JUEVES DE LA SEMANA I DE ADVIENTO – CICLO B

LECTIO DIVINA DEL JUEVES DE LA SEMANA I DE ADVIENTO – CICLO B

SAN FRANCISCO JAVIER, PRESBÍTERO

«No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo» Mt 7, 21.

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tus dones para que podamos comprender los tesoros de la sabiduría que Jesús nos quiere revelar en este día. Otórganos la gracia para meditar los misterios de la Palabra y revélanos sus más íntimos secretos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 21. 24-27

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.

El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y arremetieron contra aquella casa, pero no se derrumbó porque estaba cimentada sobre roca. Al contrario, el que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y arremetieron contra la casa: esta se derrumbó y fue grande su ruina».

Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

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Hoy celebramos a San Francisco Javier, el patrón de las misiones que, con su testimonio, se convirtió en un referente de evangelización universal. Nació en 1506, en Navarra, en una familia acomodada. A los 18 años fue enviado a estudiar a la Universidad de París, donde se graduó y conoció a San Ignacio de Loyola, convirtiéndose en su seguidor.

En 1534 fundó con sus compañeros la Compañía de Jesús. En 1537 fue ordenado sacerdote en Venecia. Luego predicó en la India, Malaca, Islas Molucas y Japón, donde bautizó a miles. Murió en 1552. Fue beatificado por Paulo V en 1619 y canonizado por Gregorio XV en 1662.

El pasaje de evangélico de hoy se encuentra al final del Sermón de la Montaña y está compuesto por dos segmentos:

  • El primer segmento comprende el versículo 21, en el que Jesús explica que hacer la voluntad de Dios Padre es hacer su voluntad. Este texto se encuentra también en el capítulo 6 de Lucas, versículo 46.
  • El segundo segmento está entre los versículos 24 al 27, se ubica también en el evangelio de Lucas, en el capítulo 6, versículos del 47 al 49. Jesús señala que quienes creen firmemente en Él y cumplen sus enseñanzas, aunque enfrenten tempestades y continuas tentaciones, se mantendrán fieles al Señor.

Recordemos que en Mateo 16, 18-19, Jesús le dijo a Pedro «Pues yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el imperio de la muerte no la vencerá» para referirse a la piedra firme y sólida de su Evangelio.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

Hoy, al inicio del Adviento, Nuestro Señor Jesucristo señala claramente que no basta una adhesión externa, sino la comunión total con todas sus enseñanzas que nos piden hacer la voluntad de Dios Padre. No basta que invoquemos el Santo Nombre de Dios, sino que hagamos lo que Él quiere.

Con la parábola de las dos casas, una construida sobre roca y otra sobre arena, Nuestro Señor Jesucristo describe a dos tipos de constructores, uno sensato y el otro necio. Externamente las dos casas pueden verse iguales; sin embargo, en una de las casas se vive con plena garantía ya que está preparada para resistir las más fuertes tempestades. De esta manera, nuestra vida espiritual debemos construirla con la solidez de la virtud; es decir, prepararnos para hacer frente a todo lo que pueda apartarnos de nuestro seguimiento a Jesús.

La necedad, impulsada en el mundo por el rey de la mentira, provoca la ruina de todos aquellos que construyen en arena, es decir, sobre mentiras, malicia, ira, lujuria y toda clase de vicios.

Hermanos: a la luz de la Palabra y haciendo un profundo examen de conciencia, respondamos: ¿Cuál es la base de nuestra casa interior, de qué materiales está hecha? ¿Cuáles son las de tempestades que la hacen tambalear?

Que las respuestas a estas preguntas nos ayuden a buscar siempre la solidez de nuestra vida espiritual, cumpliendo las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo y pidiendo al Espíritu Santo la gracia de la sabiduría para alcanzar dicha solidez.

¡Jesús nos ama!

  1. Oración

Padre eterno, que adquiriste para ti numerosos pueblos por la predicación de San Francisco Javier, haz que los fieles se apasiones con su mismo celo por la fe, y que la Iglesia se alegre por ver crecer en todas partes el número de sus hijos.

Amado Jesús, tú eres nuestra roca, concédenos la gracia que multiplique los frutos de nuestro esfuerzo de construcción de nuestra casa interior, contigo y en ti.

Espíritu Santo, estamos dispuestos a seguir a Nuestro Señor Jesucristo y cumplir la voluntad de Dios Padre, fortalece nuestros dones para llevarla a la práctica en todos los aspectos de nuestras vidas.

Amado Jesús, ten piedad de los difuntos y ábreles las puertas de tu mansión eterna.

María, Madre Santísima, Madre del Adviento, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Contemplemos a Dios con la lectura de una parte de los salmos 18 y 19:

«El Señor es mi roca y mi salvación, mi libertador y mi Dios; la roca en que me amparo, mi escudo y mi fuerza salvadora, mi ciudadela y mi refugio. Invoco al Señor, digno de alabanza, y me libera de mis enemigos» ...

«La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos; la voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos».

Hermanos: pidamos hoy la intercesión de San Francisco Javier para que el Espíritu Santo habite en nuestros corazones inquietos y Dios nos otorgue la virtud de la humildad para reavivar nuestra fe en este Adviento.

Edifiquemos nuestra vida sobre la roca firme de la Palabra, pidiendo a Dios la fe, la esperanza y la caridad que dan consistencia, estabilidad y solidez a la vida espiritual. Así mismo, hagamos el compromiso de leer y meditar la Palabra de Dios, de acudir frecuentemente al sacramento de la penitencia, a la Santa Eucaristía, a la Adoración del Santísimo Sacramento y no dejemos nunca de pedir la compañía e intercesión de Nuestra Santísima Madre mediante el rezo del Santo Rosario.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas, poniendo en práctica la Palabra de Dios.

Oración final

Gracias Señor Jesús por tu Palabra de vida eterna.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para que tu palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.