MIÉRCOLES DE LA SEMANA XXVIII DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO A

LECTIO DIVINA DEL MIÉRCOLES DE LA SEMANA XXVIII DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO A

«El amor es paciente, es servicial, el amor no es envidioso ni busca aparentar, no es orgulloso ni actúa con bajeza, no busca su interés, no se irrita, sino que deja atrás las ofensas y las perdona, nunca se alegra de la injusticia, y siempre se alegra de la verdad. Todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca terminará…» 1 Co 13, 4-8.

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tus dones para que podamos comprender los tesoros de la sabiduría que Jesús nos quiere revelar en este día. Otórganos la gracia para meditar los misterios de la Palabra y revélanos sus más íntimos secretos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 42-46

En aquel tiempo, el Señor dijo: «¡Ay de ustedes, fariseos, que pagan el diezmo de la menta, de la ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasan por alto el derecho y el amor de Dios! Esto habría que practicar sin descuidar aquello.

¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar los primeros asientos en las sinagogas y ser saludados en las plazas! ¡Ay de ustedes, que son como tumbas no señaladas que la gente pisa sin saberlo!».

Un maestro de la Ley intervino y le dijo: «Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros». Jesús replicó: «¡Ay de ustedes también, maestros de la Ley, que imponen a la gente cargas insoportables, mientras que ustedes no las tocan ni con un dedo!».

Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

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En el texto de hoy continúa la invectiva de Jesús contra los fariseos y doctores de la ley que empezamos a meditar ayer. De esta manera, Jesús quiere pasar del ritualismo estético a la vivencia auténtica del amor.

En el pasaje evangélico de hoy se presenta una lista de acusaciones graves contra los fariseos y maestros de la ley. Jesús critica a los fariseos la exigencia de la puntualidad en el tributo sobre las hierbas aromáticas, algo tan insignificante frente a lo que representa la limosna, la justicia y la generosidad; así mismo, Jesús les critica con dureza el deseo desmedido de figuración que tenían.

También reprende a los maestros de la Ley por imponer a la gente cargas tan pesadas que ellos mismos no pueden ni siquiera tocar, descuidando la justicia y el amor de Dios. Con estas críticas y denuncias de Jesús, los fariseos y los escribas incrementan sus deseos de acabar con él.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

Nuestro Señor Jesucristo expresa con claridad y severidad las inconsistencias de quienes no son coherentes entre lo que predican y su comportamiento. Así mismo, señala de manera contundente las prioridades que debe tener un discípulo suyo: la práctica de la justicia y el amor de Dios.

Nuestro Señor Jesucristo insiste que, para ser discípulo suyo, el amor a Dios y al prójimo, así como la práctica de la justicia, deben acompañar el cumplimiento de los mandamientos. Por ejemplo, el empresario cristiano remunera con justicia a sus trabajadores; y el trabajador cristiano labora con responsabilidad y honestidad.

Recordemos a San Pablo, en la primera carta a los Corintios, capítulo 13, versículo 6: El amor … nunca se alegra de la injusticia, y siempre se alegra de la verdad”.

De esta manera, Jesús nos invita a examinar y purificar nuestro accionar cotidiano en cualquier aspecto de la vida, así como nuestras prácticas religiosas y comunitarias. Debemos estar atentos, ya que el fariseísmo está siempre al acecho, manifestándose con la tentación de la ostentación y la búsqueda de atención de las personas; o nos entretenemos en cosas superfluas descuidando el amor y el servicio al prójimo.

Hermanos, meditando el pasaje evangélico de hoy, respondamos: ¿Actuamos inspirados por el amor de Dios en el trato a nuestro prójimo? ¿Actuamos con justicia?

Que las respuestas a estas preguntas nos ayuden a comprender que lo más importante en el seguimiento a Dios, es el amor.

¡Jesús nos ama!

  1. Oración

Dios Padre, Padre eterno del amor y la ternura, atiende nuestras súplicas para que la humanidad examine y purifique su accionar, dejando de lado las ideologías que atacan la vida y la familia.

Espíritu Santo, nuestro corazón está dispuesto a seguir a Nuestro Señor Jesucristo, concédenos la belleza de la transparencia y la gracia de vivir, cada momento de nuestra existencia, amándolo de corazón.

Amado Jesús, misericordioso Salvador, muestra tu amor a los agonizantes para que puedan contemplar tu salvación y ten piedad de todos los difuntos de todo tiempo y lugar acogiéndolos en tu morada celestial.

Madre Santísima, elegida desde siempre para ser santa e irreprochable ante el Señor por el amor, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Hermanos, pidiendo al cielo la purificación de nuestros corazones a través de la Palabra de Dios y de los sacramentos, repitamos en la intimidad de nuestros corazones lo que Nuestro Señor Jesucristo nos dice en Juan, capítulo 15, versículos 3 y 4:

«Ustedes ya están limpios por la palabra que les he anunciado. Permanezcan en mí como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto por sí solo si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí».

Bendito seas amado Jesús, confiados en tu amor y misericordia, deseamos asumir el compromiso de practicar tu justicia, inspirándonos en el amor de tu Santo Espíritu. Examinaremos cuidadosamente nuestro accionar cotidiano y haremos los esfuerzos para purificarlo con tu gracia, amado Señor.

Glorifiquemos a la Santísima Trinidad con nuestras vidas.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.