VIERNES DE LA OCTAVA DE NAVIDAD – CICLO A

LECTIO DIVINA DEL VIERNES DE LA OCTAVA DE NAVIDAD – CICLO A

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA

«Levántate, toma al niño y a su madre y regresa a Israel; ya han muerto los que atentaban contra la vida del niño». Mt 2,20.

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tus dones para que podamos comprender los tesoros de la sabiduría que Jesús nos quiere revelar en este día.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo 2,13-15.19-23

Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise. Herodes va a buscar al niño para matarlo». José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: «Llamé a mi hijo para que saliera de Egipto». Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre y regresa a Israel; ya han muerto los que atentaban contra la vida del niño». Se levantó, tomó al niño y a su madre y volvió a Israel. Pero, al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Y, avisado en sueños, se retiró a Galilea y se estableció en un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas, que se llamaría Nazareno.

Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

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«La Familia de Nazaret es la escuela donde somos iniciados a comprender la vida de Jesús, es decir, es la escuela del Evangelio» (San Pablo VI).

La Iglesia universal se llena de gozo para celebrar la fiesta de la Sagrada Familia, meditando su huida a Egipto en la noche de la persecución, y su regreso y establecimiento en Nazaret, en el día de la seguridad.

En el texto, la Sagrada Familia es presentada como un modelo extraordinario, único e irrepetible por su composición, y por el significado y trascendencia de su rol en la historia de la salvación. Tiene en su seno al Hijo de Dios, el exiliado más joven de la historia. José nuevamente es el protagonista, ya que fue él quien recibió las instrucciones del ángel para proteger a la Sagrada Familia en su huida a Egipto y también en el regreso.

Así mismo, esta fiesta reafirma con total radicalidad la fuerza del pasaje del Génesis con que se inicia la humanidad: «A imagen de Dios los creó, hombre y mujer los creó» (Gen 1,27).

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite a través de su Palabra?

Jesús se encarnó en una familia que no rehúye las dificultades de la vida: exilio, riesgos, rechazo y persecución. La actitud de María y José expresa el compromiso de la formación de Jesús en todas sus dimensiones; por ello, la Sagrada Familia es la escuela donde empieza a extenderse la vida de Nuestro Señor Jesucristo, es la escuela donde se inicia el conocimiento de su Evangelio.

Por ello, la Sagrada Familia es el más hermoso reflejo del amor santo, del espíritu de servicio, de la comprensión; es un modelo de virtudes humanas con plena disposición a cumplir la voluntad de Dios Padre. Estos fundamentos le otorgan a la familia su carácter sagrado; además, es sostenida por el sacramento del matrimonio que la convierte en la Iglesia doméstica, en una comunidad de fe y amor, en el modelo más sencillo y valioso para la sociedad.

En la actualidad, la familia enfrenta grandes desafíos y nosotros como cristianos estamos llamados a contrarrestar las corrientes ideológicas que fomentan su destrucción al impulsar conductas y formas de unión humanas contrarias a los principios divinos. Levantemos nuestra voz con los argumentos que nos otorga la Palabra y las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo.

En este sentido, también debemos ayudar a promover que la educación sexual que se imparte en las escuelas a los niños y jóvenes no se separe de los valores éticos y de las virtudes. Así mismo, todos estamos llamados a defender con firmeza los ataques contra la vida humana, en cualquier condición o fase de desarrollo en que se encuentre.

Hermanos: a la luz de la Palabra, respondamos: ¿Reconocemos a la Sagrada Familia como ejemplo? ¿Cómo podemos contrarrestar la acción de las ideologías que atentan contra la familia y la vida? Que las respuestas a estas preguntas, con la ayuda del Espíritu Santo, nos ayuden a defender firmemente a la familia cristiana como un reflejo de la luminosidad y alegría de la Sagrada Familia de Nazaret. Confiemos en que su compañía fortalecerá a las familias de toda la humanidad, para que el hogar cristiano sea imitación de ella: una escuela de virtudes, un lugar de encuentro con el Señor, donde los padres sean los primeros educadores en la fe.

¡Jesús, María y José nos aman!

  1. Oración

Oh, Dios, que nos has propuesto a la Sagrada Familia como maravilloso ejemplo, concédenos, con bondad, que, imitando sus virtudes domésticas y su unión en el amor, lleguemos a gozar de los premios eternos en el hogar del cielo.

