MARTES DE LA SEXTA SEMANA DE PASCUA DE RESURRECCIÓN – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL MARTES DE LA SEXTA SEMANA DE PASCUA DE RESURRECCIÓN – CICLO C

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tu sabiduría para que podamos comprender el mensaje que Jesús nos quiere comunicar en este día.

Espíritu Santo, otórganos la gracia para que la Palabra sea nuestra escuela de vida.

Madre Santísima intercede ante tu hijo Jesucristo por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Juan del capítulo 16, 5-11

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Ahora me voy al que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta: “¿Adónde vas?”. Sino que por haberles dicho esto, la tristeza les ha llenado el corazón. Sin embargo, lo que les digo, es la verdad: les conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a ustedes el Espíritu Consolador. En cambio, si me voy, lo enviaré a ustedes. Y cuando Él venga, convencerá al mundo en lo referente al pecado, a la justicia y a la condena. En lo referente al pecado, porque no creen en mí; en lo referente a la justicia, porque me voy al Padre y no me verán; en lo referente al juicio, porque el príncipe de este mundo, ya ha sido condenado».

Palabra del Señor.

———–

Al igual que en las lecturas de los días previos, camino a la Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo y rumbo a Pentecostés, el pasaje evangélico de hoy sigue mostrando, en palabras de Jesús, la importancia de la tercera persona de la Santísima Trinidad: el Espíritu Santo.

El pasaje evangélico de hoy relata un momento muy especial de Jesús con sus discípulos: Él señala que no va a otro lugar de la tierra, sino que retornará al Padre, y que desde allá enviará al Espíritu Santo, al Paráclito, que significa “abogado”. Ellos, en lugar de alegrarse, se entristecieron; no sabían que pronto se iba a iniciar una nueva forma de presencia de Jesús, una presencia de fe, en la que el Espíritu Santo iba a ser el gran protagonista, a partir de esos momentos y hasta el fin de los tiempos.

Así mismo, la partida de Jesús tiene el propósito de prepararles un lugar, ver capítulo 14, versículo 2; también, de prepararlos para realizar obras mayores tal como lo señala el capítulo 14, versículo 12; y también, de impartirles grandes conocimientos y, en suma, atraerlos más a su Sacratísimo Corazón, en el Espíritu, según el capítulo 14, versículo 28.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

La misión principal del Espíritu Santo es aplicar los méritos salvadores de Cristo al corazón y a la vida de los creyentes y también no creyentes. La acción del Espíritu Santo invita al mundo al arrepentimiento a través de tres aspectos puntuales: pecado, justicia y condena.

  • Respecto al pecado: el Espíritu Santo despierta a la identificación de la culpa invitando al arrepentimiento.
  • En cuanto a la justicia: Jesús, a quien el mundo había tratado como un malhechor, con su ida victoriosa hacia el Padre, es justo y misericordioso.
  • En relación al juicio: el mundo, al condenar a Cristo, acogido por el Padre, se condena así mismo.

El Espíritu Santo nos ayuda a conocer el misterio escondido en la persona de Cristo y todo lo que Él ha realizado, así como el maravilloso misterio de la Santísima Trinidad.

Hermanos: ¿cuántas veces hemos experimentado la intervención divina del Espíritu Santo?; por ello, con el firme deseo de que el Espíritu Santo viva plenamente en nuestros corazones, respondamos: ¿Nos dejamos inspirar y guiar por el Espíritu Santo en nuestra vida cotidiana?

Hermanos, que la respuesta a esta pregunta nos permita experimentar la acción del Espíritu Santo en nuestras vidas; así mismo, en este mes de mayo, nos ayude a acercarnos más a nuestra Santísima Madre para alcanzar los dones que el Espíritu Santo quiere darnos.

Jesús nos ama.

  1. Oración

Espíritu Santo, amor divino, fortalece nuestra fe y otórganos tus santos dones para encontrar a Jesús a través de la lectura diaria de la Palabra y nuestros hermanos y situaciones que experimentamos cotidianamente.

Gracias Padre eterno por habernos dado la dicha de enviar y darnos a tu hijo Jesucristo para salvar nuestras almas y por enviarnos al Espíritu Santo que tanto necesitamos para santificar nuestras vidas.

Madre Santísima, esposa del Espíritu Santo, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Espíritu Santo eres la luz maravillosa que nos muestra la belleza del amor de Dios Padre a través de Jesús, su hijo.

«Ven dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego».

Hermanos, invoquemos diariamente al Espíritu Santo y pidámosle los dones para encontrar y seguir a Jesús a través de nuestros quehaceres diarios.

Hermanos: el día de hoy, como una muestra singular de nuestro amor a Nuestra Santísima Madre María, hagamos el propósito de rezar el Santo Rosario por el papa Francisco, por la Iglesia, por los sacerdotes, por los consagrados y consagrados y por las intenciones particulares que tenemos en nuestros corazones.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.