LUNES DE LA SEMANA II DE ADVIENTO– CICLO A

LECTIO DIVINA DEL LUNES DE LA SEMANA 2 DE ADVIENTO– CICLO A

«Pues, para que vean que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados – dijo al paralítico – A ti te digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa». Él, levantándose inmediatamente, a la vista de ellos, tomó la camilla donde estado tendido y se fue a su casa dando gloria a Dios. Lc 5, 24-25.

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tus dones para que podamos comprender los tesoros de la sabiduría que Jesús nos quiere revelar en este día. Otórganos la gracia para meditar los misterios de la Palabra y revélanos sus más íntimos secretos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Lucas, 5, 17-26

Un día, estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todos los pueblos de Galilea, Judea, y Jerusalén. Y el poder del Señor lo impulsaba a curar. Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico y trataban de introducirlo, para ponerlo delante de Jesús. Como no sabían cómo hacerlo, a causa de la multitud, subieron a la azotea y, separando las losetas, lo descolgaron con la camilla y lo pusieron en medio, delante de Jesús. Él, viendo la fe que tenían, dijo: «Hombre, tus pecados están perdonados».

Los escribas y fariseos se pusieron a pensar: «¿Quién es este que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?». Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, respondió y les dijo: «¿Qué están pensando en sus corazones? ¿Qué es más fácil, decir “tus pecados te son perdonados”, o decir: “levántate y anda”?

Pues, para que vean que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados – dijo al paralítico – A ti te digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa». Él, levantándose inmediatamente, a la vista de ellos, tomó la camilla donde estado tendido y se fue a su casa dando gloria a Dios. Todos quedaban asombrados y daban gloria a Dios, diciendo, llenos de temor: «Hoy hemos visto cosas admirables».

Palabra del Señor.

 

 

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Hoy celebramos la memoria de San Juan Diego Cuauhtlatoatzin, cuyo nombre significa: “águila que habla” o “el que habla como águila”. Era un indígena humilde, de la etnia de los chichimecas, nació en torno al año 1474. El 9 de diciembre de 1531, mientras se dirigía a pie a Tlatelolco, en un lugar denominado Tepeyac, tuvo una aparición de María Santísima, Nuestra Señora de Guadalupe, que se le presentó como «la perfecta siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios». Juan Diego murió en el año 1548 y fue canonizado en el año 2002 por San Juan Pablo II.

El pasaje evangélico de hoy relata uno de los milagros más impresionantes de Jesús, en el que demuestra su poder divino, no solamente para curar el cuerpo sino también el alma, aliviándola de la pesada carga de los pecados. Así mismo, los amigos del paralítico dan muestras de una gran fe y hacen todo lo posible para llevarlo a la presencia de Jesús porque saben que sólo Él, puede aliviarlo.

El perdón de Jesús provoca una discusión entre escribas y fariseos acerca de si su absolución constituye una blasfemia o si realmente Él es Dios. Pero Jesús lee los corazones y el pensamiento de los hombres como verdadero Dios, y absuelve y sana al paralítico.

Aun después de presenciar el milagro, los escribas y fariseos no percibieron la autoridad divina de Jesús.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

Lo más importante del milagro de la lectura de hoy, radica en que Nuestro Señor Jesucristo declara que Él, el Hijo del hombre, tiene autoridad sobre la tierra para perdonar los pecados, autoridad que le otorgó a su Iglesia. Así, Nuestro Señor Jesucristo demuestra en este milagro que, curar el alma, es más prioritario que curar el cuerpo; Él cura el mal desde la raíz.

Como en el pasaje evangélico y en los tiempos actuales, el camino hacia Nuestro Señor Jesucristo estaba y está lleno de obstáculos, pero la fe de los amigos del paralítico se convirtió en audacia creativa allí donde todo estaba perdido.

Conscientes de que la lógica de Nuestro Señor Jesucristo es muy diferente a los criterios del mundo, respondamos: ¿Ayudamos a otras personas a acercarse a Nuestro Señor Jesucristo?

Que las respuestas a esta pregunta nos ayuden a ser misioneros muy activos de Nuestro Señor Jesucristo, amando a nuestro prójimo.

¡Jesús nos ama!

  1. Oración

Padre eterno, Padre misericordioso, que has enviado a tu Hijo Único para liberarnos de la esclavitud del pecado, haz que, sostenidos también por la fe de nuestros hermanos, permanezcamos fieles bajo tu mirada misericordiosa.

Padre eterno, concédenos acoger siempre con humildad la gracia del perdón, a fin de que, sanados en el fondo de nuestro ser, quedemos libres para amar y servirte como tu deseas.

Padre eterno, que, por el don del Espíritu Santo, pueda unirse nuestra vida a la muerte redentora de tu Hijo para la salvación de todos los hombres.

Madre Santísima, Madre del amor bendito, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplemos la hermosura y la bondad de nuestro Señor, que nos muestra los frutos del amor caritativo; es decir, que, por la fe de unos, se puede alcanzar la sanación y la conversión de otros. Si tenemos fe, veremos maravillas a pesar de nuestros razonamientos y esquemas humanos.

El amor nos hace audaces y creativos si lo dejamos actuar. Es cuando amamos que justificamos nuestra existencia.

Hermanos: contemplemos el maravilloso amor de Dios a través un escrito de San Claudio de la Colombière:

«La meditación sobre el amor de Dios me ha impresionado fuertemente considerando los bienes que recibo de Dios desde el primer momento de mi vida, hasta hoy. ¡Cuánta bondad! ¡Cuánto desvelo! ¡Cuánta providencia para el cuerpo y para el alma! ¡Cuánta paciencia! ¡Cuánta dulzura! …

Me parece que Dios me ha hecho penetrar y ver claramente esta verdad: primero, que Él está en todas las criaturas. Segundo, que todo lo que hay de bueno en ellas, es Él. Tercero, que es Él quien nos hace todo el bien que de ellas recibimos.

Lo que es más admirable es que Dios hace esto mismo con todas las personas, aunque nadie piense en ello, sino es alguna alma escogida o alguna alma santa. Es preciso que, al menos yo, piense en ello y sea agradecido.

Dios nos da incesantemente el ser, la vida, las acciones de todo cuanto hay en el universo creado. Esta es su ocupación en la naturaleza; la nuestra debe ser recibir sin cesar todo lo que nos envía de todas partes y devolvérselo con acción de gracias, alabándolo y reconociendo que Él es el autor de todas las cosas. He prometido a Dios hacer cuanto esté de mi parte».

Queridos hermanos: como hijos de Dios Padre, hagamos el compromiso de ponernos siempre en la presencia de Él a través de la oración, suplicándole que nos haga instrumentos de su amor y de su paz para la extensión de su reino. Oremos con fe por nuestros hermanos que sufren y esforcémonos por ponerlos ante la presencia de Nuestro Señor Jesucristo.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.