MIÉRCOLES DE LA SEMANA XIII DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL MIÉRCOLES DE LA SEMANA XIII DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

«Porque me has visto has creído. Dichosos los que crean sin haber visto». (Jn 20, 29)

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tu sabiduría para que podamos comprender el mensaje que Jesús nos quiere comunicar en este día.

Espíritu Santo, otórganos la gracia para que la Palabra sea nuestra escuela de vida.

Madre Santísima intercede ante tu hijo Jesucristo por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

 

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo 8, 23-28

Tomás, uno de los doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos, y no meto la mano en su costado, no creo». A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos, y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «La paz a ustedes». Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos, trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo sino creyente». Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!» Jesús le dijo: «¿Por qué me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto».

Palabra del Señor.

 

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Hoy se celebra la fiesta de Santo Tomás apóstol, apodado “el mellizo”, conmemorando el día de su martirio en el año 72, en la India, donde estaba proclamando el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.

Santo Tomás es también recordado por su incredulidad, tal como lo detalla el pasaje evangélico de hoy, que narra la segunda aparición de Jesús a sus discípulos. Jesús, después de saludarlos con la expresión: “La paz a ustedes”, se dirige al apóstol Tomás, pidiéndole con humildad y dulzura que aclare sus dudas respecto a su resurrección, metiendo su dedo en los agujeros de los clavos de sus manos y su mano en la herida de su costado.

Tomás lo hace y cree con toda su alma, y exclama: “¡Señor mío y Dios mío!”, haciendo, de esta manera, la primera confesión de la divinidad de Jesús después de resucitar, adorándolo y reconociéndolo como Señor y Dios. Finalmente, Jesús dice: “Dichosos los que crean sin haber visto”.

 

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

Lo que le ocurrió a Tomás es lo que puede pasarle a cualquier persona en la actualidad. El caso de Tomás sirve para transmitir a toda la humanidad una prueba más de la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo y, fundamentalmente, para contribuir al fortalecimiento de nuestra fe.

Por eso Jesús, con la expresión “Dichosos los que crean sin haber visto”, nos invita a creer en Él, a fortalecer nuestra fe en su Palabra, en todas sus enseñanzas, en las que Jesús manifiesta su presencia en todos y en cada uno de nosotros, especialmente, en aquellos hermanos que padecen situaciones difíciles en el campo espiritual, de la salud, material, laboral o de otra índole.

Jesús, así como a Tomás, nos invita a tocar las llagas de sus manos en las de nuestros hermanos más necesitados.

Hermanos, meditando la lectura de hoy, respondamos: ¿Cómo contribuimos a que nuestros hermanos despejen sus dudas y crean con más fe en Nuestro Señor Jesucristo y en su Palabra?

Que las respuestas a esta pregunta nos ayuden a cumplir nuestra misión en la vida y, por la gracia del Espíritu Santo, a aumentar nuestra fe en la Santísima Trinidad.

¡Jesús nos ama!

 

  1. Oración

Amado Jesús, que tuviste a bien mostrar tus llagas a Tomás llevándolo a exultar de gozo y proclamarte como su Dios, te suplicamos que aumentes nuestra fe para transmitir tu Palabra al mundo entero.

Espíritu Santo concede la gracia de conocer y amar más a la Santísima Trinidad, a quienes buscan a Dios y a quienes se encuentran apartados de los preceptos cristianos.

Espíritu Santo concédenos los dones para ayuda a nuestros hermanos a encontrar a Jesús.

Madre Santísima, Madre de la Divina Gracia, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

 

 

 

  1. Contemplación y acción

Ahora, contemplemos al Señor con la lectura de una parte del salmo 97:

“Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas; su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo.

El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel.

Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera: gritad, vitoread, tocad: tocad la cítara para el Señor, suenen los instrumentos, con clarines y al son de trompetas aclamad al Rey y Señor.

Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y cuantos la habitan; aplaudan los ríos, aclamen los montes al Señor que llega para regir la tierra.

Regirá el orbe con justicia, los pueblos con rectitud”.

 

Queridos hermanos: hagamos el compromiso de contribuir a evangelizar con nuestras palabras, con nuestros gestos, con nuestras acciones, con nuestras vidas, para que nuestros hermanos que están alejados de los preceptos cristianos crean en Nuestro Señor Jesucristo.

Hermanos: como Santo Tomás apóstol, confesemos también nuestra fe, diciendo: ¡Señor mío y Dios mío!

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

 

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.