FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA: JESÚS, MARÍA Y JOSÉ – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL DOMINGO FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA: JESÚS, MARÍA Y JOSÉ – CICLO C

«Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón» Lc 2,51.

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tus dones para que podamos comprender los tesoros de la sabiduría que Jesús nos quiere revelar en este día. Otórganos la gracia para meditar los misterios de la Palabra y revélanos sus más íntimos secretos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Lucas 2,41-52

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a celebrar la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se regresaron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en busca de él. A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, sus padres quedaron asombrados, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados». Él les contestó: «¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debía estar en la casa de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres.

Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

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«La familia cristiana animada y guiada por la ley nueva del Espíritu y en íntima comunión con la Iglesia, pueblo real, es llamada a vivir su “servicio” de amor a Dios y a los hermanos. Como Cristo ejerce su potestad real poniéndose al servicio de los hombres, así también el cristiano encuentra el auténtico sentido de su participación en la realeza de su Señor, compartiendo su espíritu y su actitud de servicio al hombre», San Juan Pablo II en la Exhortación apostólica Familiaris consortio.

La Iglesia universal se llena de gozo para celebrar la fiesta de la Sagrada Familia, resaltando, a través del pasaje evangélico, que la salvación de la humanidad se realiza a través de la familia, ya que Jesús es portador de un misterio celestial que escapa a sus padres, quienes, con inquietud y fe, cuidan al niño que Dios Padre les ha concedido. Así mismo, esta fiesta reafirma con total radicalidad la fuerza del pasaje del Génesis con que se inicia la humanidad: «A imagen de Dios los creó, hombre y mujer los creó» (Gen 1,27).

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite a través de su Palabra?

La Sagrada Familia es el más hermoso reflejo del amor santo, del espíritu de servicio, de la comprensión; es un modelo de virtudes humanas con plena disposición a cumplir la voluntad de Dios Padre. Estos fundamentos le otorgan a la familia su carácter sagrado; además, es sostenida por un sacramento que la convierte en la Iglesia doméstica, en una comunidad de fe y amor, en el modelo más sencillo y valioso para la sociedad.

En la actualidad, la familia enfrenta grandes desafíos y nosotros como cristianos estamos llamados a contrarrestar las corrientes ideológicas que fomentan su destrucción al impulsar conductas y formas de unión humanas contrarias a los principios divinos. Levantemos nuestra voz con los argumentos que nos otorga la Palabra y las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo.

En este sentido, también debemos ayudar a promover que la educación sexual que se imparte en las escuelas a los niños y jóvenes no se separe de los valores éticos y de las virtudes. Así mismo, todos estamos llamados a defender con firmeza los ataques contra la vida humana, en cualquier condición o fase de desarrollo en que se encuentre.

Hermanos: a la luz de la Palabra, respondamos: ¿Reconocemos a la Sagrada Familia como ejemplo? ¿Cómo podemos contrarrestar la acción de las ideologías que atentan contra la familia y la vida?

Que las respuestas a estas preguntas, con la ayuda del Espíritu Santo, nos ayuden a defender firmemente a la familia cristiana como un reflejo de la luminosidad y alegría de la Sagrada Familia de Nazaret. Confiemos en que su compañía fortalecerá a las familias de toda la humanidad, para que el hogar cristiano sea imitación de ella: una escuela de virtudes, un lugar de encuentro con el Señor, donde los padres sean los primeros educadores en la fe.

¡Jesús, María y José nos aman!

  1. Oración

Oh, Dios, que nos has propuesto a la Sagrada Familia como maravilloso ejemplo, concédenos, con bondad, que, imitando sus virtudes domésticas y su unión en el amor, lleguemos a gozar de los premios eternos en el hogar del cielo.

Padre eterno, mira con amor y misericordia a todas las familias del mundo entero; acompáñalas, guíalas como lo hiciste con la Sagrada Familia, condúcelas por los caminos del amor y la paz.

Amado Jesús, te damos gracias por nuestras familias, por esta comunidad de amor en la que crecemos y nos fortalecemos para llevar a cabo la misión que nos has encomendado.

Espíritu Santo, luz que penetra las almas, enseña a las familias el camino que las conduce a Nuestro Señor Jesucristo y a Dios Padre, y defiéndelas de los ataques que sufren.

Amado Jesús, misericordia pura, tú que estás sentado a la derecha de Dios Padre, alegra con la visión de tu rostro a nuestros hermanos difuntos.

Madre Santísima, Madre de la Divina Gracia, intercede por nuestras oraciones ante la Santísima Trinidad.

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplemos a la Sagrada Familia a través de un mensaje de San Juan Pablo II:

«Al final del año nuestro pensamiento se dirige a la Sagrada Familia. Jesús pidió al Padre para que todos fueran uno. Esta oración la pronunció la vigilia de su Pasión, pero la lleva en su corazón desde su nacimiento. “Padre, que sean uno como tú y yo somos uno”. ¿No oraba en este momento también por la unidad de todas las familias humanas?

Es verdad, ante todo pidió por la unidad de la Iglesia, pero la familia sostenida por un sacramento específico es una célula vital de la Iglesia, y es a la vez, según la doctrina de los Padres, una pequeña Iglesia doméstica. Jesús, pues, ha orado desde el comienzo de su venida al mundo para que todos aquellos que creen en él, experimenten su comunión con él a partir de la unidad profunda de sus familias; una unidad que forma parte desde el principio del designio de Dios sobre el amor conyugal que está en el origen de la familia … El que, viniendo a este mundo, se entregó a sí mismo desinteresadamente, ha rogado para que todos los seres humanos, al fundar una familia, se entreguen mutuamente con desinterés: maridos y mujeres, padres e hijos y todas las generaciones que componen la familia, cada uno aportando su propio don particular.

Familia, Sagrada Familia, Familia estrechamente unida al misterio que contemplamos el día del nacimiento del Señor, ¡guía con tu ejemplo a todas las familias del mundo!

Hijo de Dios, presente entre nosotros en el seno de una familia, concede a todas las familias poder creer en el amor y contribuir al bien de toda la humanidad … Enséñales a renunciar al egoísmo, a la mentira, a la búsqueda desenfrenada del provecho personal. Ayúdalos a desarrollar, bajo tu inspiración, las energías inmensas del corazón y de la inteligencia».

Hermanos: hagamos el compromiso de defender los principios divinos que sustentan la familia y orar mucho por la unidad y la armonía en todas las familias del mundo a ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret. Que prevalezca el respeto por cada uno de sus integrantes, en especial, por los niños y adultos mayores, respetando la vida en toda su extensión.

Glorifiquemos a la Santísima Trinidad con nuestras vidas.

Oración final

Gracias Señor Jesús porque tu Palabra nos conduce por caminos de paz, amor y santidad.

Espíritu Santo ilumínanos para que la Palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.