LUNES DE LA SEMANA XXI DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL LUNES DE LA SEMANA XXI DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

«Quien jura por el altar jura también por todo lo que está sobre él; quien jura por el Templo, jura también por el que habita en él; y quien jura por el cielo jura por el trono de Dios y también por el que está sentado en él» (Mt 23, 20-22)

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tu sabiduría para que podamos comprender el mensaje que Jesús nos quiere comunicar en este día.

Espíritu Santo, otórganos la gracia para que la Palabra sea nuestra escuela de vida.

Madre Santísima intercede ante tu hijo Jesucristo por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo 23, 13-22

En aquel tiempo, Jesús habló diciendo: «¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el reino de los cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quieren. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para ganar un prosélito, y, cuando lo consiguen, lo hacen merecedor del infierno; el doble que ustedes! ¡Ay de ustedes, guías ciegos, que dicen: “¡Jurar por el Templo, no obliga, jurar por el oro del Templo sí obliga!” ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más, el oro o el Templo que consagra el oro? O también: “Jurar por el altar no obliga, jurar por la ofrenda que está en el altar si obliga”. ¡Ciegos! ¿Qué es más la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda? Quien jura por el altar jura también por todo lo que está sobre él; quien jura por el Templo, jura también por el que habita en él; y quien jura por el cielo jura por el trono de Dios y también por el que está sentado en él».

Palabra del Señor.

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En el evangelio de Mateo, en el capítulo 23, entre los versículos 1 y 36, se ubica la dura crítica o invectiva de Jesús contra los letrados y fariseos, que meditaremos hoy y los próximos dos días, hasta el versículo 32.

En el pasaje evangélico de hoy meditaremos hasta el versículo 22. Jesús con suma energía critica la hipocresía de fariseos y escribas que impedían que en muchas personas nazca una relación sincera e íntima con Dios.

Los fariseos y letrados se consideraban maestros de la Ley; sin embargo, vivían como si no la conocieran. Agravaban la pobreza de debían haber aliviado, complicaban a sus seguidores con exigencias legalistas e interpretaban la Ley a su propia manera con el fin de sacar provecho material.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

En el capítulo 5 del evangelio de san Mateo se ubican las bienaventuranzas, que representan la más hermosa imagen del rostro amoroso de Nuestro Señor Jesucristo, y que expresan el ideal del seguimiento cristiano. En cambio, los “ayes” del texto de hoy constituyen las “malaventuranzas” que sintetizan la deshonra de quienes no cumplen los preceptos cristianos, pero aparentan obedecerlos.

En este texto, Nuestro Señor Jesucristo hace un llamado universal a la coherencia, sustentada en el mandamiento del amor y en todas sus enseñanzas.

En la actualidad, muchas personas que dirigen los destinos de los países se comportan como aquellos fariseos y letrados del tiempo de Jesús. Aparentan cumplir los preceptos cristianos, juran frente a un Crucifijo y ante la Biblia, cumplir sus deberes ante Dios y la Patria; sin embargo, sus acciones no son coherentes con las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo. De la misma manera, todos los campos de acción de la vida humana, también identificamos conductas similares.

Hermanos: meditando la lectura de hoy, respondamos: ¿Nuestro comportamiento es coherente con los preceptos cristianos?

Hermanos: que las respuestas a estas preguntas nos ayuden a incrementar nuestra fidelidad a Nuestro Señor Jesucristo y a contribuir a promover conductas coherentes con los principios cristianos.

¡Jesús nos ama!

  1. Oración

Padre eterno: por el ejemplo vivo de tu amado Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, haz que los consagrados y consagrados de la Iglesia sean coherentes con la Palabra y jamás permitas que se alejen de tu amor.

Amado Jesús, estamos dispuestos a adherir nuestro corazón a ti, fortalece con tu Santo Espíritu nuestros esfuerzos para que nuestra conducta diaria sea coherente con tus enseñanzas.

Amado Jesús, mira con bondad y misericordia a las almas del purgatorio, y permíteles participar del banquete celestial.

Madre Santísima, Madre de la Iglesia, Madre del buen consejo, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Contemplemos al Señor con las bienaventuranzas, ubicadas al inicio del Sermón de la montaña, en el capítulo 5, versículos del 1 al 12, en el evangelio de San Mateo:

“Felices los pobres de corazón, porque el reino de los cielos les pertenece. Felices los afligidos, porque serán consolados.

Felices los desposeídos, porque heredarán la tierra. Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.

Felices los misericordiosos, porque serán tratados con misericordia.

Felices los limpios de corazón, porque verán a Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque se llamarán hijos de Dios.

Felices los perseguidos por causa del bien, porque el reino de los cielos les pertenece.

Felices ustedes cuando los injurien, los persigan y los calumnien de todo por mi causa. Alégrense y estén contentos pues la paga que les espera en el cielo es abundante.”

Queridos hermanos: esforcémonos por ser coherentes con las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo. Pidamos al Espíritu Santo los dones para que todos nos ayudemos a obrar en concordancia con el mandamiento del amor.

Que el Pan de los ángeles de la Santa Eucaristía sea el alimento que fortalezca nuestra comunión con Dios y con el prójimo. Cuando vayamos a adorar al Santísimo Sacramento, que una de las intenciones fundamentales sea pedir perdón por todas las incoherencias humanas que van contra el mandamiento del amor. Así mismo, hagamos que nuestras obras de misericordia sean el firme testimonio de nuestro seguimiento a Nuestro Señor Jesucristo.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.