MARTES DE LA SEMANA XI DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL MARTES DE LA SEMANA XI DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tu sabiduría para que podamos comprender el mensaje que Jesús nos quiere comunicar en este día.

Espíritu Santo, otórganos la gracia para que la Palabra sea nuestra escuela de vida.

Madre Santísima intercede ante tu hijo Jesucristo por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo, 5, 43-48

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Ustedes han oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo” y odiarás a tu enemigo. Yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, y oren por quienes los persiguen. Así serán hijos del Padre que está en el cielo, que hace salir el sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué premio tendrán? ¿No hacen lo mismo también los publicanos?» Y, si saludan solo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los paganos? Por tanto, sean perfectos como su Padre celestial es perfecto».

Palabra del Señor.

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El texto de hoy es la continuación del pasaje evangélico de ayer, en el que Jesús trató el tema de la venganza.

En la lectura de hoy, Jesús señala con claridad que el amor supera largamente los límites de la Ley, al plantear una justicia de orden superior que se caracteriza por el amor que debemos tener, incluso a las personas que nos causan daño y por quienes sentimos enemistad.

Como podemos apreciar, no basta con evitar la venganza y escapar al resentimiento, hay que amar a quienes nos causaron daño; es más, Nuestro Señor Jesucristo nos dice que debemos orar por dichas personas.

De esta manera, Jesús nos llama al amor excelso, al amor con el que perdonó a quienes lo crucificaron. Jesús nos llama al amor con el que Él nos amó y nos ama, es decir, al amor extremo.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

Amar al prójimo y, en especial, a las personas que nos han hecho o nos hacen daño, forma parte del mandamiento del amor que Jesús nos dejó. No es una acción opcional, es un mandamiento que debemos cumplir, de lo contrario, estaremos evitando que el amor de Dios se haga realidad.

El rey de la mentira y de la maldad promueve en el mundo todo tipo de violencia y desea que el resentimiento y la venganza, como frutos del egoísmo, sean el estandarte de todo ser humano. Sin embargo, Nuestro Señor Jesucristo, con el Espíritu Santo que envió Dios Padre, lo venció totalmente con su muerte y resurrección.

No es fácil perdonar y amar a nuestros enemigos; la única forma de hacerlo es con la ayuda de Dios. Para ello, Jesús nos brinda tres consejos: primero, buscar la perfección de Dios Padre contemplando su amor; segundo, rezar a Dios Padre por las personas que nos causan daño para que se acerquen a su misericordia, amor y sigan a Jesus; tercero, pedir a Dios Padre que nos conceda la humildad de Jesús para perdonar y amar como Él nos amó.

Hermanos, meditando el pasaje evangélico del día de hoy, respondamos: ¿Estamos dispuestos a rezar por las personas que nos han causado daño o nos provocan enemistad? ¿Estamos dispuestos a glorificar a Dios evitando el resentimiento y amando a nuestros enemigos?

Que las respuestas a estas preguntas nos ayuden a perfeccionar nuestro amor y el respeto a los sagrados mandamientos del Señor.

¡Jesús nos ama!

  1. Oración

Amado Jesús, Tú que perdonaste a los que te crucificaron, otórganos la gracia de perdonar y amar a las personas que nos hacen daño, así como de olvidar las rencillas pasadas y superar cualquier enemistad.

Espíritu Santo derrama tu santa luz para que el mundo acoja las revelaciones de amor de Nuestro Señor Jesucristo con el convencimiento de que el amor de Dios todo lo puede.

Madre Santísima, Madre de la Divina Gracia, Madre de Misericordia, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Contemplemos el amor de Dios con la lectura de una parte del salmo 145:

“Alaba, alma mía, al Señor: alabaré al Señor mientras viva, tañeré para mi Dios mientras exista.

Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob, el que espera en el Señor, su Dios, que hizo el cielo y la tierra, el mar y cuanto hay en él; que mantiene su fidelidad perpetuamente, que hace justicia a los oprimidos, que da pan a los hambrientos.

El Señor libera a los cautivos, el Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos; sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados.

El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad”.

Hermanos: somos conscientes de lo difícil que puede resultar perdonar y amar a nuestros enemigos. Si resulta una tarea difícil, demos el primer paso rezando, desde hoy, por ellos, para que el Espíritu Santo ilumine y purifique sus corazones e intenciones. Que este primer paso, nos conduzca a la oración permanente para que reine el amor y el perdón en el mundo entero.

Hermanos: Acudamos continuamente a los Santos Sacramentos para glorificar a Dios con nuestras vidas.

¡El amor todo lo puede! Amemos, que el amor glorifica a Dios.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.