MARTES DE LA SEMANA XXI DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL MARTES DE LA SEMANA XXI DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

«Limpia primero la copa por dentro, y así quedará limpia también por fuera» (Mt 23, 26)

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tu sabiduría para que podamos comprender el mensaje que Jesús nos quiere comunicar en este día.

Espíritu Santo, otórganos la gracia para que la Palabra sea nuestra escuela de vida.

Madre Santísima intercede ante tu hijo Jesucristo por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo 23, 23-26

En aquel tiempo, Jesús habló a la gente diciendo: «¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, y descuidan lo más importante de la Ley: la justicia la misericordia y la fidelidad! Hay que hacer esto, pero sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos que cuelan el mosquito pero que tragan el camello! ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras que por dentro están rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa por dentro, y así quedará limpia también por fuera».

Palabra del Señor.

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Hoy celebramos a Santa Mónica, madre de San Agustín. Ella vivió ejemplarmente su misión de esposa y madre. Logró la conversión de su esposo y también la de uno de sus tres hijos: San Agustín.

Nació en el año 333, en Tagaste. Se casó muy joven y tuvo tres hijos, el mayor de ellos fue San Agustín.

San Agustín consideraba a su madre como la fuente de su cristianismo; por ello, decía que su madre “lo engendró dos veces”. Santa Mónica murió en el año 387 cuando intentaba regresar, con San Agustín, a África.

Desde el día de ayer estamos meditando la dura crítica de Jesús contra los letrados y fariseos, ubicada en el capítulo 23, entre los versículos 1 y 36. Hoy meditaremos la segunda parte, los versículos del 23 al 26.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

Cuántas madres viven atribuladas porque sus esposos e hijos transitan por caminos equivocados. Santa Mónica, ejemplo de madre sabia, perseverante en la fe, invita a todas estas madres a no desalentarse, sino a ser perseverantes en la misión de ser esposas y madres, confiando en Dios y aferrándose a la oración, pidiendo siempre la intercesión de Nuestra Santísima Madre María.

En el pasaje evangélico de hoy, Nuestro Señor Jesucristo continúa con el llamado a no caer en las apariencias externas, sino a cumplir amorosa y profundamente sus enseñanzas.

Hermanos: meditando la lectura de hoy, respondamos: ¿Somos misericordiosos con nuestros hermanos más necesitados? ¿Somos fieles a las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo?

Hermanos: que las respuestas a estas preguntas nos ayuden a incrementar nuestra fidelidad a Nuestro Señor Jesucristo y a contribuir a promover conductas coherentes con los principios cristianos.

¡Jesús nos ama!

  1. Oración

Santa Mónica, ejemplo de amor de madre y esposa, intercede ante la Santísima Trinidad para que recibamos la gracia de purificar las intenciones de nuestros corazones.

Padre eterno, consuelo de los que lloran, que acogiste con misericordia las piadosas lágrimas y ruegos de santa Mónica en la conversión de su hijo San Agustín, concede la gracia de la conversión de esposos e hijos, a todas las madres que te lo imploran.

Amado Jesús, con una plena disposición a seguirte, fortalece con tu Santo Espíritu nuestros esfuerzos para que nuestra conducta diaria sea coherente con tus enseñanzas.

Amado Jesús, mira con bondad y misericordia a las almas del purgatorio, y permíteles alcanzar la vida eterna en el cielo.

Madre Santísima, Madre de la Iglesia, Madre del buen consejo, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Nos unimos a la oración a Santa Mónica para obtener la fe para los hijos que están alejados de Dios:

“A ti recurrimos, paciente Santa Mónica, madre de San Agustín, que con tanta esperanza y oración alcanzaste la apertura de tu hijo a la bondad de Dios, en quien encontró la felicidad que tanto había buscado en los placeres del mundo.

Tú, que sabes lo que padece una madre para encauzar la vida de sus hijos hacia Dios y su santa voluntad, intercede por las madres de hoy, para que puedan tocar el corazón de sus hijos y ayudarles a descubrir que solo Dios puede colmar su sed de amor, de libertad, de felicidad.

Ruega por los hijos alejados de Dios, que se ilusionan con realizar su vida apoyándose solo en sus capacidades y dejándose arrastrar por las seducciones que el mundo les ofrece, no encuentran la paz y la alegría del corazón. Alcanza para todas las madres la gracia de atraerlos a Dios con la paciencia, la espera humilde y el respeto amoroso”.

Queridos hermanos: esforcémonos por ser coherentes con las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo. Pidamos al Espíritu Santo los dones para obrar siempre en concordancia con el mandamiento del amor.

En palabras de San Agustín, estemos atentos, “siempre está el ojo avizor contra nosotros del enemigo antiguo; no nos durmamos. Sugiere halagos, pone celadas, introduce malos pensamientos y, para llevarnos a dolorosa ruina, pone delante lucros y amenaza con perjuicios”.

Hermanos aumentemos nuestra fortaleza ante las acechanzas del enemigo; para ello, acudamos con frecuencia a la Santa Eucaristía, meditemos la Palabra de Dios, adoremos el Santísimo Sacramento, recemos el Santo Rosario y realicemos obras de misericordia en el Santísimo Nombre de Jesús.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.