Padre eterno, mira con amor y misericordia a todas las familias del mundo entero; acompáñalas, guíalas como lo hiciste con la Sagrada Familia, condúcelas por los caminos del amor y la paz.

Amado Jesús, te damos gracias por nuestras familias, por esta comunidad de amor en la que crecemos y nos fortalecemos para llevar a cabo la misión que nos has encomendado.

Espíritu Santo, luz que penetra las almas, enseña a las familias el camino que las conduce a Nuestro Señor Jesucristo y a Dios Padre, y defiéndelas de los ataques que sufren.

Amado Jesús, misericordia pura, tú que estás sentado a la derecha de Dios Padre, alegra con la visión de tu rostro a nuestros hermanos difuntos.

Madre Santísima, Madre de la Divina Gracia, intercede por nuestras oraciones ante la Santísima Trinidad.

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplemos a la Sagrada Familia con un mensaje de San Juan Pablo II:

«Hoy la Iglesia celebra la fiesta de la Sagrada Familia… La liturgia de hoy refiere la invitación que el ángel dirigió dos veces a José: “Levántate, toma contigo al niño ya su madre y huye a Egipto… porque Herodes va a buscar al niño para matarlo” (Mt 2,13); y, después de la muerte de Herodes: “Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y ponte en camino de la tierra de Israel” (Mt 2,20).

En este relato se pueden distinguir dos momentos decisivos para la Sagrada Familia: primero, en Belén, cuando el rey Herodes, quiere matar al Niño, porque ve en él un adversario para el trono; y, en Egipto, cuando pasado el peligro, la Sagrada Familia puede volver del destierro a Nazaret. Observamos, ante todo, la paternal solicitud de Dios —la divina solicitud del Padre por el Hijo encarnado— y, casi como un reflejo, la solicitud humana de José. Junto a él, percibimos la presencia silenciosa y trepidante de María, que en su corazón medita en la solicitud de Dios y en la obediencia diligente de José. A esa solicitud de Dios solemos llamarla divina Providencia; mientras que la solicitud humana se podría definir providencia humana. En virtud de esa providencia, el padre o la madre se esmeran para evitar todo tipo de mal y garantizar todo el bien posible a los hijos y a la familia.

La solicitud de los padres y de las madres debería suscitar en los hijos y en las familias viva gratitud, un sentimiento que constituye también un mandamiento: “Honra”, dice también a los padres: “Trata de merecer esa honra”. Es preciso recordar constantemente la dimensión de la vida familiar, establecida por el cuarto mandamiento del Decálogo. La familia que, por su naturaleza y vocación, es ambiente de vida y amor, a menudo se halla sujeta a dolorosas amenazas de todo tipo. Con la familia y en la familia, se encuentra amenazada también la vida de la persona y también de la sociedad.

Amadísimos hermanos y hermanas, contemplemos a la Sagrada Familia de Nazaret, ejemplo para todas las familias cristianas y humanas. Ella irradia el amor, creando no sólo un elocuente modelo para todas las familias, sino también ofreciendo una garantía de que ese amor puede realizarse en todo el núcleo familiar. En la Sagrada Familia se han de inspirar los novios al prepararse para el matrimonio; y la deben contemplar los esposos al construir su comunidad doméstica. Quiera Dios que en toda casa crezca la fe y reinen el amor, la concordia, la solidaridad, el respeto recíproco y la apertura a la vida.

Que María, Reina de la familia, título con el que podríamos de ahora en adelante invocarla en las letanías lauretanas, ayude a las familias de los creyentes a responder cada vez más fielmente a su vocación a fin de que lleguen a ser auténticas iglesias domésticas».

Hermanos: hagamos el compromiso de defender los principios divinos que sustentan la familia y orar mucho por la unidad y la armonía en todas las familias del mundo a ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret. Que prevalezca el respeto por cada uno de sus integrantes, en especial, por los niños y adultos mayores, respetando la vida en toda su extensión.

¡El amor todo lo puede! Amemos, que el amor glorifica a Dios.

Oración final

Gracias Señor Jesús porque tu Palabra nos conduce por caminos de paz, amor y santidad.

Espíritu Santo ilumínanos para que la Palabra se convierta en acción. Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.