MIÉRCOLES DE LA SEXTA SEMANA DE PASCUA DE RESURRECCIÓN – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL MIÉRCOLES DE LA SEXTA SEMANA DE PASCUA DE RESURRECCIÓN – CICLO C

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tu sabiduría para que podamos comprender el mensaje que Jesús nos quiere comunicar en este día.

Espíritu Santo, otórganos la gracia para que la Palabra sea nuestra escuela de vida.

Madre Santísima intercede ante tu hijo Jesucristo por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Juan del capítulo 16, 12-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Muchas cosas me quedan por decirles, pero ustedes no las pueden comprender por ahora; cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, los guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga y les comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo comunicará a ustedes. Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les he dicho que tomará de lo mío y se lo anunciará a ustedes».

Palabra del Señor.

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Al igual que en las lecturas de los días previos, en el pasaje evangélico de hoy Jesús sigue consolando a sus discípulos y va aumentando el tono divino de la importancia de la acción futura del Espíritu Santo, que es la tercera persona de la Santísima Trinidad, a quien Jesús llama el espíritu de la verdad.

Así mismo, en el pasaje evangélico de hoy, que es la continuación de la lectura de ayer, Jesús va revelando la acción conjunta y salvífica de la Santísima Trinidad, reafirmando el inicio de su futura presencia en la humanidad y en la Iglesia, la cual se manifestará a través del Espíritu Santo hasta su segunda venida, en el fin de los tiempos.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

En un mundo cada vez alejado de los principios cristianos, el Espíritu Santo es la fuerza que todos debemos invocar para que el mensaje divino de Jesús pueda ser convertido en acciones concretas en nuestras vidas, y contribuya a que todas las personas puedan acercarse y vivir la experiencia de ser amigos de Jesús e hijos de Dios Padre.

Sin la acción del Espíritu Santo no podemos creer en Jesús y no podemos amarlo con el amor con el que Él nos amó y nos ama.

Hermanos: con el firme deseo de que el Espíritu Santo viva plenamente en nuestros corazones, respondamos: ¿Dejamos que el Espíritu Santo inspire y anime nuestros pensamientos y acciones en nuestras familias, trabajos, comunidades, país y también como ciudadanos globales?

Hermanos, que la respuesta a esta pregunta nos permita acrecentar nuestro deseo de que el Espíritu Santo guíe nuestras vidas y recibamos los dones que quiere darnos.

Jesús nos ama.

  1. Oración

Espíritu Santo, amor divino del Padre y del Hijo, fortalece la misión apostólica del Santo Padre, de los obispos, sacerdotes, consagrados y consagradas, y de los laicos, para que sigan encontrando caminos con el fin de que los creyentes y no creyentes nos acerquemos más a Jesús.

Espíritu Santo envía tu santo aliento para proteger a la familia, a los niños, ancianos y a todas las personas vulnerables ante las ideas y acciones del mundo que son contrarias al amor de Jesús y de Dios Padre.

Amado Jesús, que el Espíritu Santo sensibilice nuestro corazón ante tu presencia escondida en nuestros hermanos que tienen muchas necesitados espirituales y materiales.

Gracias Padre eterno por habernos dado la dicha de enviar y darnos a tu hijo Jesucristo para salvar nuestras almas y por enviarnos al Espíritu Santo que tanto necesitamos para santificar nuestras vidas.

Madre Santísima, esposa del Espíritu Santo, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Espíritu Santo: amor del Padre y del Hijo, tú das sentido a nuestras vidas porque glorificas a Jesús y a Dios Padre a través de tu divina luz.

Espíritu Santo: «Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos, por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito. Salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno».

Hermanos, invoquemos diariamente al Espíritu Santo y aceptemos los dones que Él nos ofrece y que nos entrega para acercarnos más al amor de Jesús y de Dios Padre.

Hermanos: hagamos el propósito de rezar el Santo Rosario por todas las intenciones que tenemos en nuestros corazones, para el bien de la Iglesia, las comunidades y de las familias. También, no dejemos de asistir a la Santa Eucaristía y al sacramento de la penitencia.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.