MARTES XXII DE TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL MARTES XXII DE TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

SOLEMNIDAD DE SANTA ROSA DE LIMA, VIRGEN

«El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas» Mt 13,31-32.

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tus dones para que podamos comprender los tesoros de la sabiduría que Jesús nos quiere revelar en este día. Otórganos la gracia para meditar los misterios de la Palabra y revélanos sus más íntimos secretos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,31-35

En aquel tiempo, Jesús propuso esta parábola a la gente: «El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas, y vienen los pájaros a anidar en sus ramas». Les dijo otra parábola: «El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, y basta para que todo fermente». Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas, y sin parábolas no les exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: «Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la creación del mundo».

Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

———–

«Cuando servimos a los pobres y a los enfermos, servimos a Jesús» (Santa Rosa de Lima).

Hoy celebramos a Santa Rosa de Lima, la primera santa de América, patrona del Perú, de las Américas y de Filipinas. Isabel Flores de Oliva nació en Lima el 20 de abril de 1586 y partió a la Casa del Señor el 24 de agosto de 1617 a los 31 años.

Luego de su muerte, los milagros sucedían en favor de quienes invocaban a Rosa. El papa Clemente IX la beatificó en 1668 y fue canonizada por el papa Clemente X en 1671, proclamándola Patrona de América, Filipinas y las Indias Orientales.

En ella resplandeció la humildad y el servicio a Nuestro Señor Jesucristo de manera admirable. De esta forma, Santa Rosa se convirtió en un canal a través del cual fluye la misericordia y ternura de Nuestro Señor Jesucristo.

En este grandioso día, en el que celebramos a Santa Rosa, meditamos las parábolas del grano de mostaza y de la levadura, que forman parte del “Discurso parabólico de Jesús”, en el capítulo 13 de San Mateo. En este texto Jesús explica la realidad del Reino de Dios, que es muy diferente a la lógica y expectativas humanas.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite a través de su Palabra?

«La oración es el acercamiento y la elevación del alma a Dios. Puede ser vocal, mental o de unión con el Altísimo. En cualquiera de los tres casos, sería de alabanza, petición y acción de gracias. Si bien Dios no necesita que le recen, casi todos los hombres sienten la necesidad de rezar, de salir de sí mismos y dirigirse al Creador. La oración para los antirreligiosos es una vivencia ignorada, inimaginable, incomprendida.

La oración vocal no siempre es memorística y repetitiva, pero sí es una relación que se entabla gracias a las palabras. Puede significar gran fervor y recogimiento. La oración mental se hace con movilización de contenidos trascendentes. No es solo conocimiento y raciocinio; es convicción, aceptación y entrega. Es la oración propia de la fe adulta. Puede estar acompañada de la oración vocal, pero es de una dimensión distinta: no necesita de la pronunciación de las palabras.

La oración de unión no se da por iniciativa de voluntad personal; a ella se llega dadas las condiciones de espiritualidad del orante. La oración alcanza su momento cenital, de modo voluntario o involuntario, con la llegada a Dios, sin que nos convirtamos en parte de Él o dejemos de ser quienes somos. No todo individuo alcanza este tipo de oración unitiva o unificadora que puede significar el éxtasis, la levitación y la estigmatización.

Éxtasis es el estado del alma enteramente embargada por un sentimiento de admiración y alegría, participación o conocimiento. El éxtasis, en mística, también se conoce como transportación o arrobamiento. Levitar es elevarse en el espacio personas, animales o cosas sin intervención de agentes físicos conocidos. Estigmatización, finalmente, es la impresión en una persona de las llagas del Crucificado. Sin embargo, valga aclarar, no todo santo llega al éxtasis, a la levitación o a la estigmatización; tampoco todo humano que llega a ello es necesariamente santo. Son grados de intensidad mental que muchos santos han alcanzado; son hechos inherentes a ciertos santos, pero no indicios esenciales de santidad. Rosa de Lima llegó al arrobamiento…

Rosa tuvo acceso a la oración vocal muy tempranamente: antes de los cinco años. Entre la hermana Bernardina y la abuela Isabel, la infanta debió de aprender a signarse y a persignarse, también a rezar el Padre Nuestro y el Ave María, el Credo niceno, la Salve mariana y el Gloria trinitario. También es muy probable que concurriera al rezo del Rosario…

Sabemos que, por lo menos desde muy temprano, Rosa acostumbraba a hacer breves invocaciones en procura de ayuda espiritual. Lo primero que dijo o se conoce que dijo fue la jaculatoria: “Jesús, Jesús sea bendito y sea con mi ánima, amén”. Le gustaba tanto decirla y la hallaba tan eficaz, que le quedó “estampada en el corazón” y la rezó toda su existencia… Fue la primera oración y también la última, pues murió exclamando: “Jesús, Jesús sea conmigo”. Ese “Jesús, Jesús sea bendito y sea con mi ánima, amén” que formuló toda su vida es señal que muestra su búsqueda de la gloria de Dios, y no su gozo individual ni el aplacamiento de sus inquietudes personales.

