LUNES DE LA SEMANA III DE ADVIENTO – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL LUNES DE LA SEMANA III DE ADVIENTO – CICLO C

SANTA LUCÍA, VIRGEN Y MÁRTIR

«Yo también les voy a hacer una pregunta; si me la contestan, les diré yo también con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan, ¿de dónde venía, del cielo o de los hombres?» Mt 21,24-25.

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tus dones para que podamos comprender los tesoros de la sabiduría que Jesús nos quiere revelar en este día. Otórganos la gracia para meditar los misterios de la Palabra y revélanos sus más íntimos secretos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo 21,23-27

En aquel tiempo, Jesús llegó al templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?». Jesús les contestó: «Yo también les voy a hacer una pregunta; si me la contestan, les diré yo también con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan, ¿de dónde venía, del cielo o de los hombres?».

Ellos se pusieron a deliberar: «Si decimos “del cielo” nos dirá: “¿por qué no le han creído?”. Si le decimos: “de los hombres”, tememos a la gente, porque todos tienen a Juan por profeta». Y respondieron a Jesús: «No sabemos». Él, por su parte, les dijo: «Pues tampoco yo les digo con qué autoridad hago esto».

Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

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Santa Lucía nació en Sicilia en el año 251. Fue educada en la fe cristiana. Siempre abrigó el deseo de consagrarse al Señor con un voto perpetuo de virginidad. Pero un pretendiente la acusó de cristiana ante el procónsul. Cuando fue arrestada se le pidió que haga sacrificios a los dioses; ella se negó, manifestando que aquellos que viven de manera casta y piadosa son templo de Dios y morada del Espíritu Santo. Fue martirizada y decapitada en el año 304.

El pasaje evangélico de hoy se denomina “La autoridad de Jesús”, se ubica también en Marcos 11,27-33 y en Lucas 20,1-8. Este episodio describe el conflicto que Jesús tuvo con las autoridades religiosas y ocurre en el templo de Jerusalén, después de la expulsión de los mercaderes. Por ello, los sacerdotes y ancianos reaccionan de manera hostil cuando preguntan: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?».

Jesús, a la vez que reafirma el ministerio de Juan Bautista, debate con sus acusadores, los que se ven obligados a dar una respuesta: «No sabemos». Ante esta reacción, la expresión de Jesús hace que sus acusadores queden humillados ante todos los que observaban esta escena.

La respuesta de Jesús representa una enseñanza para sus discípulos y seguidores de todos los tiempos con el fin de mantenernos firmes ante las persecuciones y no seamos presa de las manipulaciones ideológicas de cualquier época. Para ello, es necesario buscar a Dios en todas las cosas, purificarnos y hacer reparación por nuestras faltas y pecados; de esta manera, manteniendo limpio el corazón, vendrá el conocimiento perfecto de Dios. Esta es nuestra tarea diaria.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite a través de su Palabra?

Este tiempo de Adviento, de espera de Nuestro Señor Jesucristo, es un tiempo propicio para descubrir y valorar su presencia en nuestras vidas, en lo cotidiano, en todas las situaciones e interacciones que tenemos diariamente.

La lectura de hoy muestra la falta de entendimiento de los sacerdotes y ancianos para con las enseñanzas de Jesús. Se observa que la ausencia de una capacidad de escucha, así como de comprensión, representan un gran obstáculo para recibir los dones divinos. Hoy también ocurre lo mismo. Muchas personas perciben la necesidad de Dios y deciden realizar búsquedas espirituales en lugares equivocados y, muchas veces, estas indagaciones no son sinceras.

Hagamos realidad en nuestras vidas las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo para que, en el momento extremo de nuestra existencia, él nos diga: «Vengan y tomen posesión del reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me dieron de comer; tuve sed y me dieron de beber», tal como lo podemos leer en Mateo 25,34.

Hermanos: meditando la lectura, intentemos responder: ¿Valoramos la presencia de Nuestro Señor Jesucristo en nuestras vidas? ¿Cómo usamos el poder o autoridad que Dios nos ha conferido?, ¿Lo hacemos para servir o para buscar dominio sobre otras personas?

Que las respuestas a estas preguntas nos ayuden a identificar la presencia de Nuestro Señor Jesucristo en todos los instantes de nuestras vidas, y a saber usar adecuadamente los dones que Dios nos ha otorgado.

¡Jesús, María y José nos aman!

  1. Oración

Padre eterno, te pedimos, Señor, que la gloriosa intercesión de Santa Lucía, virgen y mártir, sea nuestro apoyo para celebrar ahora su nacimiento para el cielo y contemplar también las realidades eternas.

Espíritu Santo, concédenos tus santos dones para defender nuestra fe de manera valiente y decidida, aun en las condiciones más difíciles.

Amado Jesús, concede a todos los difuntos de todo tiempo y lugar el perdón, y ábreles las puertas de la mansión eterna.

Madre Santísima, Madre de la Divina Gracia, Madre del Adviento, intercede por nuestras oraciones ante la Santísima Trinidad.

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplemos a Dios con una homilía de San Gregorio de Nisa:

«Lo que les pasa a los que desde la cumbre de una montaña alta miran hacia abajo un mar profundo e insondable, es lo que me pasa a mí cuando bajo los ojos desde la altura de la misteriosa frase del Señor: “Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios”. La promesa de Dios es tan grande que supera los últimos límites de la felicidad. ¿Existe otro bien que se pueda desear? El que ve a Dios ha obtenido todos los bienes, una vida sin ocaso, la bienaventuranza inmortal, un gozo perenne, la verdadera luz, una paz espiritual y dulce, una perpetua alegría. Pero ¿acaso la pureza de corazón no es una de esas virtudes inalcanzables porque supera nuestra naturaleza? Las cosas no son así …

Me parece que Dios desea mostrarse cara a cara al que tenga el ojo del alma bien purificado. Si, por consiguiente, remueves las malezas que han cubierto tu corazón, resplandecerá en ti la belleza divina. Este sublime espectáculo ¿en qué consiste? En la santidad, en la simplicidad y en todos los resplandores radiantes de la naturaleza divina por los cuales se ve a Dios».

Hermanos: hagamos el compromiso de esforzarnos siempre por comprender y entender las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo, a la vez que pedimos al Espíritu Santo los dones para el ejercicio de la autoridad que Dios nos ha otorgado.

Glorifiquemos a la Santísima Trinidad con nuestras vidas.

Oración final

Gracias Señor Jesús porque tu Palabra nos conduce por caminos de paz, amor y santidad.

Espíritu Santo ilumínanos para que la Palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.