JUEVES DE LA SEMANA XVIII DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL JUEVES DE LA SEMANA XVIII DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

«Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo». (Mt 16, 16)

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tu sabiduría para que podamos comprender el mensaje que Jesús nos quiere comunicar en este día.

Espíritu Santo, otórganos la gracia para que la Palabra sea nuestra escuela de vida.

Madre Santísima intercede ante tu hijo Jesucristo por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo 16, 13-23

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesárea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?». Ellos contestaron: «Unos dicen que Juan Bautista, otros que Elías, y otros que Jeremías o uno de los profetas». Él les preguntó: «Y ustedes, ¿Quién dicen que soy yo?»

Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo». Jesús le respondió: «¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en los cielos! Ahora yo te digo: Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo».

Y les mandó a los discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías. Desde entonces empezó Jesús a explicar a los discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro lo llevó aparte y se puso a increparlo: «¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte». Jesús se volvió y dijo a Pedro: «Aléjate de mí Satanás, que me haces tropezar, porque tú piensas como los hombres, no como Dios».

Palabra del Señor.

 

 

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Hoy celebramos a Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de los Predicadores que está dedicada al servicio del prójimo a través de la oración y el ministerio de la Palabra. El Señor le dio a Santo Domingo de Guzmán la misión de predicar y anunciar a Nuestro Señor Jesucristo por todo el mundo.

Celebramos a Santo Domingo de Guzmán meditando el pasaje evangélico denominado la Confesión y primado de Pedro. Este texto se encuentra en el capítulo 16 de Mateo, en la parte narrativa del discurso parabólico de Jesús, ubicado en el capítulo 13.

Este texto, aunque resumido, se encuentra también en Marcos, capítulo 7, versículos 27 al 30 y en Lucas, capítulo 9, versículos 18 al 21.

Jesús pregunta a sus discípulos qué piensa la gente respecto a él. Pedro, inspirado por Dios Padre, reconoce a Jesús como el Mesías, como el Hijo de Dios vivo; y Jesús lo designa como la piedra fundacional de la Iglesia. De esta manera, Pedro, tan frágil como nosotros, se convirtió en el primer papa por la gracia de Dios.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

El seguimiento a Jesús, a pesar de la fragilidad humana, hace que Pedro confiese la verdadera identidad de Nuestro Señor Jesucristo. El Espíritu Santo hace que esta expresión quede grabada también en nosotros y en todas las personas que la escuchan de corazón.

San Pedro es una muestra de cómo Nuestro Señor hace maravillas a través de quienes se entregan al servicio de Dios. En los tiempos actuales, nosotros también estamos llamados a ser apóstoles de Nuestro Señor Jesucristo; asumamos decididamente este maravilloso desafío con decisión y entrega.

Santo Domingo de Guzmán a lo largo de su vida, también confesó y predicó con su vida a Nuestro Señor Jesucristo.

Hermanos, meditando el pasaje evangélico del día de hoy, respondamos: ¿Es Jesús para nosotros el Mesías, el Hijo de Dios vivo? ¿Seguimos a Jesús de manera decidida?

Que las respuestas a estas preguntas nos ayuden a pedir la gracia de Dios, y con nuestra disponibilidad, podamos ser auténticos seguidores de Nuestro Señor Jesucristo.

¡Jesús nos ama!

  1. Oración

Santo Domingo de Guzmán, tú que considerabas a la familia como la “iglesia doméstica” y primera comunidad evangelizadora, intercede ante la Santísima Trinidad por todas las familias del mundo, para que sean el reflejo de la Sagrada Familia.

Amado Jesús, Hijo de Dios vivo, concédenos a través del Espíritu Santo una fe inquebrantable y decidida como la de San Pedro, para que demos testimonio valiente de tu amor en un mundo cada vez más alejado de ti.

Amado Jesús, tú que generaste las más hermosas respuestas de seguimiento en Santo Domingo de Guzmán, despierta también en nosotros una vocación de amor en nuestras vidas.

Madre Santísima, tú, que eres el modelo para todos los evangelizadores, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones.

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplemos a Nuestro Dios con la lectura de una parte del salmo 94:

“Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos en su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses; tiene en sus manos las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía”.

Queridos hermanos: pidiendo la intercesión de Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden Predicadora, oremos el día de hoy por el papa Francisco, por todos los obispos, sacerdotes, consagrados y por toda la Iglesia, para que todos participemos activamente en llevar la Palabra a todos los confines de la tierra, empezando por nuestras familias.

Comprometámonos a fortalecer nuestro espíritu con la Santa Eucaristía y con el diálogo íntimo con Nuestro Señor Jesucristo a través de la Adoración del Santísimo Sacramento. Que las obras de misericordia y nuestro diario accionar sean siempre el mejor testimonio que podamos dar de Nuestro Señor Jesucristo.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.