MIÉRCOLES DE LA SEMANA VII DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL MIÉRCOLES DE LA SEMANA VII DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

SAN POLICARPO, OBISPO Y MÁRTIR

«El que no está contra nosotros, está con nosotros» Mc 9,40.

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tus dones para que podamos comprender los tesoros de la sabiduría que Jesús nos quiere revelar en este día. Otórganos la gracia para meditar los misterios de la Palabra y revélanos sus más íntimos secretos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Marcos 9,38-40

En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros». Jesús respondió: «No se lo impidan, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros, está con nosotros».

Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

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Hoy celebramos a Policarpo, discípulo de Juan evangelista, que fue elegido por los discípulos como obispo de Esmirna. Recibió en su Iglesia a San Ignacio cuando se dirigía a Roma para el martirio. Ignacio lo definió como “pastor de fe inquebrantable” y como “buen atleta de la causa de Cristo”. En el año 155, a los 86 años, Policarpo afrontó con valor el martirio en el estadio de Esmirna y con su muerte se volvió portador de “mucho fruto”, que es el significado de su nombre.

El pasaje evangélico de hoy, denominado “El exorcista anónimo”, se encuentra también en Lucas 9,49-50. En el texto Jesús reprende los celos misioneros de Juan, ya que la cercanía con Jesús no significaba exclusividad para proclamar el Reino.

Las palabras de Jesús son actuales ya que, nosotros, como discípulos de Nuestro Señor Jesucristo, debemos impulsar proyectos comunes de bienestar para la humanidad con personas de otras religiones y también con quienes no profesan ninguna, pero que dedican su vida al servicio de la humanidad. Hacer el bien es un evangelio universal.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite a través de su Palabra?

«Las religiones, de modo especial, no pueden renunciar a la tarea urgente de construir puentes entre los pueblos y las culturas» (Papa Francisco).

Hoy como en aquel entonces, Nuestro Señor Jesucristo nos da una enseñanza valedera para todos los tiempos: la universalidad del Evangelio, reprobando la mentalidad fragmentada y exclusivista en los quehaceres apostólicos.

Nuestro espíritu cristiano tiene que conducirnos a fomentar una actitud abierta de tolerancia y respeto a las diversas expresiones apostólicas, comprendiéndolas y alegrándonos porque dichas actividades contribuyen a que muchas personas se acerquen al océano infinito de la misericordia y el amor de Dios. Tengamos en cuenta que nadie que trabaja y se conduce con rectitud de intención estorba en el campo del Señor. Así mismo, el Espíritu Santo actúa en la unidad y en la variedad, en la solidaridad y el amor.

En esta línea se sitúa el diálogo interreligioso que es uno de los desafíos de la misión universal de la Iglesia de hoy. El gran ejemplo de este diálogo se encuentra en Hechos 17,22-34, que es el texto del discurso de Pablo en el Areópago de Atenas. Esta escena no se repitió hasta la mitad del siglo XX en el Concilio Vaticano II, que abrió las puertas al diálogo atento y respetuoso con los creyentes de otras religiones, sin descalificaciones, ni prejuicios, ni condenas.

Hoy como en Atenas, los resultados del diálogo están en manos de Dios. Frente a las religiones no cristianas, Pablo escuchó, dialogó y anunció el mensaje de Jesús. Este fue su triunfo y la lección que nos transmite, porque en esto consiste también la misión evangelizadora de la Iglesia.

Hermanos, reflexionando la lectura, intentemos responder: ¿Tenemos apertura a la diversidad de carismas en el quehacer apostólico? ¿Cómo nos comportamos con hermanos de otras religiones? Que las respuestas a estas preguntas, con la ayuda del Espíritu Santo, nos permitan trabajar por el Reino de Dios sin discriminar a nadie, con tolerancia y gozo.

¡Jesús, María y José nos aman!

  1. Oración

Padre eterno, Dios de todas las criaturas, que te has dignado agregar a San Policarpo, obispo, al número de los mártires, concédenos, por su intercesión, que, participando con él en el cáliz de Cristo, por el Espíritu Santo resucitemos a la vida eterna.

Amado Jesús, te suplicamos abras las puertas de tu Reino a los difuntos y protege a las almas de las personas agonizantes para que lleguen a contemplar tu rostro.

¡Dulce Madre, María!, Madre de la Divina Gracia, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones.

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplemos a Nuestro Señor Jesucristo con una reflexión del cardenal Albert Vanhoye:

«El apóstol Juan dice a Jesús en el evangelio: “Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo hemos querido impedir, porque no es de nuestro grupo”. Jesús respondió: “No se lo prohibáis”.

El evangelio nos presenta también otras afirmaciones de Jesús que nos indican la importancia de saber discernir cuándo debemos mostrarnos intransigentes y cuándo, sin embargo, es preciso ser flexibles. Este discernimiento es muy importante en la vida.

En el caso del ecumenismo es preciso recurrir a la flexibilidad. No debemos asumir una actitud sectaria, que rechace todo juicio positivo sobre las personas que no forman parte de la Iglesia católica; debemos reconocer que también ellas reciben gracias del Señor. Debemos desear, a buen seguro, que entren a formar parte de la Iglesia, pero no debemos mostrarnos intolerantes, sino acogedores con ellas.

Juan piensa que se debe ser intransigente. Ha prohibido a alguien que no era del grupo de los Doce expulsar a los demonios en el nombre de Jesús. Piensa que, para servirse del nombre de Jesús, se debe estar con él y no ser independiente de él. Sin embargo, Jesús es de la opinión contraria, y dice a los discípulos: “No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros está a favor de nosotros”. De este modo, se muestra flexible, acogedor, no es intransigente. Quiere que no se prohíba el bien que se pueda hacer, aun cuando ciertas circunstancias no parezcan ser del todo regulares».

Queridos hermanos: hagamos el compromiso de orar fervientemente por los proyectos interreligiosos que permiten que muchas personas se acerquen a Dios; así mismo, estemos siempre dispuestos a participar en este tipo de proyectos que extienden el Reino de los cielos.

Glorifiquemos a la Santísima Trinidad con nuestras vidas.

Oración final

Gracias Señor Jesús porque tu Palabra nos conduce por caminos de paz, amor y santidad.

Espíritu Santo ilumínanos para que la Palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.