JUEVES DE LA SEMANA XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO A

LECTIO DIVINA DEL JUEVES DE LA SEMANA XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO A

SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS, VIRGEN Y DOCTORA DE LA IGLESIA

«La cosecha es abundante y los obreros pocos, rueguen, pues, al dueño del campo para que mande trabajadores para su cosecha. ¡Pónganse en camino!» Lc 10, 2.

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tus dones para que podamos comprender los tesoros de la sabiduría que Jesús nos quiere revelar en este día. Otórganos la gracia para meditar los misterios de la Palabra y revélanos sus más íntimos secretos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según San Lucas 10, 1-12

En aquel tiempo, el Señor designó a otros setenta y dos y los envió delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares donde pensaba ir él. Y les decía: «La cosecha es abundante y los obreros pocos, rueguen, pues, al dueño del campo para que mande trabajadores para su cosecha. ¡Pónganse en camino! Miren que los envío como cordero en medio de lobos. No lleven bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no se detengan a saluda a nadie en el camino.

Cuando entren a una casa, digan primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos la paz; si no, volverá a ustedes. Quédense en la misma casa, coman y beban de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No anden cambiando de casa. Si entran en un pueblo y los reciben bien, coman lo que les pongan, curen a los enfermos que haya, y digan: “Está cerca de ustedes el reino de Dios”. Cuando entren en un pueblo y no los reciban, salgan a la plaza y digan: “Hasta el polvo de esta ciudad, que se nos ha pegado a los pies, lo sacudimos sobre ustedes. De todos modos, sepan que está cerca el reino de Dios”. Yo les digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para esa ciudad».

Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

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«Mi vida es un instante, una hora de paso. ¡Oh, Dios mío, sabes que para amarte en la tierra no dispongo más que del día de hoy!» (Santa Teresa del Niño Jesús).

Hoy celebramos a Santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, fiel testimonio de confianza filial en Dios. Para ella, el amor tiene un rostro: Jesús. Teresa es uno de los “pequeños” del evangelio que se deja transportar por Jesús a las profundidades del misterio de su amor.

Nació en Alenzón en 1873. En 1877, después de la muerte de su mamá, se traslada con su familia a Lisieux. A los 14 años tomó la decisión de consagrarse a Dios, para lo cual pidió la autorización del papa León XIII, e ingresó en 1888 al monasterio de las carmelitas descalzas de Lisieux, donde hizo su profesión religiosa a los 17 años.

Murió en 1897, fue beatificada en 1923 y canonizada en 1925 por Pío XI. Escribió más de 200 cartas, 62 poemas, 21 oraciones y 8 recreaciones piadosas.

El texto evangélico de hoy narra el segundo envío de Jesús, de setenta y dos misioneros, que representan al presbiteriado actual. El primer envío fue el de los doce apóstoles que representan al episcopado de la Iglesia naciente, tal como se aprecia en Lucas capítulo 9, versículos 1 al 6.

En este segundo envío, Jesús brinda los siguientes detalles de la misión:

  • En primer lugar, les pide oración para que el contacto del misionero con Dios ayude a que la misión sea fecunda.
  • En segundo término, aludiendo a que estarán rodeados de lobos, Jesús les hace ver que serán perseguidos y correrán riesgos, pero él estará con ellos porque es su pastor. Además, Jesús les dio la potestad de vencer y dominar todo poder del enemigo.
  • En tercer lugar, les indica que deben ir sin provisiones, ligeros de equipaje, evitar distracciones y llevar una vida austera, confiando en la hospitalidad de la gente, pero fundamentalmente, en la providencia divina.
  • En cuarto lugar, deben llevar un saludo de paz a todos, anunciando la cercanía del reino de Dios, sin excepciones, además de curar a los enfermos, expulsar demonios; en suma, deben llevar la misericordia de Dios por donde vayan.
  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

Santa Teresa del Niño Jesús es un bello ejemplo de abandono en el Señor, ella siguió el camino del amor, de la sencillez y de la confianza total en el amor misericordioso de Nuestro Señor Jesucristo.

Hermanos: el llamado de Jesús a los misioneros y su envío tiene un carácter universal porque es imperioso anunciar la buena nueva. Todos estamos llamados a la misión de llevar la Palabra de Dios y su amor a toda la humanidad, empezando por nuestras familias, centros de trabajos y/o estudios, comunidades, y por donde vayamos. La clave está en identificar los detalles de nuestra vocación para la misión.

