MARTES DE LA SEMANA XII DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL MARTES DE LA SEMANA XII DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

“¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y son pocos los que lo encuentran.” (Mt 7, 14)

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tu sabiduría para que podamos comprender el mensaje que Jesús nos quiere comunicar en este día.

Espíritu Santo, otórganos la gracia para que la Palabra sea nuestra escuela de vida.

Madre Santísima intercede ante tu hijo Jesucristo por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 6. 12-14

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No den lo que es santo a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos; no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos. Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas. Entren por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y son pocos los que lo encuentran».

Palabra del Señor.

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Luego de la celebración de la Solemnidad del Corpus Christi y de la Natividad de San Juan el Bautista, retomamos la meditación del Sermón de la Montaña. Y lo hacemos con tres enseñanzas cortas, pero valiosas: en la primera, Jesús nos aconseja sobre cómo tratar las cosas santas; en la segunda, Jesús menciona la regla de oro de la Ley y los Profetas; y en la tercera, Jesús nos habla sobre la puerta estrecha.

Es importante situar la lectura de hoy: antes de la primera de las enseñanzas, se ubica el texto en el que Jesús nos dice que no debemos juzgar a los demás, porque, del mismo modo en que lo hacemos, así seremos juzgados.

Así mismo, entre la primera y la segunda enseñanza se ubica el pasaje evangélico en el que Jesús exhorta a la perseverancia en la oración.

Como podemos apreciar, a lo largo del Sermón de la montaña, Nuestro Señor Jesucristo va desarmando todas las estructuras y condicionamientos humanos que interiormente nos esclavizan al pecado. Y lo hace transformando nuestros sentimientos y conductas para ser sus discípulos.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

En la primera enseñanza, Jesús nos pide un recto juicio y prudencia ante algunas conductas riesgosas para nuestra vida espiritual que tienen algunas personas.

En la segunda, Jesús enuncia la regla de oro, acompañada del amor y la misericordia sin límites con la que Dios obró siempre a través de sus obras y de la Ley.

En la tercera enseñanza, Jesús nos dice que seguirle a Él siempre va a significar ir contra las corrientes que el mundo inspira y promueve incesantemente. Es decir, siempre nos vamos a encontrar en situaciones conflictivas de orden político, social, e inclusive religioso, en las que debemos tomar una posición cristiana, contraria a las perspectivas mundanas.

Hermanos, meditando el pasaje evangélico del día de hoy, respondamos: ¿Cuándo nos encontramos ante conductas riesgosas de algunas personas, pedimos al Espíritu Santo los dones para obrar de acuerdo a las enseñanzas de Jesús? ¿Tratamos a los demás como queremos que ellos nos traten a nosotros, a la luz de la Palabra? ¿Pedimos a Dios la fortaleza espiritual para poder caminar rectamente en el camino que nos señala Nuestro Señor Jesucristo?

Que las respuestas a estas preguntas nos ayuden a ser verdaderos seguidores de Nuestro Señor Jesucristo en todas las circunstancias de nuestras vidas.

¡Jesús nos ama!

  1. Oración

Amado Jesús, tú que eres el camino, la verdad y la vida, concédenos la gracia para seguir transitando, sin desmayar, por este camino angosto y difícil que nos lleva a la vida eterna.

Santísima Trinidad; sumérgenos totalmente en el amor que los une a ustedes, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, para mirar la realidad de nuestros hermanos con ése amor misericordioso y santificador.

Guía Señor nuestros pasos por los caminos de la paz.

Madre Santísima, Madre de la Divina Gracia, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplemos al amor de los amores con la lectura de una parte del salmo 14:

“Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda y habitar en tu monte santo?

El que procede honradamente y practica la justicia, el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua, el que no hace mal a su prójimo, ni difama al vecino, el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor, el que no retracta lo que juró aun en daño propio, el que no presta dinero a usura, ni acepta soborno contra el inocente”.

Hermanos: hagamos el compromiso de reflexionar el Sermón de la montaña durante esta semana. Recordemos que está ubicado en los capítulos 5, 6 y 7 del Evangelio de San Mateo.

Acompañemos esta reflexión con la adoración al Santísimo Sacramento, con la asistencia a la Santa Eucaristía, con el Sacramento de la Penitencia y con el rezo del Santo Rosario.

Y algo más, que es vital para nuestra vida espiritual, tengamos siempre presente las enseñanzas de Jesús en nuestra vida cotidiana, especialmente en el trato con nuestro prójimo.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.