LECTIO DIVINA DEL MARTES DE LA SEMANA XXVIII DE TIEMPO ORDINARIO – CICLO B
NUESTRA SEÑORA DEL PILAR
BEATO CARLO ACUTIS
«Den más bien como limosna lo que tienen dentro y todo será puro» Lc 11,41.
Oración inicial
Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tus dones para que podamos comprender los tesoros de la sabiduría que Jesús nos quiere revelar en este día. Otórganos la gracia para meditar los misterios de la Palabra y revélanos sus más íntimos secretos.
Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
- Lectura
Lectura del santo evangelio según San Lucas 11,37-41
En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su casa. Él entró y se puso a la mesa. Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo: «Ustedes, los fariseos, limpian por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de robos y maldades. ¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? Den más bien como limosna lo que tienen dentro y todo será puro».
Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
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Hoy celebramos a Nuestra Santísima Madre, la siempre Virgen María, en su advocación de la Virgen del Pilar. La tradición se remonta a la época inmediatamente posterior a la Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo, cuando los apóstoles, fortalecidos con el Espíritu Santo, predicaban el Evangelio. Se dice que el Apóstol Santiago el Mayor, hermano de San Juan e hijo de Zebedeo, predicaba en España.
Santiago obtuvo la bendición de la Santísima Virgen para su misión. Pasando por Asturias, llegó con sus nuevos discípulos a través de Galicia y de Castilla, hasta Aragón, donde está Zaragoza. Allí predicó Santiago.
Según narran los historiadores, en la noche del 2 de enero del año 40, Santiago se encontraba con sus discípulos junto al río Ebro cuando «oyó voces de ángeles que cantaban Ave, María, gratia plena y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol». La Santísima Virgen, que aún vivía, le pidió al Apóstol que le construyese allí una iglesia, con el altar en torno al pilar donde estaba de pie y prometió que «permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio”.
El Apóstol Santiago y los ocho testigos del prodigio comenzaron inmediatamente a construir la iglesia en aquel sitio. Esta fue la primera iglesia dedicada en honor a la Virgen Santísima; por ello, la devoción por la Virgen del Pilar tiene mucho arraigo en España. En 1640 ocurrió el gran milagro del Cojo de Calanda. Un hombre a quien le amputaron una pierna; años más tarde, mientras soñaba que visitaba la basílica de la Virgen del Pilar, recuperó su pierna. Era la misma que había perdido. Miles de personas fueron testigos y en la pared derecha de la basílica hay un cuadro recordando este milagro. El Papa Clemente XII señaló la fecha del 12 de octubre para la festividad particular de la Virgen del Pilar.
Hoy celebramos también al Beato Carlo Acutis, “el influencer de Cristo”. Nació el 3 de mayo de 1991 en Londres (Inglaterra) donde trabajaban sus padres. Algunos meses después, sus papás se mudaron con él a Milán. Siendo adolescente, a Carlo le diagnosticaron leucemia. Ofreció sus sufrimientos “por el Señor, el Papa y la Iglesia”. Murió el 12 de octubre de 2006, día de la Virgen del Pilar. Fue sepultado en Asís a pedido suyo, debido al gran amor que le tenía a San Francisco. Su causa de beatificación y canonización se abrió en 2013. Fue declarado venerable en 2018 y beatificado el 10 de octubre de 2020 en Asís.
«Hoy más que nunca se corre el riesgo de seguir sólo las falsas voces que nos presenta el mundo, y Carlo, que supo sabiamente oponerse y superar los grandes desafíos y peligros de nuestra época, puede ayudarnos con su ejemplo y su intercesión a no olvidar ese proyecto original y único que Dios ha pensado para cada uno de nosotros desde toda la eternidad. Sobre todo, ahora que vive en la bienaventuranza del Cielo, intercede continuamente por sus coetáneos, por las familias, por quienes han equivocado el camino, por quien pasa necesidad o sufre. Son muchas las personas en todo el mundo que atestiguan haber recibido gracias y milagros a través de las oraciones dirigidas a Carlo. Ahora que el Papa Francisco lo ha declarado Beato, recurramos a su intercesión para que nos ayude a ser como él, testigos auténticos del Resucitado» (Asociación “Amici di Carlo Acutis” www.carloacutis.com).