Conscientes de que las recomendaciones de Jesús son muy diferentes a los criterios del mundo, respondamos desde lo profundo de nuestros corazones: ¿Tengo un corazón disponible para llevar la buena nueva por donde voy, a través mis acciones y de mi conducta?

Que las respuestas a esta pregunta nos ayuden a ser misioneros muy activos de Nuestro Señor Jesucristo, comprendiendo que la misión no es fácil, pero, con la ayuda de Dios, no es imposible.

¡Jesús nos ama!

  1. Oración

Padre eterno: tú que preparas tu reino para los humildes y los sencillos, concédenos seguir confiadamente el camino de Santa Teresa del Niño Jesús para que, con su intercesión, podamos tener un corazón abierto al perdón y a la fraternidad.

Amado Jesús: queremos ponernos en camino, te rogamos nos concedas también los dones apostólicos y misionales para anunciar la alegría de la salvación que eres tú, amado Señor.

Santísima Trinidad: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, inspira y fortalece a la Iglesia en la misión de llevar el Evangelio y la misericordia a toda la humanidad. Te rogamos que envíes más obreros para la misión y que la novedad del Evangelio sea aceptada por toda la humanidad.

Madre Santísima, Madre del amor bendito, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplemos a Dios a través de un escrito de Santa Teresa del Niño Jesús:

«Jesús ha querido darme luz acerca de este misterio. Puso ante mis ojos el libro de la naturaleza y comprendí que todas las flores que él ha creado son hermosas y que el esplendor de la rosa y la blancura del lirio no le quitan a la humilde violeta su perfume ni a la margarita su encantadora sencillez … Comprendí que, si todas las flores quisieran ser rosas, la naturaleza perdería su gala primaveral y los campos ya no se verían esmaltados de florecillas …

Eso mismo sucede en el mundo de las almas, que es el jardín de Jesús. Él ha querido crear grandes santos, que pueden compararse a los lirios y a las rosas; pero ha creado también otros más pequeños, y éstos han de conformarse con ser margaritas o violetas destinadas a recrear los ojos de Dios cuando mira a sus pies. La perfección consiste en hacer su voluntad, en ser lo que él quiere que seamos …

Comprendí también que el amor de Nuestro Señor se revela lo mismo en el alma más sencilla, que no opone resistencia alguna a su gracia, que en el alma más sublime. Y es que, siendo propio del amor el abajarse, si todas las almas se parecieran a las de los santos doctores que han iluminado a la Iglesia con la luz de su doctrina, parecería que Dios no tendría que abajarse demasiado al venir a sus corazones. Pero él ha creado al niño, que no sabe nada y que sólo deja oír débiles gemidos, y ha creado al pobre salvaje, que sólo tiene para guiarse la ley natural. ¡Y también a sus corazones quiere él descender! Éstas son sus flores de los campos, cuya sencillez le fascina …

Abajándose de tal modo, Dios muestra su infinita grandeza. Así como el sol ilumina a la vez a los cedros y a cada florecilla, como si sólo ella existiese en la tierra, del mismo modo se ocupa también Nuestro Señor de cada alma personalmente, como si no hubiera más que ella. Y así como en la naturaleza todas las estaciones están ordenadas de tal modo que en el momento preciso se abra hasta la más humilde margarita, de la misma manera todo está ordenado al bien de cada alma».

Queridos hermanos: en este día de Santa Teresa del Niño Jesús, hagamos el compromiso de pedir al Espíritu Santo las gracias de la humildad, la misericordia y el amor fraterno, realizando obras de misericordia y viendo en cada hermano necesitado, el rostro de Nuestro Señor Jesucristo.

Como hijos de Dios Padre, asumamos el compromiso de identificar, con la gracia del Espíritu Santo, cuál es nuestra misión en nuestras vidas para llevarla a cabo, con fe, con un corazón dispuesto y con la mirada puesta en Nuestro Señor Jesucristo.

Dejemos que el Espíritu Santo nos inspire a través de la Palabra; así mismo, alimentemos nuestro corazón con la Santa Eucaristía y no dejemos de adorar al Santísimo Sacramento, ni de rezar el Santo Rosario, aun virtualmente.

Glorifiquemos a la Santísima Trinidad con nuestras vidas.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.