VIERNES DE LA SEMANA XIV DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL VIERNES DE LA SEMANA XIV DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

«Lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes.» (Mt 10, 19-20).

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tu sabiduría para que podamos comprender el mensaje que Jesús nos quiere comunicar en este día.

Espíritu Santo, otórganos la gracia para que la Palabra sea nuestra escuela de vida.

Madre Santísima intercede ante tu hijo Jesucristo por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo 10, 16-23

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: «Miren que yo los envío como ovejas en medio de lobos; por eso, sean astutos como serpientes y sencillos como palomas. Pero cuidado con la gente, porque los entregarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas y los harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos, y ante los paganos. Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o que van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes.

El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a su hijo; se rebelarán los hijos contra sus padres y los matarán. Todos los odiarán a causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el final se salvará. Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Porque en verdad les digo que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del hombre».

Palabra del Señor.

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El pasaje evangélico de hoy, también se encuentra en el capítulo 10, en el discurso sobre la misión de los apóstoles. En el texto, Jesús sigue dando detalles de la misión de los apóstoles.

En primer lugar, Jesús preanuncia a sus discípulos las dificultades que encontrarán en la misión de evangelización que les encomienda. Les recomienda actuar con prudencia, pero les promete la asistencia del Espíritu Santo, que será enviado por el Padre y que hablará a través de ellos y los fortalecerá.

En segundo lugar, Jesús les hace saber que su Nombre será signo de contradicción en las familias y en la sociedad, pero que la perseverancia debe ser la característica esencial de la persona que logre la salvación. También, remarca que los enviados serán perseguidos, aconsejándoles que deben huir en una situación de este tipo.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

El pasaje de hoy narra, en parte, cómo nació nuestra Iglesia. La misión de llevar la Palabra se inició con los doce apóstoles y los demás discípulos que fueron enviados por Jesús para esta tarea.

El nacimiento de la Iglesia está lleno de hechos extraordinarios que son una muestra de la fe inquebrantable y la perseverancia final de los primeros apóstoles, a pesar de las persecuciones y martirios a los que fueron sometidos. La fe que ellos trasmitieron perdurará hasta el fin de los tiempos.

Al igual que los primeros discípulos, debemos estar preparados también para el rechazo, la incomprensión e incluso para el fracaso de muchas de nuestras acciones; pero debemos recordar siempre que la inspiración y la fuerza del Espíritu Santo están con nosotros.

Hermanos: respondamos desde lo profundo de nuestros corazones: ¿somos perseverantes para lograr nuestros objetivos?

Que las respuestas a esta pregunta nos ayuden a estar dispuestos que el Espíritu Santo fortalezca en nosotros el don de la perseverancia final en un mundo que alienta ideologías y culturas de oscuridad.

¡Jesús nos ama!

  1. Oración

Espíritu Santo, amor del Padre y del Hijo, concédenos el don especial de la perseverancia final para que nos acompañe hasta el momento extremo de nuestras vidas y no nos debilitemos ante las asechanzas del enemigo.

Amado Jesús, que la perseverancia que nos concede tu Santo Espíritu nos permita seguirte aun en medio del rechazo y la incomprensión de muchos hermanos.

Amado Jesús, envía hermanos y hermanas dispuestos a aceptar el envío a la misión con todas las implicancias que ella tiene.

Santísima Trinidad: bendice, protege y guía a los sacerdotes y consagrados, para que sigan anunciando tu reino con alegría y con tu amor.

Madre Santísima, Madre de la Divina Gracia, Madre de la Iglesia, consigue para nosotros la santa perseverancia en la amistad divina, en todo momento y también en el último momento de nuestras vidas, para que salgamos de este mundo en la gracia de Dios. Amén.

  1. Contemplación y acción

Contemplemos al Señor con la lectura de una parte del salmo 120:

“Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme; no duerme ni reposa el guardián de Israel.

El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha; de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche.

El Señor te guarda de todo mal, él guarda tu alma; el Señor guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre. El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.”

Queridos hermanos: con la invocación y ayuda del Espíritu Santo, esforcémonos para aumentar nuestra perseverancia en el seguimiento a Nuestro Señor Jesucristo y en la misión de llevar su palabra y amor en nuestro entorno de vida.

Alimentemos nuestro corazón con la Santa Eucaristía y no dejemos de adorar al Santísimo Sacramento, ni de rezar el Santo Rosario.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.