MARTES DE LA SEMANA XXI DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO A

LECTIO DIVINA DEL MARTES DE LA SEMANA XXI DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO A

SAN JOSÉ DE CALASANZ, PRESBÍTERO

«Limpia primero la copa por dentro, y así quedará limpia también por fuera» Mt 23, 26.

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tus dones para que podamos comprender los tesoros de la sabiduría que Jesús nos quiere revelar en este día. Otórganos la gracia para meditar los misterios de la Palabra y revélanos sus más íntimos secretos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo 23, 23-26

En aquel tiempo, Jesús habló a la gente diciendo: «¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, y descuidan lo más importante de la Ley: la justicia la misericordia y la fidelidad! Hay que hacer esto, pero sin descuidar aquello.

¡Guías ciegos que cuelan el mosquito pero que tragan el camello! ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras que por dentro están rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa por dentro, y así quedará limpia también por fuera».

Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

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Hoy celebramos a San José de Calasanz. Nació en Aragón, España, en 1556. Su padre, que era gobernador de la región, quería que fuera militar, pero desde su niñez se entusiasmó por la vida sacerdotal.

Su padre también deseaba que José fuera el heredero administrador de sus bienes y riquezas, pero cayó enfermo de gravedad. El joven le prometió a Dios que, si le concedía la curación, se dedicaría únicamente a trabajar por la salvación de las almas. El joven se curó y entonces su padre le permitió cumplir su promesa, y fue ordenado sacerdote. Antes se había graduado de doctor en la universidad de Alcalá.

Murió el 25 de agosto de 1648; fue beatificado el 7 de agosto de 1748 y canonizado por Clemente XIII, el 16 de julio de 1767. El 13 de agosto de 1948 el papa Pío XII lo proclamó patrono de las Escuelas Populares Cristianas del mundo.

El pasaje evangélico de hoy forma parte del pasaje denominado “Invectiva contra los letrados y los fariseos” que se extiende desde el versículo 1 al 36 del capítulo 23 de Mateo, en el que Jesús censura siete veces su espiritualidad, los siete “ayes” de Jesús. Hoy meditamos los versículos 23 al 26, y mañana meditaremos del 27 al 32. El texto de hoy presenta la cuarta y quinta censura de Jesús a los letrados y fariseos.

En la cuarta censura, entre los versículos 23 y 24, refiriéndose a los diezmos, Jesús denuncia su alta escrupulosidad para las cosas menos importantes, omitiendo lo esencial, que es la justicia, la misericordia y la fe.

En la quinta, entre los versículos 25 y 26, Jesús censura la hipocresía farisaica que tenía códigos extremos para purificar los utensilios para comer, dejando de lado la purificación del alma. De esta forma Jesús critica la doble moral de los fariseos.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

En el pasaje evangélico de hoy Nuestro Señor Jesucristo nos llama a no caer en las apariencias externas, sino a cumplir amorosa y profundamente sus enseñanzas. Tomar esta valiosa decisión nos vincula con la sinceridad, que prioriza el amor, la misericordia y todo aquello que nace del corazón del hombre y que está inspirado por el Espíritu Santo.

Todo esto requiere de una labor espiritual paciente y perseverante de desapropiación de todo aquello que se nos ha otorgado de manera gratuita y por pura misericordia. En este proceso siempre aparece la tentación de la soberbia que acentúa las cosas insignificantes para entretener el espíritu, justificando, incluso, nuestros extravíos. Ceder a esta tentación, es dar paso al ego, cuyo alimento esencial es la apariencia.

Hermanos: meditando la lectura de hoy, respondamos: ¿Damos paso a las apariencias en nuestra vida? ¿Somos fieles a las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo? ¿Somos misericordiosos con nuestros hermanos más necesitados?

Hermanos: que las respuestas a estas preguntas nos ayuden a incrementar nuestra fidelidad a Nuestro Señor Jesucristo y a contribuir a promover conductas coherentes con los principios cristianos.

¡Jesús nos ama!

  1. Oración

Padre eterno, Dios nuestro, que has enriquecido a san José de Calasanz con la caridad y la paciencia, para que pudiera entregarse sin descanso a la formación humana y cristiana de los niños, concédenos, te rogamos, imitar en su servicio a la verdad al que veneramos hoy como maestro de sabiduría.

San José de Calazanz, elegido por el Señor para formar y educar el espíritu de los niños y jóvenes en la sabiduría, el amor y la piedad, y prepararlos para la vida y sus durezas, intercede ante la Santísima Trinidad por todos los maestros y alumnos del mundo entero, para que, inspirados por el Espíritu Santo, sean un vivo testimonio de Nuestro Señor Jesucristo.

Amado Jesús, con una plena disposición a seguirte, fortalece con tu Santo Espíritu nuestros esfuerzos para que nuestra conducta diaria sea coherente con tus enseñanzas.

Amado Jesús, mira con bondad y misericordia a las almas del purgatorio, y permíteles alcanzar la vida eterna en el cielo.

Madre Santísima, Madre de la Iglesia, Madre del buen consejo, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Hermanos contemplemos a Dios con un texto de San José de Calasanz:

«El temor de Dios, que es principio de la sabiduría (Prov. 1,7), consiste en estar siempre vigilantes para no hacer nada que ofenda a Dios. Y porque somos tan frágiles por nuestra naturaleza, se llama bienaventurado a quien anda siempre con ese temor. Este debemos tenerlo todos nosotros y, fundamentalmente, los maestros y enseñarlo siempre a los alumnos. Si con él observamos la pobreza, contentándonos con una vida austera, haremos una gran adquisición para la otra vida».

Queridos hermanos: esforcémonos por ser coherentes con las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo. Pidamos al Espíritu Santo los dones para obrar siempre en concordancia con el mandamiento del amor, siempre con sinceridad.

En palabras de San Agustín, estemos atentos porque “siempre está el ojo avizor contra nosotros del antiguo enemigo; no nos durmamos. El enemigo sugiere halagos, pone celadas, introduce malos pensamientos y, para llevarnos a dolorosa ruina, pone delante lucros y amenaza con perjuicios”.

Hermanos aumentemos nuestra fortaleza ante las acechanzas del enemigo; para ello, meditemos diariamente la Palabra, fuente de sabiduría, gozo, paz y misericordia. Acudamos a la Santa Eucaristía, adoremos en nuestro corazón al Santísimo Sacramento, recemos el Santo Rosario y realicemos obras de misericordia en el Santísimo Nombre de Jesús.

Glorifiquemos a la Santísima Trinidad con nuestras vidas.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.