JUEVES DE LA SEMANA XII DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL JUEVES DE LA SEMANA XII DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

«No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el Reino de los Cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo» (Mt 7, 21)

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tu sabiduría para que podamos comprender el mensaje que Jesús nos quiere comunicar en este día.

Espíritu Santo, otórganos la gracia para que la Palabra sea nuestra escuela de vida.

Madre Santísima intercede ante tu hijo Jesucristo por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 21-29

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el Reino de los Cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Aquel día muchos dirán: “Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre hemos echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?”. Yo entonces les declararé: “Nunca los he conocido. Aléjense de mí, ustedes que obran el mal”. El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Vino la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y arremetieron contra la casa, pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Vino la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y arremetieron contra la casa y la casa se derrumbó totalmente». Al terminar Jesús de decir estas palabras, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque las enseñaba con autoridad y no como los escribas.

Palabra del Señor.

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El pasaje evangélico del día de hoy se ubica al final del Sermón de la montaña, en el capítulo 7, y es la última recomendación que Nuestro Señor Jesucristo hace en este sermón.

Haciendo alusión al proceso constructivo de una casa, Jesús nos enseña que debemos realizar acciones cuyos resultados no apreciaremos en el corto plazo, sino en el largo plazo. De esta manera, estaremos preparados para las tormentas que se presenten en nuestras vidas.

Estando al final del Sermón de la montaña, que generó la admiración y la conversión de mucha gente, recordemos el inicio del sermón: las bienaventuranzas. Esta última recomendación consiste, precisamente, en poner en práctica las bienaventuranzas.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

En el pasaje evangélico de hoy, Jesús nos habla sobre el fundamento de nuestra vida cristiana y nos enseña que debemos edificar nuestra vida sobre bases firmes apoyadas en la verdad, el amor y el servicio al prójimo, tal como Él nos enseña a través de su Palabra y con sus maravillosos ejemplos.

No basta en que reconozcamos a Jesús como nuestro Dios, sólo de palabra; es indispensable que creamos en Él, que acudamos al sacramento de la penitencia arrepentidos de nuestros pecados, que vivamos en santidad y nos amemos unos a otros, siguiendo sus enseñanzas.

Por ello, no construyamos nuestra vida basándonos en la prosperidad y superficialidad mundana. Nuestra roca es Jesucristo y en Él debemos confiar, y cualquier cosa fuera de Cristo, es arena.

Hermanos, meditando el pasaje evangélico del día de hoy, respondamos: ¿Las acciones de nuestras vidas están sustentadas en la verdad, el amor y el servicio al prójimo que Nuestro Señor Jesucristo nos enseña cada día a través de su palabra?

Que las respuestas a estas preguntas nos ayuden a esforzarnos y a perseverar en poner en práctica las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo en nuestras vidas.

¡Jesús nos ama!

  1. Oración

Dios Espíritu Santo, amor del Padre y del Hijo, concédenos los santos dones para poner en práctica las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo.

Santo Espíritu de Dios, que a través de las obras de misericordia que nos inspiras, podamos siempre hacer la voluntad de Dios Padre.

Madre Santísima, Madre de la Divina Gracia, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplemos el amor de Dios con la lectura de una parte del salmo 105:

“Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. ¿Quién podrá contar las hazañas de Dios, pregonar toda su alabanza?

Dichosos los que respetan el derecho y practican siempre la justicia. Acuérdate Señor de mí por amor a tu pueblo.

Visítame con tu salvación: para que vea la dicha de tus escogidos, y me alegre con la alegría de tu pueblo, y me gloríe con tu heredad”.

Hermanos: hagamos el compromiso de continuar reflexionando la Palabra de Dios y, con la ayuda del Espíritu Santo, que la Palabra sea una fuente de inspiración para la realización de las obras de misericordia que nos ayuden a llevar a la práctica las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo.

Tengamos en cuenta que la adoración al Santísimo Sacramento, la asistencia a la Santa Eucaristía, el Sacramento de la Penitencia y el rezo del Santo Rosario son también parte de la roca firme en la que debemos sustentar nuestra vida.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.