JUEVES DE TIEMPO DE NAVIDAD – CICLO A

LECTIO DIVINA DEL JUEVES DE TIEMPO DE NAVIDAD – CICLO A

Juan les respondió: «Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno que no conocen, que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de su sandalia» Jn 1, 26-27.

 

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tus dones para que podamos comprender los tesoros de la sabiduría que Jesús nos quiere revelar en este día. Otórganos la gracia para meditar los misterios de la Palabra y revélanos sus más íntimos secretos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

 

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 19-28

Este es el testimonio de Juan cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan a que le preguntaran: «¿Tú quién eres?». Él confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: «Yo no soy el Mesías». Le preguntaron: «Entonces, ¿qué? ¿Eres tú Elías?». Él dijo: «No lo soy». «¿Eres tú el profeta?». Respondió: «No». Y le dijeron: «¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?». Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanen el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías».

Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: «Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?». Juan les respondió: «Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno que no conocen, que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de su sandalia».

Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.

Palabra del Señor.

 

 

 

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Hoy, en el segundo día del 2010, celebramos la memoria obligatoria de los santos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno. Estos santos, con Gregorio de Nisa, hermano de Basilio, son conocidos como los “padres capadocios”. Ellos llevaron a la práctica las enseñanzas del Concilio de Nicea sobre la doctrina trinitaria.

Basilio realizó obras caritativas y dejó muchas obras teológicas, espirituales, homilías y un epistolario. Gregorio Nacianceno, como poeta y teólogo, revela la experiencia y la inteligencia de los misterios de Jesús.

Hoy meditamos una parte del texto denominado “Testimonio de Juan Bautista” que también se encuentra en el capítulo 1 de Marcos, versículos del 1 al 8, y en el capítulo 3 de Lucas, en los versículos del 1 al 18.

El pasaje evangélico revela cómo la fama de Juan Bautista se había extendido a tal punto que, desde Jerusalén, las autoridades enviaron una comisión para interrogarlo, descubrir quién era y conocer los detalles de su actividad. Juan Bautista, con sus respuestas y avalado por Dios Padre, brinda una lección de humildad señalando claramente su misión de precursor de Nuestro Señor Jesucristo.

 

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

Juan Bautista nos da un ejemplo de humildad, otorgando en el primer lugar de su vida y de la historia de la salvación a Nuestro Señor Jesucristo; se empequeñece y presenta al Rey de reyes como el Mesías.

Recojamos este testimonio de Juan Bautista y encaminemos nuestro corazón, pensamiento y acción hacia la sencillez y humildad, recordando permanentemente el camino de humildad que Nuestro Señor Jesucristo trazó desde el pesebre de Belén hasta la cruz.

Asimismo, el texto de hoy es una llamada para que redirijamos nuestra mirada a quien solo puede ser descubierto con los ojos del servicio y de la humildad: Nuestro Señor Jesucristo.

Meditando la lectura con mayor detalle, algunas veces en nuestras vidas han aparecido personas que han desempeñado el rol de Juan Bautista, preparando nuestro camino hacia Jesús. Agradezcamos a Dios por estos detalles de amor, agradezcámosle por su bondad y misericordia, y oremos por todas aquellas personas que han allanado nuestro camino hacia Jesús.

Hermanos: a la luz de la Palabra, respondamos: ¿Cuáles son los prejuicios que evitan nuestro encuentro con Jesús? ¿Ayudamos a otras personas preparando su camino hacia el Señor?

Que las respuestas a esta interrogante nos permitan eliminar de nuestro corazón, pensamiento y acción todos los obstáculos que nos impiden una comunión plena con Nuestro Señor Jesucristo, siendo fieles colaboradores de sus planes de salvación.

¡Jesús nos ama!

 

  1. Oración

Padre eterno, que te has dignado instruir a la Iglesia con los ejemplos y doctrina de los santos obispos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno, has que aprendamos con humildad tu verdad y la vivamos fielmente en el amor.

Padre eterno, envíanos tu Santo Espíritu para que, siendo dóciles a la voz de Juan Bautista, que nos invita a la conversión, seamos fieles testigos tuyos en el mundo, comprendiendo que la auténtica paz y la verdadera felicidad vienen de ti.

Amado Jesús, Amor de los amores, Señor de señores, danos una mirada limpia para identificarte en cada acción del día, especialmente, donde nuestros prejuicios evitan encontrarte.

Amado Jesús, misericordia infinita, admite en tu gloria a todos los difuntos de todo tiempo y lugar.

Madre Santísima, te agradecemos por acoger en tu seno al Hijo de Dios y te pedimos que intercedas ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

¡Jesús nos ama!

 

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplemos a Nuestro Salvador con un escrito de Pablo VI:

 

«¿Quién es Jesús? Nosotros que tenemos este grandísimo y dulcísimo Nombre para repetírnoslo a nosotros mismos, nosotros que somos fieles, nosotros que creemos en Cristo, nosotros ¿sabemos bien quién es? ¿Sabríamos decirle una palabra directa y exacta: llamarlo verdaderamente por su nombre, invocarlo como luz del alma y repetirle: Tú eres el Salvador? ¿Sentir que es tan necesario para nosotros y que no podemos vivir sin Él: que Él es nuestro tesoro, nuestra alegría y felicidad, promesa y esperanza, nuestro camino verdad y vida? …

El Cristo que llevamos a la humanidad es el “Hijo del hombre”, como Él mismo se ha llamado. Es el primogénito, el prototipo de la humanidad nueva, es el Hermano, el Compañero, el Amigo por excelencia. Solo de Él se puede decir con plena verdad, como en Juan, capítulo 2, versículo 25, que: “conocía al hombre por dentro”. Es el enviado de Dios, no para condenar al hombre sino para salvarlo».

 

Queridos hermanos: hagamos el propósito de mirar a las personas con humidad y sencillez, y ver en ellas el rostro de Nuestro Señor Jesucristo. Invoquemos al Espíritu Santo para que disipe de nuestro corazón, pensamiento y acción todo prejuicio que nos impide la cercanía plena con el Salvador del mundo.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

 

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.