De este modo, la jaculatoria que nació como oración vocal se trocó en oración mental y, acaso, alcanzó en el momento supremo a ser oración de unión, porque “toda su vida fue una continua oración”» (Tomado del libro “Santa Rosa de Lima” de José Antonio del Busto).

Las dos parábolas que meditamos hoy, la de la semilla de mostaza y la de la levadura, diagraman en nuestros corazones el reinado de Dios. La pequeñez de la semilla de mostaza hace una referencia clara al don de la humildad como fundamento para el crecimiento y los frutos espirituales, ya que de una minúscula semilla brota la vida maravillosa. Por ello, a través del misterio de la “pequeñez”, Dios elige lo que es débil e insignificante a los ojos del mundo, para renovar el mundo desde su fundamento.

La levadura es el elemento activo que permite que la masa del pan alcance el nivel adecuado de fermentación para ser horneado y convertirse en pan. Representa la acción de la Iglesia como un componente transformador para brindar el pan de los ángeles a través de la Santa Eucaristía y de la Palabra de Dios, buscando siempre la atención preferente de los más débiles y vulnerables: los pobres, tal como lo hacía Santa Rosa de Lima.

¡Jesús, María y José nos aman!

  1. Oración

Padre eterno, tú que hiciste que Santa Rosa de Lima se apartara del mundo y se consagrara solo a ti, amándote en la austeridad de la penitencia, concédenos, por su intercesión, que, siguiendo las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo, lleguemos al cielo para gozar del torrente de tus delicias.

Santa Rosa de Lima, intercede por todos los pueblos de nuestro continente y el mundo para que la Santísima Trinidad nos fortalezca en la fe, en la esperanza y, en estos momentos, en salud, paz y justicia.

Espíritu Santo, amor del Padre y del Hijo, ilumina las mentes de las autoridades de gobierno para que siempre actúen con justicia y sean fieles testigos de las enseñanzas de Jesús.

Amado Jesús: mira con bondad y misericordia a las almas del purgatorio, y permíteles alcanzar la vida eterna en el cielo.

Madre Santísima, Madre de la Iglesia, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplemos a Nuestro Señor Jesucristo con un escrito de Santa Rosa de Lima:

«El divino salvador levantó la voz y, con incomparable majestad, dijo: «¡Que todos sepan que la gracia sigue a la tribulación! ¡Que todos sepan que sin el peso de las aflicciones no se llega a la cima de la gracia! Que todos comprendan que la medida de los carismas aumenta en proporción con el incremento de las fatigas. Guárdense las personas de pecar y de equivocarse. Que nadie se engañe: ¡esta es la única verdadera escala del paraíso, y fuera de la cruz no hay camino por donde se pueda subir al cielo!”.

Oídas estas palabras, me sobrevino un ímpetu poderoso de ponerme en medio de la plaza para gritar con grandes clamores, diciendo a todas las personas, de cualquier edad, sexo, estado y condición que fuesen: «Oíd pueblos, oíd, todo género de gentes: de parte de Cristo y con palabras tomadas de su misma boca, yo os aviso: Que no se adquiere gracia sin padecer aflicciones; hay necesidad de trabajos y más trabajos, para conseguir la participación íntima de la divina naturaleza, la gloria de los hijos de Dios y la perfecta hermosura del alma”.

Este mismo estímulo me impulsaba impetuosamente a predicar la hermosura de la divina gracia, me angustiaba y me hacía sudar y anhelar. Me parecía que ya no podía el alma detenerse en la cárcel del cuerpo, sino que se había de romper la prisión y, libre y sola, con más agilidad había de ir por el mundo, dando voces para anunciar la grandeza, la hermosura y la riqueza de la gracia».

Queridos hermanos: invocando diariamente la inspiración y el auxilio del Espíritu Santo y la intercesión de Santa Rosa de Lima, hagamos el propósito de realizar actos de humildad dirigidos, de manera especial, a los hermanos con más necesidades materiales y espirituales.

¡El amor todo lo puede! Amemos, que el amor glorifica a Dios.

Oración final

Gracias Señor Jesús porque tu Palabra nos conduce por caminos de paz, amor y santidad.

Espíritu Santo ilumínanos para que la Palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.