LECTIO DIVINA DEL VIERNES DE LA SEMANA XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C
«Cuando un hombre fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte sus bienes. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama» Lc 11, 21 – 23.
Oración inicial
Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tu sabiduría para que podamos comprender el mensaje que Jesús nos quiere comunicar en este día.
Espíritu Santo, otórganos la gracia para que la Palabra sea nuestra escuela de vida.
Madre Santísima intercede ante tu hijo Jesucristo por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
- Lectura
Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 15-26
En aquel tiempo, Jesús habiendo expulsado un demonio, algunos de entre la multitud dijeron: «Expulsa demonios con el poder de Belzebú, el príncipe de los demonios». Otros para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo.
Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo expulso los demonios con el poder de Belzebú; si yo expulso los demonios con el poder de Belzebú, los hijos de ustedes, ¿con qué poder los expulsan? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero, si yo expulso los demonios con el dedo de Dios, es que el reino de Dios ha llegado a ustedes.
Cuando un hombre fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte sus bienes. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.
Cuando un espíritu impuro sale de un hombre, da vueltas por el desierto, buscando un sitio para descansar; pero, como no lo encuentra, dice: “Volveré a la casa de donde salí”. Y al volver la encuentra barrida y arreglada. Entonces va, toma otros siete espíritus peores que él, y se meten a vivir allí. Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio».
Palabra del Señor.
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Hoy celebramos a San Juan XXII, el Papa bueno. Angelo Giuseppe Roncalli nació en Lombardía, Italia, el 25 de noviembre de 1881. En 1896 fue admitido en la Orden Franciscana Seglar en Bérgamo. Hizo profesión de esa Regla el 23 de mayo de 1897. De 1901 a 1905 fue alumno del Pontificio Seminario Romano. El 10 de agosto de 1904 fue ordenado sacerdote en la Basílica de Santa María de Monte Santo, en la Piazza del Popolo.
El 28 de octubre de 1958, con casi 77 años, fue elegido papa. El 11 de octubre de 1962 el Papa Roncalli abrió el Concilio Vaticano II en San Pedro. Este Concilio cambió el rostro de la Iglesia: una nueva forma de celebrar la misa, con mayor cercanía a los fieles, un nuevo acercamiento al mundo y un nuevo ecumenismo. El papa Juan XXIII murió en Roma el 3 de junio de 1963.
El pasaje evangélico de hoy se ubica después del Padrenuestro, la Oración del Señor. Los prodigios que realizaba Jesús suscitaban la admiración de la gente que lo seguía y también despertaba la envidia de quienes se oponían a su mensaje. Por ello, fue acusado injustamente, atribuyéndole un poder, que no era de Dios, sino de Satanás.
Jesús rechaza estas acusaciones y sigue demostrando la autenticidad de su mensaje celestial y de sus acciones. Jesús expresa que expulsa a los demonios con la fuerza de Dios, que es el Espíritu Santo, demostrando que el Reino de Dios es único, indiviso y eterno.
Así mismo, Jesús, con una imagen bélica, hace referencia a que Él viene a liberar a los cautivos del mal, a los que viven tinieblas y en sombras de muerte, a sanar a los enfermos. Por eso, Jesús, de manera radical, no admite neutralidad cuando dice “El que no está conmigo está contra mí”.
Aquí es posible identificar una conexión evangélica con Lucas, capítulo 9, versículo 49 y 50. En este texto, ante la presencia de un exorcista anónimo, Jesús dice: “No se lo impidan, pues, el que no está contra ustedes, está con ustedes”.
- Meditación
Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?
Nosotros sabemos que Satanás fue derrotado para siempre con la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo; por ello, es Jesús quien derrota al mal en el corazón de cada uno de nosotros y en cada persona que lo sigue.
El amor de Dios siempre vencerá, aun cuando el rey de la mentira y de la maldad actúa en el mundo a través de muchas personas, a quienes les ha robado su conciencia para promover el consumismo, la exagerada promoción del materialismo como señal de éxito, la ideología de género, el aborto, los ataques a la familia y otras conductas contrarias al amor.
Así mismo, es fundamental identificar las raíces de nuestras debilidades y evitar caer en las tentaciones que el mundo nos presenta. Y si caemos, debemos reconciliarnos con el Señor a través de una sincera confesión.
Hermanos, meditando el pasaje evangélico del día de hoy y haciendo un profundo análisis de conciencia, respondamos: ¿Nos mantenemos vigilantes y perseverantes en la oración para no caer en las tentaciones? ¿Nos esforzamos para liberarnos de nuestras ataduras mundanas, con la ayuda de Dios?
Que las respuestas a estas preguntas nos ayuden a caminar siempre con Nuestro Señor Jesucristo, con la divina satisfacción de su victoria y de nuestra victoria sobre el poder del mal.
¡Jesús nos ama!
- Oración
Dios, Padre amado, que nos diste como Santo Padre a San Juan XXIII, llamado por todos el Papa de la paz y el Papa bueno, te pedimos, por su intercesión, ser portadores en esta tierra del don maravilloso de tu paz y ser hombres y mujeres de diálogo, comprensión y tolerancia.
Santísima Trinidad, ayúdanos a ver a todos los que nos rodean como hermanos e hijos de un mismo Dios y a buscar en todo momento el entendimiento, sin desvirtuar tu luz y tu verdad.
Amado Jesús, por tu resurrección y acción liberadora, aleja de nosotros el miedo de Satanás, crea libertad en nuestro corazón, danos firmeza en la acción y pon esperanza en nuestras vidas.
Madre Santísima, Madre de la Divina Gracia, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.
- Contemplación y acción
Hermanos, repitamos en la intimidad de cada uno en nuestros corazones, una línea del salmo 15: “Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia…”
Señor, que nunca nos separemos de ti. Repitamos como en el salmo 50: “¡Oh Dios!, crea un mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme, no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu Santo Espíritu”.
Señor deseamos asumir el compromiso de mantenernos vigilantes y perseverantes en la oración para no caer en las tentaciones y no cesar en nuestra determinación de servirte día a día, en cualquier circunstancia de nuestras vidas.
Hermanos: glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.
Oración final
Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.
Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.
Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.
Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.