VIERNES DE LA QUINTA SEMANA DE PASCUA DE RESURRECCIÓN – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL VIERNES DE LA QUINTA SEMANA DE PASCUA DE RESURRECCIÓN – CICLO C

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tu sabiduría para que podamos comprender el mensaje que Jesús nos quiere comunicar en este día.

Espíritu Santo, otórganos la gracia para que la Palabra sea nuestra escuela de vida.

Madre Santísima intercede ante tu hijo Jesucristo por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 12-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya nos los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que he oído a mi Padre. No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los he elegido y los he destinado para que vayan y den fruto, y su fruto dure. De modo que todo lo que pidan a mi Padre en mi nombre, Él se lo concederá. Esto les mando: que se amen unos a otros».

Palabra del Señor.

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La lectura del día de hoy es la tercera parte del relato de la vid verdadera, los otros dos segmentos fueron leídos los días previos. Para poder concatenar el mensaje completo, se recomienda leer de nuevo todo el texto, desde el versículo 1 al 17, del capítulo 15 de San Juan.

En la primera parte de este bello relato, Jesús es la vid, Dios Padre es el viñador, el Espíritu Santo es la savia y todos nosotros somos los sarmientos.

En la segunda parte, Jesús, aludiendo al simbolismo de la vid, señala que no podemos apartarnos de Él, que Él es la fuente del amor.

En la tercera parte, que corresponde al pasaje evangélico de hoy, Jesús enuncia el mandamiento del amor, señalando que nos amemos los unos a los otros como Él nos ha amado y que no hay amor más grande que el que da la vida por los amigos. Además, Jesús llama “amigos” a quienes siguen sus mandatos y resalta que es Él, quien elige a sus amigos.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

Cuando Jesús plantea el mandamiento del amor, queda muy claro que cuando nos amamos unos a otros, amamos a Dios.

El mejor ejemplo de amor es Jesús, quien dio la vida por nosotros y amó también a sus enemigos, convirtiéndolos, incluso, en sus amigos. Los amigos obedecen a Jesús, en cambio, los enemigos no.

Jesús nos invita a escalar de la simple condición de siervos a la de ser sus amigos, para lo cual debemos hacer su voluntad, permitiendo que el Espíritu Santo inspire nuestros pensamientos y acciones. Jesús se ha fijado en cada uno de nosotros, nos ha amado y nos ha elegido modelando nuestra vida para que demos fruto.

Hermanos, meditando la lectura de hoy, respondamos de corazón: ¿Somos amigos o simples siervos de Jesús? ¿Podemos escalar a la condición de amigos de Jesús? ¿Cómo podemos acercarnos al amor con el que Jesús nos amó y nos ama?

Hermanos, que las respuestas a estas preguntas nos ayuden a ser verdaderos amigos de Jesús.

Jesús nos ama.

  1. Oración

Amado Jesús, Maestro y amigo, concédenos un espíritu humilde y otórganos la gracia de amar como tú nos amas, para que podamos dar fruto en este mundo tan necesitado de tu amor y misericordia.

Amado Jesús, inspíranos con el Espíritu Santo para tener el valor de dar testimonio de tu infinito amor a las personas que tienen grandes necesidades espirituales y materiales.

Amado Jesús, inspira en los jóvenes la gracia de ser tus amigos y, con los dones del Espíritu Santo, fortalece su vocación de servicio a la Iglesia.

Padre eterno, gracias por mostrarnos tu amor a través de Jesús y del Espíritu Santo, y por ser el viñador misericordioso que nos ama y nos cuida.

Madre Santísima, Madre de la Vid verdadera, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Queridos hermanos: contemplemos a Dios con la lectura de una parte del salmo 15:

“Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con Él a mi derecha no vacilaré.

Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción”.

Queridos hermanos: dispongamos nuestro corazón para fortalecer nuestra amistad con Jesús. Para ello, acerquémonos confiada y dignamente al Señor a través de los santos sacramentos, en especial, la Eucaristía; así mismo, que la lectura meditada de la Palabra sea también nuestro alimento espiritual.

Hermanos: extendamos a nuestros hermanos la amistad que Jesús nos otorga, mediante la realización de obras de misericordia y consolidando nuestra posición cristiana frente a las ideologías que el mundo propone.

Hermanos: cuántas personas están esperando, muchas veces sin saberlo, la amistad de Jesús. Acerquemos a esas personas al Amigo, que es Jesús; no dejemos pasar estas oportunidades para glorificar a Dios y perfeccionar nuestro amor.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.