JUEVES DE LA QUINTA SEMANA DE PASCUA DE RESURRECCIÓN – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL JUEVES DE LA QUINTA SEMANA DE PASCUA DE RESURRECCIÓN – CICLO C

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tu sabiduría para que podamos comprender el mensaje que Jesús nos quiere comunicar en este día.

Espíritu Santo, otórganos la gracia para que la Palabra sea nuestra escuela de vida.

Madre Santísima intercede ante tu hijo Jesucristo por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 9-11

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así los he amado yo; permanezcan en mi amor. Si guardan mis mandamientos, permanecerán en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he hablado de esto para que mi alegría esté en ustedes, y su alegría sea completa».

Palabra del Señor.

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El pasaje evangélico del día de hoy se encuentra a continuación del texto de ayer, y también forma parte de la parábola de la Vid verdadera, relato que comprende los versículos del 1 al 17, del capítulo 15 de San Juan.

En la lectura del día de hoy y en el marco del relato de la vid verdadera, Jesús destaca que nuestra decisión de permanecer en su amor, es esencial para nosotros porque su amor es la savia que nos mantiene vivos espiritualmente, alegres y unidos a Él y a Dios Padre.

Jesús insiste amorosamente en que permanezcamos en su amor, como Él permanece en el amor de Dios Padre.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

Jesús desea que todos participemos de la plenitud de su amor y del amor de Dios Padre; por ello, este maravilloso relato de la vid verdadera es un tierno llamado y, a la vez, una advertencia para no romper los canales que nos unen a la fuente de agua viva, que es Jesús.

Insistimos fraternalmente en que debemos llegar al convencimiento pleno de que todo lo que podemos hacer, lo podemos por Jesús, que sin Jesús no podemos hacer nada, que separados de Él seríamos sarmientos secos, sin vida y sin frutos.

Hermanos, como sarmientos, no nos separemos de Jesús, no rompamos esos vínculos con Jesús, para no terminar secándonos y muriendo espiritualmente a manos de los pecados mortales.

Hermanos, con nuestra firme decisión de permanecer en el amor de Jesús, respondamos lo siguiente: ¿Cómo podemos unirnos más a Jesús y permanecer con más firmeza en su amor? ¿Cómo podemos acercarnos más al amor con el que Jesús nos amó y nos ama?

Hermanos, que las respuestas a estas preguntas nos permitan cumplir los mandamientos del Señor y permanecer en el amor de Jesús, invocando siempre al Espíritu Santo.

Jesús nos ama.

  1. Oración

Padre eterno, viñador maravilloso, queremos permanecer unidos al amor de Jesús y a tu amor; permítenos mantenernos unidos a Nuestro Señor Jesucristo, para dar frutos de vida que contribuyan a fortalecer nuestra fe, la fe de los demás y glorificando siempre tu Santo Nombre.

Madre Santísima, Madre del Salvador, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplemos al amor de la Santísima Trinidad con la lectura de una parte del salmo 95:

«Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra; cantad al Señor, bendecid su nombre, proclamad día tras día su victoria.

… Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; vitoreen los campos y cuanto hay en ellos, aclamen los árboles del bosque, delante del Señor, que ya llega, ya llega para regir la tierra; regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad.»

Hermanos, invoquemos diariamente al Espíritu Santo para que nos fortalezca, inspire y permanezcamos siempre unidos al amor de Jesús.

Hermanos: estemos siempre alertas para no caer en situaciones de riesgo de pecado mortal; recurramos siempre al sacramento de la penitencia y que la Santa Eucaristía sea nuestro alimento espiritual, conjuntamente con la Palabra de Dios, con la intención de convertirla en acciones concretas y ser cada vez más firmes en el amor del Señor.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.