- Meditación
Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite a través de su Palabra?
Nuestra Santísima Madre, la siempre Virgen María, fue doblemente bendecida: primero, por concebir al Salvador del mundo y, segundo, por recibir la fe de la Santísima Trinidad. Por ello, inspirada por el Espíritu Santo, Santa Isabel le dice: «Dichosa tú, que has creído» (Lucas 1,45).
Nuestro Señor Jesucristo se acerca a todos y nos enseña a través de sus acciones llenas de misericordia y amor. «No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores», dice el Señor, en Lucas 5,32. Para seguirlo y serle fiel, no basta observar los mandamientos, que sería equivalente a fijarse solo en lo exterior; lo más importante está en la práctica del amor. Recordemos a San Pablo, en 1 Cor 13,13: «Ahora nos quedan tres cosas: la fe, la esperanza, el amor. Pero la más grande de todas es el amor».
Hermanos, meditando el pasaje evangélico de hoy, respondamos: ¿En nuestra vida cotidiana, sólo cumplimos los mandamientos de Dios o somos fieles a los mandamientos por el Amor de Dios? ¿Nos acercamos con confianza a Nuestra Santísima Madre?
Que las respuestas a estas preguntas nos ayuden a comprender que lo más importante en el seguimiento a Dios, es el amor.
¡Jesús nos ama!
- Oración
Dios, Padre amado, que en la gloriosa Madre de tu Hijo amado has concedido y concedes un amparo celestial a cuantos la invocan, concédenos, por su intercesión, fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Oh, Dios, Padre eterno, gracias por habernos dado a Carlo, modelo de vida para los jóvenes y mensaje de amor para todos. Tú has hecho que se enamore de tu hijo Jesús, haciendo de la Eucaristía su «autopista hacia el cielo». Tú le has dado a María como Madre muy amada, y has hecho que con el Rosario se convirtiese en un cantor de su ternura. Acoge su intercesión por nosotros. Mira sobre todo a los pobres, a quienes él amó y ayudó. También a concédenos, por su intercesión, la gracia que necesitamos y haz que nuestra alegría sea plena, conduciendo a Carlo entre los santos de la Iglesia universal, a fin de que su sonrisa siga resplandeciendo para nosotros y para gloria de tu nombre. Amén.
Padre eterno, con la intercesión de Nuestra Santísima Madre, la siempre Virgen María, concede, por tu amor y misericordia, el perdón de las faltas de todos los difuntos, para que sean contados entre tus elegidos.
Amado Jesús, Salvador nuestro, envíanos tu Santo Espíritu y fortalece nuestras intenciones de mantener limpio nuestro corazón.
Madre Santísima, elegida desde siempre para ser santa e irreprochable ante el Señor por el amor, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.
- Contemplación y acción
Hermanos: contemplemos a Nuestro Señor Jesucristo repitiendo el himno al amor cristiano, que se encuentra en 1 Cor 13,1-10.13:
«Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo estruendoso.
Aunque tuviera el don de profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera una fe como para mover montañas, si no tengo amor, no soy nada. Aunque repartiera todos mis bienes y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es paciente, es servicial, el amor no es envidioso ni busca aparentar, no es orgulloso ni actúa con bajeza, no busca su interés, no se irrita, sino que deja atrás las ofensas y las perdona, nunca se alegra de la injusticia, y siempre se alegra de la verdad. Todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca terminará…
Ahora nos quedan tres cosas: la fe, la esperanza, el amor. Pero la más grande de todas es el amor».
Señor, confiados en tu amor, misericordia y paciencia, deseamos asumir el compromiso de contrastar nuestras vidas con tus mandamientos de amor, para profundizar en nuestra espiritualidad y seguirte siempre.
Glorifiquemos a la Santísima Trinidad con nuestras vidas.
Oración final
Gracias Señor Jesús porque tu Palabra nos conduce por caminos de paz, amor y santidad.
Espíritu Santo ilumínanos para que la Palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.
Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.
Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.