MIÉRCOLES DE LA SEMANA XII DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL MIÉRCOLES DE LA SEMANA XII DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

“El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, por sus frutos los conocerán.” (Mt 7, 19-20)

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tu sabiduría para que podamos comprender el mensaje que Jesús nos quiere comunicar en este día.

Espíritu Santo, otórganos la gracia para que la Palabra sea nuestra escuela de vida.

Madre Santísima intercede ante tu hijo Jesucristo por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 15-20

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuidado con los falsos profetas; que vienen a nosotros disfrazados de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. A ver, ¿acaso se cosechan uvas de espinos o higos de los cardos? Los árboles buenos dan frutos buenos, los árboles malos dan frutos malos. Un árbol bueno no puede dar frutos malos, ni un árbol malo dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, por sus frutos los conocerán».

Palabra del Señor.

———–

El pasaje evangélico del día de hoy se ubica casi al final del Sermón de la montaña, en el capítulo 7, y es considerado parte de las recomendaciones finales que Nuestro Señor Jesucristo nos brinda en este sermón, que comprende los capítulos 5, 6 y 7 de San Mateo.

En toda la historia de la humanidad, el enemigo del Amor siempre ha tratado y trata de presentar el fraude como verdad; por ello, Jesús hace la advertencia de tener cuidado para distinguir la verdad de la mentira a través de la identificación de los resultados del engaño.

Con un claro ejemplo, la advertencia de Jesús se extiende a la fuente de la fecundidad espiritual: mientras alguien vive en la oscuridad, sus frutos serán malos y corre el riesgo de terminar en el fuego eterno; y mientras alguien vive en la luz sus frutos serán buenos.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

En la lectura de hoy es importante distinguir dos aspectos de las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo:

El primero se relaciona con las múltiples propuestas religiosas, políticas, económicas y de cualquier otra índole que el mundo presenta, y que debemos analizar a la luz de la Palabra y del Espíritu Santo. En el campo religioso, el mundo ofrece métodos de meditación y relajación contrarios a la fe cristiana, en los que se esconde el rey de la mentira.

El segundo aspecto está vinculado con la fecundidad espiritual de nuestras vidas; en este sentido, el pasaje de hoy es una invitación para analizar nuestra espiritualidad y su íntima relación con nuestras acciones.

Hermanos, meditando el pasaje evangélico del día de hoy, respondamos: ¿Analizamos las múltiples propuestas del mundo apoyados en los dones del Espíritu Santo y a la luz de la Palabra? ¿Somos misericordiosos, pacientes, serviciales y alegres en nuestra vida cotidiana de seguimiento a Nuestro Señor Jesucristo?

Que las respuestas a estas preguntas nos ayuden a ser verdaderos discípulos de Nuestro Señor Jesucristo en todas las circunstancias de nuestras vidas.

¡Jesús nos ama!

  1. Oración

Gracias Santísima Trinidad por los dones que nos regalas a cada instante de nuestras vidas para invitarnos a permanecer siempre en tu amor.

Dios Espíritu Santo, amor de Dios Padre y de Dios Hijo, concédenos tus santos dones para que podamos reconocer el engaño presente en el mundo y seamos testigos de Nuestro Señor Jesucristo.

Santo Espíritu de Dios: fortalece y concede eficacia a nuestros esfuerzos de ser misericordiosos, pacientes, serviciales, alegres, en suma, de ser verdaderos seguidores de Nuestro Señor Jesucristo.

Madre Santísima, Madre de la Divina Gracia, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplemos al amor de los amores con la lectura de una parte del salmo 104:

“Den gracias al Señor, invoquen su nombre, den a conocer sus hazañas a los pueblos. Cántenle al son de instrumentos, hablen de sus maravillas.

Gloríense de su nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor. Recurran al Señor y a su poder, busquen continuamente su rostro.

¡Estirpe de Abrahán, su siervo; hijos de Jacob, su elegido! El Señor es nuestro Dios, él gobierna toda la tierra.

Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada por mil generaciones; de la alianza sellada con Abrahán, del juramento hecho a Isaac”.

Hermanos: hagamos el compromiso de continuar reflexionando la Palabra de Dios; porque la Palabra es la fuente de la fecundidad para seguir a Nuestro Señor Jesucristo. Repitamos el versículo 20 del capítulo 7 de San Mateo: “Por sus frutos los reconocerán”.

Recordemos también que la adoración al Santísimo Sacramento, la asistencia a la Santa Eucaristía, el Sacramento de la Penitencia y el rezo del Santo Rosario son también parte de la fortaleza que necesitamos en nuestras vidas.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.