MIÉRCOLES XXVIII DE TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

LECTIO DIVINA DEL MIÉRCOLES XXVIII DE TIEMPO ORDINARIO – CICLO C

NUESTRA SEÑORA DEL PILAR

BEATO CARLO ACUTIS

«El amor nunca se alegra de la injusticia, y siempre se alegra de la verdad. Todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca terminará…» 1 Co 13,6-8.

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tus dones para que podamos comprender los tesoros de la sabiduría que Jesús nos quiere revelar en este día. Otórganos la gracia para meditar los misterios de la Palabra y revélanos sus más íntimos secretos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Lucas 11,42-46

En aquel tiempo, el Señor dijo: «¡Ay de ustedes, fariseos, que pagan el diezmo de la menta, de la ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasan por alto el derecho y el amor de Dios! Esto habría que practicar sin descuidar aquello. ¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar los primeros asientos en las sinagogas y ser saludados en las plazas! ¡Ay de ustedes, que son como tumbas no señaladas que la gente pisa sin saberlo!». Un maestro de la Ley intervino y le dijo: «Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros». Jesús replicó: «¡Ay de ustedes también, maestros de la Ley, que imponen a la gente cargas insoportables, mientras que ustedes no las tocan ni con un dedo!».

Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

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«Hoy más que nunca se corre el riesgo de seguir sólo las falsas voces que nos presenta el mundo, y Carlo, que supo sabiamente oponerse y superar los grandes desafíos y peligros de nuestra época, puede ayudarnos con su ejemplo y su intercesión a no olvidar ese proyecto original y único que Dios ha pensado para cada uno de nosotros desde toda la eternidad. Sobre todo, ahora que vive en la bienaventuranza del Cielo, intercede continuamente por sus coetáneos, por las familias, por quienes han equivocado el camino, por quien pasa necesidad o sufre. Son muchas las personas en todo el mundo que atestiguan haber recibido gracias y milagros a través de las oraciones dirigidas a Carlo. Ahora que el Papa Francisco lo ha declarado Beato, recurramos a su intercesión para que nos ayude a ser como él, testigos auténticos del Resucitado» (Asociación “Amici di Carlo Acutis” www.carloacutis.com).

Hoy celebramos a Nuestra Santísima Madre, la siempre Virgen María, en su advocación de la Virgen del Pilar. La tradición se remonta a la época inmediatamente posterior a la Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo, cuando los apóstoles, fortalecidos con el Espíritu Santo, predicaban el Evangelio. Se dice que el Apóstol Santiago el Mayor, hermano de San Juan e hijo de Zebedeo, predicaba en España.

Santiago obtuvo la bendición de la Santísima Virgen para su misión. Pasando por Asturias, llegó con sus nuevos discípulos a través de Galicia y de Castilla, hasta Aragón, donde está Zaragoza. Allí predicó Santiago.

Según narran los historiadores, en la noche del 2 de enero del año 40, Santiago se encontraba con sus discípulos junto al río Ebro cuando «oyó voces de ángeles que cantaban Ave, María, gratia plena y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol». La Santísima Virgen, que aún vivía, le pidió al Apóstol que le construyese allí una iglesia, con el altar en torno al pilar donde estaba de pie y prometió que «permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio”.

El Apóstol Santiago y los ocho testigos del prodigio comenzaron inmediatamente a construir la iglesia en aquel sitio. Esta fue la primera iglesia dedicada en honor a la Virgen Santísima; por ello, la devoción por la Virgen del Pilar tiene mucho arraigo en España. En 1640 ocurrió el gran milagro del Cojo de Calanda. Un hombre a quien le amputaron una pierna; años más tarde, mientras soñaba que visitaba la basílica de la Virgen del Pilar, recuperó su pierna. Era la misma que había perdido. Miles de personas fueron testigos y en la pared derecha de la basílica hay un cuadro recordando este milagro. El Papa Clemente XII señaló la fecha del 12 de octubre para la festividad particular de la Virgen del Pilar.

