VIERNES DE LA SEMANA XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO A

LECTIO DIVINA DEL VIERNES DE LA SEMANA XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO A

SANTOS ÁNGELES CUSTODIOS

«Quien a ustedes escucha a mí me escucha; quien a ustedes rechaza a mí me rechaza; y quien me rechaza, rechaza al que me ha enviado» Lc 10, 16.

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tus dones para que podamos comprender los tesoros de la sabiduría que Jesús nos quiere revelar en este día. Otórganos la gracia para meditar los misterios de la Palabra y revélanos sus más íntimos secretos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según San Lucas 10, 13-16

En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de ti Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados entre ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, vestidas de sayal y sentadas en la ceniza. Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a ustedes. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Caerás hasta el abismo. Quien a ustedes escucha a mí me escucha; quien a ustedes rechaza a mí me rechaza; y quien me rechaza, rechaza al que me ha enviado».

Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

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Hoy, para toda la Iglesia, es un día de gran agradecimiento a Dios que, en su infinito amor, nos ha otorgado, a cada uno, un ángel que nos protege y nos conduce hacia la Santísima Trinidad.

En el antiguo testamento se observa cómo Dios se sirve de sus ángeles para proteger a los hombres de la acción del demonio, para ayudar al justo o librarlo del peligro, como cuando Elías fue alimentado por un ángel, en 1 Reyes, capítulo 19, versículo 5.

En el nuevo testamento también se puede identificar textos en los que se aprecia la misión de los ángeles: el anuncio del ángel a María, el mensaje a José para que huyera a Egipto, la liberación de Pedro en la cárcel, los ángeles que sirvieron a Jesús después de las tentaciones en el desierto y otros más.

En el texto de hoy, Jesús hace un duro y colectivo llamado a la conversión: se dirige de manera directa a las ciudades de Corozaín, Betsaida y Cafarnaún, lamentando el destino de estas ciudades en el juicio final si es que no aprovechan la inmejorable oportunidad de convertirse, comprendiendo que son testigos privilegiados de la vida misionera de Jesús.

Jesús señala que la responsabilidad y culpa de estas ciudades será mayor durante el juicio final que las ciudades de Sodoma, Tiro y Sidón, que fueron símbolos de perversión y de poder económico. El hecho de conocer a Jesús y rechazarlo les otorga una mayor responsabilidad, ya que a quien más se le da, más se le exigirá.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

El ángel custodio que Dios nos ha otorgado es, ante todo, nuestro amigo; él nos protege y conoce nuestro secretos y pensamientos. Por ello, debemos saludarlo e invocarlo durante cada día. San Jerónimo decía: “Grande es la dignidad de las almas, cuando cada una de ellas, desde el momento de nacer, tiene un ángel destinado para su custodia”.

San Juan XXII, San Pío de Pietrelcina, Santa Teresa del Niño Jesús, San Juan María Vianey, San Francisco de Sales y otros santos han dejado lecciones valiosas para relacionarnos con nuestro ángel custodio.

El reproche que Jesús realiza a las ciudades de Galilea es una advertencia para el mundo actual, en especial a los países que promueven conductas contrarias a los preceptos cristianos, como la ideología de género, el aborto, la eutanasia, el libertinaje sexual, el individualismo y todas las actividades que acompañan a estos comportamientos. Así mismo, es también una exhortación a todas las comunidades cristianas que, escuchando y conociendo la Palabra de Dios, no la toman en cuenta en sus acciones.

Hermanos: respondamos a la luz de la Palabra de Dios: ¿cuáles son las razones por las que muchas personas rechazan a Nuestro Señor Jesucristo?

Que las respuestas a esta pregunta nos ayuden a contribuir activamente a la evangelización de aquellas personas que están alejadas de Dios, viviendo en la oscuridad.

¡Jesús nos ama!

  1. Oración

Ángel de Dios, que eres el custodio que el Señor me ha otorgado, ilumíname, guárdame, dirígeme y gobiérname. Acércame cada vez más a Nuestro Señor Jesucristo, agradándole con mis pensamientos, deseos, palabras y actos.

Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, hasta que me conduzcas a la paz y alegría del reino de los cielos.

Amado Jesús: concédenos a través del Espíritu Santo los dones para que nuestra fe alcance la madurez y seamos como niños ante los ojos de Dios Padre.

Amado Jesús, justo juez, acudimos a ti para implorar tu misericordia por todas las almas del purgatorio, especialmente, por aquellas que más necesitan de tu infinita misericordia.

Madre Santísima, Madre del amor bendito, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplemos a nuestro ángel custodio con un texto de Cesare Angelini:

«Pocas verdades de la religión producen tanto alivio como ésta, humanísima, como la del ángel custodio, una alegre invención de Dios. Y el saber que lo tiene muy cerca el rey cuando escribe la ley, sentado en el trono de oro, y que lo tiene el pobre sentado en la piedra del cementerio para comer el pan de la caridad, es una cosa que ennoblece la vida y la exalta. La poesía pagana apenas lo ha entrevisto.

La literatura hebrea está llena de mensajeros con alas, y sus páginas se estremecen de escalofríos luminosos. La teología cristiana, que es la profundización de aquella, es toda ella un fresco estremecido. Nadie sabe los aspectos que puede tomar su ángel custodio según los tiempos y las necesidades de su vida. Entras en un camino solitario y un tipo te acompaño y hace el camino contigo, intercambiando palabras con aire familiar. Tal vez sea él tu ángel, que, tomando forma humana, quiere hacerte compañía …

No todos los aleteos que oyes a lo largo del camino o bajo el alero de la casa son pajarillos y palomas; y el murmullo que te agita en ciertos momentos imprevistos no es siempre el viento que tienes delante. En la divina economía del bien en que está establecido el mundo, hemos de esperarnos siempre que sea ésa la revelación sensible del alado asistente. Como la experimenté yo mismo una vez, al caer la noche, en el umbral de una vieja abadía, al oír cantar por aquellos monjes graves el oficio de las completas; y oí al padre prior recitando la oración final, que es un himno a los ángeles: “Visita, Señor, esta habitación y ahuyenta de ella todas las asechanzas del enemigo. Estén aquí tus santos ángeles, que nos guarden en paz”. En ese momento, bajo el toque de la última campana me pareció ver muchos ángeles que, saliendo de lo alto, se recogían en todas las familias como la última bendición de la jornada. Y vuelto a mi habitación, que estaba totalmente desnuda como una celda, al cerrar la puerta y entornar los postigos, me estremecí por la alegría que me proporcionaba saber, casi ver, que había un ángel encerrado todo para mí».

Queridos hermanos: adoptemos el hábito de rezarle a nuestro ángel custodio todos los días. Hagamos también el propósito de cultivar en nosotros el corazón, la inocencia, la sencillez y el agradecimiento de un niño.

Preparemos nuestra mente y corazón para interiorizar las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo, con el fin de contribuir a que todos nuestros hermanos que viven en una cultura de oscuridad conozcan y vivan la experiencia maravillosa de comunión con Jesús.

Glorifiquemos a la Santísima Trinidad con nuestras vidas.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.