SÁBADO DE LA QUINTA SEMANA DE PASCUA DE RESURRECCIÓN – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL SÁBADO DE LA QUINTA SEMANA DE PASCUA DE RESURRECCIÓN – CICLO C

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tu sabiduría para que podamos comprender el mensaje que Jesús nos quiere comunicar en este día.

Espíritu Santo, otórganos la gracia para que la Palabra sea nuestra escuela de vida.

Madre Santísima intercede ante tu hijo Jesucristo por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 18-21

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si el mundo los odia, sepan que me ha odiado a mí antes que a ustedes. Si fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya, pero como no son del mundo, sino que yo los elegí y los saqué de él, por eso el mundo los odia. Acuérdense de lo que les dije: “No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la de ustedes”. Y todo eso lo harán con ustedes, a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió».

Palabra del Señor.

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La lectura del día de hoy se ubica a continuación del maravilloso relato de la vid verdadera que hemos meditado durante los tres días anteriores.

Se puede destacar que uno de los vínculos santos entre el relato de la vid verdadera y el pasaje evangélico de hoy, es la elección de los discípulos por parte de Jesús, que Él mismo la reafirma en el versículo 19: “Si fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya, pero como no son del mundo, sino que yo los elegí y los saqué de él, por eso el mundo los odia”.

Así mismo, Jesús advierte a sus discípulos sobre el escenario futuro que les espera, en el que serán objeto de odio y persecución por su santo nombre.

El odio del mundo estaba representado por los líderes religiosos judíos, que no habían reconocido a Jesús como el Mesías enviado por Dios y, por lo tanto, no reconocían sus enseñanzas divinas. Jesús fue perseguido por ellos y a sus discípulos les prohibieron que hablaran en el nombre de Jesús.

Seguir a Jesús no fue tarea fácil para los apóstoles, sin embargo, con la fuerza del Espíritu Santo supieron perpetuar sus enseñanzas y mantener viva a la naciente Iglesia, aún a costa de duras privaciones, persecuciones y martirios.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

Una vez más, Jesús señala que sus enseñanzas son contrarias a las propuestas que nos hace el mundo, el cual se opone radicalmente al amor de Dios.

Por ejemplo, vemos en nuestras sociedades cómo la corrupción ha penetrado todas las instancias de la gestión pública y privada; así mismo, cómo sigue proliferando la violencia hacia la mujer y hacia los grupos de personas vulnerables, como los niños y ancianos; cómo la ideología de género desea socavar las bases de la familia cristiana; cómo la intolerancia genera dictaduras, guerras, genocidios y persecuciones, entre otros flagelos que agobian a la humanidad.

Las propuestas del mundo están inspiradas principalmente en el egoísmo y suelen dar satisfacciones efímeras, pero no llevan a la plenitud de vida a la que Jesús ha llegado y ha alcanzado para todos nosotros.

Seguirlo a Jesús en sus enseñanzas y en sus virtudes es nuestro objetivo para alcanzar la gloria eterna; estar con Él será nuestra felicidad plena.

Hermanos, meditando la lectura de hoy, respondamos de corazón: ¿Cómo actuamos y cuáles son nuestras respuestas frente a las múltiples propuestas que el mundo nos ofrece? ¿Cómo respondemos a los rechazos del mundo por nuestras creencias cristianas?

Hermanos, que las respuestas a estas preguntas nos ayuden a ser verdaderos seguidores y amigos de Jesús.

Jesús nos ama.

  1. Oración

Amado Jesús, Maestro y amigo, concédenos un espíritu humilde y otórganos la gracia de seguirte siempre. Que nuestra confianza y fe en tu Palabra se fortalezca día a día para dar fruto y acercar muchas personas a ti.

Amado Jesús, protégenos con el Espíritu Santo para que no nos veamos tentados por la búsqueda del éxito del mundo y, al contrario, seguirte a ti sea nuestro triunfo y nuestra gloria.

Madre Santísima, Madre de la Divina Gracia, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Queridos hermanos: contemplemos a Dios con la lectura de una parte del salmo 99:

“Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría, entrad en su presencia con aclamaciones.

Sabed que el Señor es Dios: que él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño.

Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con himnos, dándole gracias y bendiciendo su nombre: El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades”.

Queridos hermanos: dispongamos nuestro corazón para fortalecer nuestro seguimiento a Jesús, aún en medio de los rechazos y de las tribulaciones. Que la oración nos ayude a contemplar el amor y la misericordia de Dios; por ello, hagamos el propósito de rezar el Santo Rosario diariamente, para que nuestra Santísima Madre interceda ante la Santísima Trinidad por nosotros y nuestras peticiones.

Acerquémonos también al Señor a través de los santos sacramentos, en especial, el de la penitencia y la Eucaristía; así mismo, que la lectura meditada de la Palabra sea también nuestro alimento espiritual.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.