Hoy celebramos también al Beato Carlo Acutis, “el influencer de Cristo”. Nació el 3 de mayo de 1991 en Londres (Inglaterra) donde trabajaban sus padres. Algunos meses después, sus papás se mudaron con él a Milán. Siendo adolescente, a Carlo le diagnosticaron leucemia. Ofreció sus sufrimientos “por el Señor, el Papa y la Iglesia”. Murió el 12 de octubre de 2006, día de la Virgen del Pilar. Fue sepultado en Asís a pedido suyo, debido al gran amor que le tenía a San Francisco. Su causa de beatificación y canonización se abrió en 2013. Fue declarado venerable en 2018 y beatificado el 10 de octubre de 2020 en Asís.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite a través de su Palabra?

Nuestra Santísima Madre, la siempre Virgen María, fue doblemente bendecida: primero, por concebir al Salvador del mundo y, segundo, por recibir la fe de la Santísima Trinidad. Por ello, inspirada por el Espíritu Santo, Santa Isabel le dice: «Dichosa tú, que has creído» (Lucas 1,45).

«Ustedes ya están limpios por la palabra que les he anunciado. Permanezcan en mí como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto por sí solo, si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí» (Jn 15,3-4).

Nuestro Señor Jesucristo expresa con claridad y severidad las inconsistencias de quienes no son coherentes entre lo que predican y su comportamiento. Así mismo, señala de manera contundente las prioridades de un discípulo suyo: la práctica de la justicia y el amor de Dios.

Jesús insiste que, para ser discípulo suyo, el amor a Dios y al prójimo, así como la práctica de la justicia, deben acompañar el cumplimiento de los mandamientos. Por ejemplo, el empresario cristiano remunera con justicia a sus trabajadores; y el trabajador cristiano labora con responsabilidad y honestidad. Recordemos a San Pablo, en 1Cor 13,6: «El amor nunca se alegra de la injusticia, y siempre se alegra de la verdad».

¡Jesús, María y José nos aman!

  1. Oración

Dios, Padre amado, que en la gloriosa Madre de tu Hijo amado has concedido y concedes un amparo celestial a cuantos la invocan, concédenos, por su intercesión, fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Oh, Dios, Padre eterno, gracias por habernos dado a Carlo, modelo de vida para los jóvenes y mensaje de amor para todos. Tú has hecho que se enamore de tu hijo Jesús, haciendo de la Eucaristía su «autopista hacia el cielo». Tú le has dado a María como Madre muy amada, y has hecho que con el Rosario se convirtiese en un cantor de su ternura. Acoge su intercesión por nosotros. Mira sobre todo a los pobres, a quienes él amó y ayudó. También a concédenos, por su intercesión, la gracia que necesitamos y haz que nuestra alegría sea plena, conduciendo a Carlo entre los santos de la Iglesia universal, a fin de que su sonrisa siga resplandeciendo para nosotros y para gloria de tu nombre. Amén.

Espíritu Santo, nuestro corazón está dispuesto a seguir a Nuestro Señor Jesucristo, concédenos la belleza de la transparencia y la gracia de vivir, cada momento de nuestra existencia, amándolo de corazón.

Amado Jesús, misericordioso Salvador, muestra tu amor a los agonizantes para que puedan contemplar tu salvación y ten piedad de todos los difuntos de todo tiempo y lugar acogiéndolos en tu morada celestial.

Madre Santísima, elegida desde siempre para ser santa e irreprochable ante el Señor por el amor, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplemos a Nuestro Señor Jesucristo con texto de Siluan, monje ruso:

«Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo estruendoso.

Aunque tuviera el don de profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera una fe como para mover montañas, si no tengo amor, no soy nada. Aunque repartiera todos mis bienes y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me sirve.

El amor es paciente, es servicial, el amor no es envidioso ni busca aparentar, no es orgulloso ni actúa con bajeza, no busca su interés, no se irrita, sino que deja atrás las ofensas y las perdona, nunca se alegra de la injusticia, y siempre se alegra de la verdad. Todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca terminará…

Ahora nos quedan tres cosas: la fe, la esperanza, el amor. Pero la más grande de todas es el amor».

¡El amor todo lo puede! Amemos, que el amor glorifica a Dios.

Oración final

Gracias Señor Jesús porque tu Palabra nos conduce por caminos de paz, amor y santidad.

Espíritu Santo ilumínanos para que la Palabra penetre a lo más profundo de nuestras almas y se convierta en acción.

Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.