LUNES DE LA EPIFANIA DEL SEÑOR – CICLO A

LECTIO DIVINA DEL LUNES DE LA EPIFANIA DEL SEÑOR – CICLO A

Entonces comenzó Jesús a predicar: «Conviértanse, porque está cerca el reino de los cielos». Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo. Mt 4, 17 y 23.

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tus dones para que podamos comprender los tesoros de la sabiduría que Jesús nos quiere revelar en este día. Otórganos la gracia para meditar los misterios de la Palabra y revélanos sus más íntimos secretos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo 4, 12-17. 23-25

En aquel tiempo, al enterarse Jesús que habían encarcelado a Juan se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al mar, en territorio de Zabulón y Neftalí.

Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: «País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los paganos. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una gran luz, a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló».

Entonces comenzó Jesús a predicar: «Conviértanse, porque está cerca el reino de los cielos». Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.

Su fama se extendió por toda Siria y le traían todos los enfermos aquejados de toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y él los curaba. Y le seguían grandes multitudes venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Transjordania.

Palabra del Señor.

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El texto de hoy relata el inicio de la actividad pública de Jesús en los versículos 12 al 17. Este pasaje también se ubica en el capítulo 1 de Marcos, versículo 14 y en el capítulo 4 de Lucas, versículos 4 al 14. Adicionalmente, meditamos el resumen narrativo de la actividad de Jesús, ubicado en los versículos 23 al 25.

Cafarnaún, en Galilea, se convierte en la plataforma de la revelación de Jesús, tal como lo había predicho el profeta Isaías. Hay que tener en cuenta que los judíos consideraban a Galilea como tierra alejada de la fe, y es allí donde Jesús inicia su ministerio. Con la elección de Cafarnaún, Jesús se aparta del área de influencia de las persecuciones y tentaciones.

De manera paralela al accionar de Juan Bautista, Jesús predica el reino de los cielos y, con la medicina del cielo, curaba a todos los que acudían a él. De esta manera, una multitud creciente lo seguía.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

El primer mensaje de Nuestro Señor Jesucristo fue: «Conviértanse, porque está cerca el reino de los cielos», que significa volver a vivir de acuerdo con los mandamientos de Dios. Así mismo, su mensaje llegó acompañado de la gran luz del Evangelio, y de la liberación de las esclavitudes y sanación de los enfermos.

Con su accionar, Nuestro Señor Jesucristo cambió la vida de multitudes, como lo sigue haciendo ahora a través del Espíritu Santo. Todos estamos llamados a seguirlo; hay que confiar plenamente en Él y pedir al cielo que aumente nuestra fe en sus enseñanzas y en la maravillosa eternidad que nos espera si nos convertimos. Es la fe, la que ensancha el horizonte del amor fraterno y divino, y que encamina a dar testimonio del encuentro con el Señor.

Dios no despreció a aquel que arrojó del paraíso, sino que viene de nuevo a su encuentro. Acerquémonos pues nuevamente a la fuente de agua viva, a la fuerza transformadora de Nuestro Señor Jesucristo, que nos hace más fraternos y cercanos a Dios, que convierte.

Teniendo en cuenta el texto de hoy, respondamos: ¿En qué cosas y en quiénes hemos puesto nuestra confianza? ¿Qué hacemos diariamente para convertirnos en seguidores de Nuestro Señor Jesucristo?

Que las respuestas a estas preguntas, con la ayuda del Espíritu Santo, nos ayuden a fortalecer nuestra confianza y fe en Nuestro Señor Jesucristo.

¡Jesús nos ama!

  1. Oración

Padre eterno, cuyo Verbo eterno embelleció la faz del cielo y recibió de la Virgen María la fragilidad de nuestra naturaleza humana, te pedimos que Nuestro Señor Jesucristo actúe con la plenitud de su poder para la redención del mundo.

Amado Jesús, esplendor de luz y verdad, haz que nosotros podamos seguirte siempre, en cualquier circunstancia, en nuestras alegrías y tribulaciones, incluso hasta la cruz.

Espíritu Santo, dulce huésped del alma, muéstranos el camino que nos conduce a Nuestro Señor Jesucristo y a Dios Padre.

Amado Jesús, tú que estás sentado a la derecha de Dios Padre, alegra con la visión de tu rostro a nuestros hermanos difuntos.

Madre Santísima, Madre de la Divina Gracia, intercede por nuestras oraciones ante la Santísima Trinidad.

Amén.

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplemos a la Santísima Trinidad con la lectura de un escrito de Romano Guardini:

«Reino de Dios significa que Dios reina. Y ¿cómo reina Dios? Preguntémonos: en el fondo, ¿qué es lo que impera realmente sobre nosotros? En primer lugar, los hombres. También las cosas señorean sobre mí. Las cosas que ambiciono, las cosas que me estorban, las cosas que encuentro en mi camino (…).

¿Qué ocurriría si Dios reinase verdaderamente en mí? Mi corazón, mi voluntad lo experimentarían como Aquel que da a todo evento humano significado pleno (…).

Yo percibiría con temor sagrado que mi persona es nada excepto por el modo en que Dios me llamó y en el que debo responder a su llamada. De aquí me vendría el don supremo: la santa comunidad de amor entre Dios y mi sola persona. Pero el nuestro es un reino del hombre, reino de cosas, reino de intereses terrenos que ocultan a Dios y solo al margen le hacen sitio.

¿Cómo es posible que el árbol a cuyo encuentro voy me sea más real que Él? ¿Cómo es posible que Dios sea para mí sólo una mera palabra y no me invada, omnipotente, el corazón y la consciencia?

Y ahora Jesús, proclama que después del reino de los hombres y de las cosas ha de venir el reino de Dios. El poder de Dios irrumpe y quiere asumir el dominio; quiere perdonar, santificar, iluminar, no por la violencia física, sino por la fe. Los hombres deberían apartar su atención de las cosas y dirigirla hacia Dios, así como tener confianza en lo que Jesús les dice con su palabra y actitud: entonces llegaría el reino de Dios».

Hermanos: hagamos el compromiso de agradecer diariamente a la Santísima Trinidad por todos los dones recibidos. Pidamos al Espíritu Santo los dones para fortalecer nuestro seguimiento a Jesús, convirtiéndonos en verdaderos cristianos, creyentes en el reino de Dios.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.