LECTIO DIVINA DEL MARTES DE LA SEGUNDA SEMANA DE PASCUA DE RESURRECCIÓN – CICLO C
Oración inicial
Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tu sabiduría para que podamos comprender el mensaje que Jesús nos quiere comunicar en este día.
Espíritu Santo, otórganos la gracia para que la Palabra sea nuestra escuela de vida.
Madre Santísima intercede ante tu hijo Jesucristo por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
- Lectura
Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 5a. 7b-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: «Ustedes tienen que nacer de nuevo». El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu».
Nicodemo le preguntó: «¿Cómo puede suceder eso?». Le contestó Jesús: «Tú eres el maestro de Israel, ¿y no sabes esto? Te aseguro, de lo que sabemos hablamos; de lo que hemos visto damos testimonio, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. Si no creen cuando les hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo creerán cuando les hable del cielo? Porque nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.»
Palabra del Señor.
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El texto de hoy narra la segunda parte de la conversación de Jesús con Nicodemo, que era un importante personaje entre los judíos; la primera parte de la conversación pertenece al evangelio del día de ayer.
En el pasaje de ayer, Nicodemo no comprende que la acción del Espíritu Santo transforma y permite conocer a Jesús, su Palabra y a Dios Padre por medio de Él.
En la lectura de hoy, Jesús reprende a Nicodemo por su falta de comprensión, aludiendo a la condición que ostentaba Nicodemo, la de maestro. Además, Jesús hace referencia al conocimiento que tiene del cielo como Hijo del hombre, refiriéndose a las escrituras, específicamente, al libro de los Números, capítulo 21, versículos del 6 al 9, con el fin de señalar la forma cómo tiene que ser elevado el Hijo del hombre para que el creyente tenga vida eterna.
En los versículos siguientes, del 16 al 21, Jesús sigue hablando explícitamente de la importancia de creer en Él, de la fe, de la vida eterna.
- Meditación
Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?
En la segunda parte del diálogo con Nicodemo, Jesús expresa que tenemos que dejar que el Espíritu Santo actúe en nosotros. Así mismo, Jesús nos exhorta a escuchar el testimonio vivo y siempre actual de su Palabra.
Hermanos, la Palabra del Señor es una fuente de eternidad, en la que Jesús revela una vida nueva, a través de su pasión, muerte y resurrección; y la fe es el fundamento que necesitamos para participar de esta realidad presente y eterna.
Hermanos, con la plena conciencia del poder del Espíritu Santo, respondamos: ¿cómo está nuestra fe en la vida nueva presente y futura que Jesús nos promete? ¿Damos testimonio a las demás personas sobre los cambios que el Espíritu Santo realiza en nosotros?
Hermanos, que las respuestas a estas preguntas nos ayuden siempre a renovar nuestras vidas.
Jesús nos ama.
- Oración
Amado Señor Jesús, tú que entregaste la vida dando la mayor prueba de amor por nosotros, renuévanos con el Espíritu Santo para ser dignos discípulos tuyos.
Amado Señor Jesús, otórganos la gracia de aumentar nuestra fe, de conocerte más y ser testimonio de tu amor en nuestras vidas.
Madre Celestial, Madre de la Divina Gracia, intercede ante tu hijo amado por nuestras peticiones.
- Contemplación y acción
Hermanos, en este tiempo de Pascua de Resurrección, contemplemos al amor de los amores, a Jesús, repitiendo durante el día, el versículo 16 del capítulo 3 del evangelio de San Juan:
“Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para quien crea en Él no muera, sino tenga vida eterna”.
Queridos hermanos: no dejemos de invocar al Espíritu Santo en nuestras oraciones diarias, pidamos sus dones para que nuestra vida de testimonio del amor de Dios.
Oración final
Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.
Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.
Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.
Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.