió de manera hospitalaria al profeta. Aun teniendo solo pan y agua, puedes ganarte con ellos el salario de la hospitalidad. Ahora bien, aunque no tuvieras ni siquiera estas cosas y acogieras al huésped solo con un propósito bueno y le ofrecieras únicamente una palabra útil, también así podrías ganarte igualmente el salario de la hospitalidad. Se ha dicho, en efecto, que “la Palabra es mejor que el don”.

Es menester que tengas ese sentir respecto a la limosna. No desearás, por consiguiente, tener riquezas para darlas a los pobres, también esto es un engaño del maligno, que conduce con frecuencia a la vanagloria y entrega el intelecto a pensamientos que son causa de gran ajetreo.

Tienes en el evangelio a la viuda de la que da testimonio el Señor Jesús, que con “con sólo dos moneditas” superó tanto la decisión como el poder de los ricos. Éstos -dice el Señor- “echaron en el tesoro, lo superfluo; ella, en cambio, toda su sustancia».

Queridos hermanos, hagamos el firme propósito de evangelizar mostrándonos solidarios con nuestros hermanos más necesitados material y espiritualmente. Así mismo, encendamos nuestras alertas ante cualquier atisbo de orgullo y vanagloria.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.