LECTIO DIVINA DEL MIÉRCOLES DE LA SEGUNDA SEMANA DE PASCUA DE RESURRECCIÓN – CICLO C
Oración inicial
Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tu sabiduría para que podamos comprender el mensaje que Jesús nos quiere comunicar en este día.
Espíritu Santo, otórganos la gracia para que la Palabra sea nuestra escuela de vida.
Madre Santísima intercede ante tu hijo Jesucristo por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
- Lectura
Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 16-21
Dijo Jesús: “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en Él, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de Él. El que cree en Él, no es condenado, por el contrario, el que no cree ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra mal, detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.
Palabra del Señor.
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El texto de hoy se presenta después de la conversación de Jesús con Nicodemo, que se leyó en los dos días previos.
Si bien en la lectura de hoy se entretejen expresiones de Jesús, vivencias de los testigos que lo seguían y comentarios del evangelista; el texto expresa todo el amor y la ternura de Dios Padre, que se revela a través de su hijo, Nuestro Señor Jesucristo.
Así mismo, expresa de manera contundente que el comportamiento humano puede estar inspirado por las tinieblas o por la luz de Nuestro Señor Jesucristo; señalando las consecuencias eternas de las conductas humanas.
- Meditación
Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?
El Evangelio de San Juan nos habla acerca del infinito amor de Dios hacia la humanidad. El objetivo fundamental de este amor es que todo aquel que crea en Jesús, se transforme por su amor y tenga vida eterna.
Este amor infinito es eterno, nace en Belén y se despliega con toda su magnificencia en la pasión, crucifixión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Para participar de este amor, es necesario creer; por ello, Jesús señala que es necesaria una regeneración basada en la fe.
Nuestro Señor Jesucristo no viene a juzgar sino a perdonar nuestros pecados y llevarnos a la vida eterna mediante la luz de su Palabra; por ello, busquemos siempre esa luz redentora en las palabras de Jesús, alejándonos de las tinieblas.
Queridos hermanos, meditando la palabra de hoy y desde la intimidad de nuestro corazón, respondamos las siguientes preguntas: ¿somos conscientes del amor que Dios Padre nos tiene, al enviar a su Hijo único a morir en una cruz y luego resucitar? ¿Es la Palabra de Dios fuente de vida para nosotros?
Hermanos, que las respuestas a estas preguntas nos impulsen a reconocer y a vivir el infinito amor que Dios nos tiene.
Jesús nos ama.
- Oración
Amado Señor Jesús, haz que tu Santo Espíritu nos ilumine con su luz para discernir, conocer y saber cómo pensar, como obrar y actuar según tu Palabra.
Madre Celestial, Madre de la Divina Gracia, intercede ante tu hijo amado por nuestra petición. Amén
- Contemplación y acción
Amado Jesús, en tu encarnación te hiciste uno de nosotros y por tu pasión, muerte y resurrección nos haces hijos del Padre Celestial, con esta santa liberación y libres de todo temor, nos consagramos a tu santa voluntad y servicio.
Amado Jesús, que la luz de tu Santo Espíritu nos ilumine para ayudar a nuestros hermanos más necesitados y que todos juntos seamos Iglesia santificada por tu sangre preciosa y, así, amado Señor, la creación entera te alabe y te bendiga ahora y por siempre.
Queridos hermanos, busquemos cada día de nuestras vidas la santa presencia del Espíritu Santo para que nos ilumine y conduzca en todas nuestras actividades diarias. También, no dejemos nunca de alimentarnos de la Santa Eucaristía.
Oración final
Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.
Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.
Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.
Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.