SÁBADO DE LA SEMANA X DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL SÁBADO DE LA SEMANA X DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tu sabiduría para que podamos comprender el mensaje que Jesús nos quiere comunicar en este día.

Espíritu Santo, otórganos la gracia para que la Palabra sea nuestra escuela de vida.

Madre Santísima intercede ante tu hijo Jesucristo por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo, 5, 33-37

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Han oído que se dijo a los antiguos: “No jurarás en falso” y “cumplirás lo que hayas prometido al Señor, bajo juramento”. Pues yo les digo que no juren en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios, ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén que es la ciudad del Gran Rey. No jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro ni un solo cabello. A ustedes les basta decir “si” o “no”. Lo que se le añade viene del maligno».

Palabra del Señor.

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Al igual que la lectura de ayer, la de hoy también forma parte del Sermón de la Montaña que seguiremos meditando los próximos días.

En el texto de hoy, Jesús insiste en la honestidad y transparencia en el trato de las personas, a las expresiones sobre el adulterio del día de ayer, Jesús añade ahora que no debemos jurar en el nombre de Dios, ni de nadie, ni de nada.

Jesús nos dice que nuestra honestidad, seriedad y transparencia se sustenten también en el cumplimiento de nuestra palabra, y no seamos soberbios porque el juramento vano no puede cambiar el futuro.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

La lectura de hoy, que forma parte del Sermón de la Montaña, trata sobre la exigencia de la transparencia y honestidad en el cumplimiento de nuestras responsabilidades. También tiene como objetivo central acercarnos a la perfección del amor que Jesús menciona en Mateo, capítulo 5, versículo 48: «Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial», lo cual es válido para todos los mandamientos.

Jesús nos enseña no solo con su Palabra sino, fundamentalmente con su vida, pues, mientras estuvo entre nosotros, siempre demostró y entregó amor, misericordia y bondad; y siempre fue coherente, en Él se manifestó la perfecta armonía entre su cuerpo, su alma y su espíritu.

Nosotros no necesitamos jurar para cumplir nuestras responsabilidades porque la Santísima Trinidad siempre será testigo de todas nuestras acciones. Jesús nos llama a ser veraces y coherentes, no solo en lo que decimos, sino también en lo que hacemos. Por ello, no debemos decir más de lo necesario, solo lo auténtico, lo bueno, todo lo que ayuda a nuestro prójimo y nos acerca más a Dios.

Hermanos, meditando el pasaje evangélico del día de hoy, respondamos: ¿Somos personas confiables, cumplimos con nuestras responsabilidades? ¿Cumplimos los mandamientos para agradecer el inmenso amor de Dios?

Que las respuestas a estas preguntas nos ayuden a vivir en sintonía con los mandamientos del Señor, venciendo las tendencias egoístas que nos separan de nuestro prójimo y de Dios.

¡Jesús nos ama!

  1. Oración

Amado Jesús, gracias por enseñarnos que debemos ser veraces y firmes para estar unidos a ti y a Dios Padre.

Amado Jesús, intercede ante Dios Padre para que nos envíe los dones del Espíritu Santo y, con su fortaleza, enfrentar siempre la verdad, aun cuando sea dolorosa para nosotros.

Madre Santísima, esposa del Espíritu Santo, Madre de la Divina Gracia, intercede ante tu amado Hijo por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplemos el amor y la misericordia de Dios con la lectura de una parte del salmo 102:

“Bendice alma mía al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice alma mía al Señor y no olvides sus beneficios.

Él perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades; el rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura.

El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la cólera y rico en clemencia; no está siempre acusando, ni guarda rencor perpetuo.

Como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre sus fieles; como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos”.

Hermanos: glorifiquemos a Dios cumpliendo nuestras responsabilidades y promesas con todos nuestros hermanos, especialmente aquellos que más necesidades espirituales y materiales tienen. Alabemos y agradezcamos siempre a la Santísima Trinidad que inmerecidamente nos colma de tantas gracias y amor.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.