MIÉRCOLES DE LA SEMANA XIV DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL MIÉRCOLES DE LA SEMANA XIV DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

«Lo que han recibido gratis, denlo gratis» (Mt 10, 8).

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tu sabiduría para que podamos comprender el mensaje que Jesús nos quiere comunicar en este día.

Espíritu Santo, otórganos la gracia para que la Palabra sea nuestra escuela de vida.

Madre Santísima intercede ante tu hijo Jesucristo por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo 10, 1-8

En aquel tiempo, Jesús, llamando a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar espíritus impuros y curar toda enfermedad y dolencia. Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago, el hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el hijo de Alfeo y Tadeo; Simón, el Cananeo, y Judas el Iscariote, el que le entregó. A estos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: «No vayan a tierra de paganos, ni entren en la ciudad de Samaria; sino vayan a las ovejas descarriadas de Israel. Vayan y proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Curen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos, expulsen demonios. Lo que han recibido gratis, denlo gratis».

Palabra del Señor.

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En el evangelio de San Mateo se ubican cinco grandes discursos de Jesús: el primero es el Sermón de la montaña, ubicado en los capítulos 5, 6 y 7; el segundo trata sobre la misión de los apóstoles, en el capítulo 10; el tercer discurso es el de las parábolas, ubicado en el capítulo 13; el cuarto discurso trata sobre los términos del discipulado y de la comunidad, en el capítulo 18; y el quinto es el discurso de la llegada futura del reino de Dios, ubicado en los capítulos 24 y 25.

El pasaje evangélico de hoy da inicio al discurso de Jesús sobre la misión de los apóstoles. En el texto se identifica a los doce y Jesús los envía a la gran misión, compartiendo con ellos su poder de aliviar, sanar la salud y liberar a las personas de las ataduras del pecado.

Jesús les indica que deben acercarse a los pecadores, a las personas más necesitadas de la misericordia divina, material y espiritualmente.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

El encargo espiritual y misionero que Jesús dio a los discípulos, es el mismo para todas las comunidades cristianas de hoy: comunicar a Jesús mismo, comunicar a la Santísima Trinidad.

Jesús confía a las comunidades de hoy los anhelos de su corazón: que todos seamos salvos a través de su misericordia y amando a Dios y al prójimo como a uno mismo.

Jesús, a través del Espíritu Santo, sigue compartiendo hoy su poder de sanar y liberar a las personas de las ataduras del pecado y de una cultura de tinieblas.

Las instrucciones sobre cómo acercarse a las personas son las mismas, principalmente a las personas con mayores necesidades espirituales y materiales.

Hermanos: cada uno de nosotros, con la fuerza y gracia del Espíritu Santo, puede ser obrero de la mies del Señor. Al igual que a los apóstoles, Jesús nos envía también a nosotros para anunciar su reino, para ser dóciles a su amor y llevar la misericordia a todo el mundo, empezando por nuestro entorno.

Hermanos: respondamos desde lo profundo de nuestros corazones: ¿Cómo respondemos al llamado y envío de Nuestro Señor Jesucristo para anunciar el reino de Dios, por donde vayamos?

Que las respuestas a esta pregunta nos ayuden a aceptar el llamado de Nuestro Señor Jesucristo en nuestras familias, centros de trabajo y/o estudios, amistades, comunidades y como ciudadanos globales.

¡Jesús nos ama!

  1. Oración

Amado Jesús, tú que nos has enseñado que el amor debe reinar entre los hombres, concédenos la fuerza y la gracia de aceptar tu llamado y ser instrumentos en tu proyecto de salvación.

Padre amado y eterno, envía trabajadores a tu mies, que es mucha y pocos son los obreros, te lo suplicamos en el dulcísimo nombre de tu amado Hijo Jesucristo.

Santísima Trinidad: bendice, protege y guía a los sacerdotes y consagrados, para que sigan anunciando tu reino con alegría y con el amor que tú nos transmites.

Madre Santísima, Madre de la Iglesia, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

«Lo que han recibido gratis, denlo gratis», dice el Señor.

Ahora, contemplemos al Señor con la lectura del llamado “Salmo del seguimiento” de un autor anónimo:

“Iré detrás de ti, si tu vienes a mí buscando horizontes más amplios para volar.

Iré a enseñar a todos que tú eres libertad, que solo en ti se encuentra el manantial, la felicidad, la verdadera paz.

Iré siempre en tu nombre despojado de mis cosas, buscando en la noche, sediento de tu amor.

Iré a decirles a todos que tú eres alegría, la eterna oferta de un amor total.

Iré a buscar camino detrás de cada lucha, donde los hombres sufren, su llanto y su soledad.

Iré si tú me llamas a ser siempre tu amigo, sin importarme nada, pues tu eres mi caminar.

Iré diciendo a todos, iré contando siempre, iré entre los hombres gritando la verdad”.

Queridos hermanos: meditemos la Palabra de Dios cada día, hagamos obras de misericordia. Recemos también para que las vocaciones sacerdotales y de consagrados sean abundantes.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.