MARTES X DE TIEMPO ORDINARIO – CICLO A

LECTIO DIVINA DEL MARTES X DE TIEMPO ORDINARIO – CICLO A

SAN ANTONIO DE PADUA, PRESBÍTERO Y DOCTOR DE LA IGLESIA

«Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte» Mt 5,14.

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tus dones para que podamos comprender los tesoros de la sabiduría que Jesús nos quiere revelar en este día.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5,13-16

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino para ponerla en el candelero y así alumbre a todos los de casa. Del mismo modo, alumbre la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas obras y den gloria a su Padre que está en el cielo».

Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

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«Hablemos, pues, según nos sugiera el Espíritu Santo, pidiéndole con humildad y devoción que infunda en nosotros su gracia, para que completemos el significado quincuagenario del día de Pentecostés, mediante el perfeccionamiento de nuestros cinco sentidos y la observancia de los diez mandamientos, y para que nos llenemos de la ráfaga de viento de la contrición, de manera que, encendidos e iluminados por los sagrados esplendores, podamos llegar a la contemplación del Dios uno y trino» (San Antonio de Padua).

Hoy celebramos a San Antonio de Padua, doctor de la Iglesia. Nació en Lisboa, Portugal, el 15 de agosto de 1195. Se llamaba Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo; a los 25 años adoptó el nombre de Antonio cuando se hizo franciscano después de ser agustino. Era un gran predicador, poseía una voz clara y fuerte, memoria prodigiosa, un profundo conocimiento, un espíritu de profecía y un extraordinario don de milagros, por eso se le considera un gran taumaturgo. Murió el 13 de junio de 1231. El Papa Gregorio IX lo canonizó a casi un año de su muerte, en Pentecostés, el 30 de mayo de 1232.

Hoy meditamos el texto denominado “Sal y luz: imagen de los discípulos” ubicado luego de las bienaventuranzas, en el marco del Sermón de la Montaña. En este pasaje evangélico, Jesús se dirige a los mismos destinatarios de las bienaventuranzas mediante las breves parábolas de la sal y de la luz, en las que señala claramente que la luz del evangelio y de la fe que se ha recibido con plena libertad, disposición y humildad, debe ser comunicada y compartida. La palabra convertida en acción ilumina y glorifica a Dios, le da sentido a la vida. Por ello, quien vive la sabiduría de las bienaventuranzas se convierte en sal y luz. Esta debe ser la identidad de todo discípulo.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite a través de su Palabra?

«Cristo es la luz del mundo, pues en Él se ha revelado la Vida. Se ha revelado mediante la palabra del Evangelio, pero sobre todo se ha revelado mediante su muerte redentora en la Cruz. Ha ofrecido en sacrificio al Padre su vida en expiación por los pecados del mundo. Y con este sacrificio cruento Él ha vencido el pecado y la muerte. En el Gólgota aceptó la muerte, pero al tercer día resucitó y vive para siempre. Vive para darnos su Vida. De este modo, Cristo es aquella Luz, aquella Vida que ha demostrado ser más fuerte que la muerte. En Él está la Vida divina, que es Luz para los hombres. Cristo, luz del mundo, os está enviando hoy a vosotros hermanos y hermanas, descendientes de los antepasados, os está enviando a vosotros en el camino de la vida. Éste es el camino de verdad, es el camino de siempre y de la nueva evangelización…» (San Juan Pablo II).

«Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero». Uno de los mejores frutos de la lectura orante de la Palabra de Dios es que ella se convierta en luz interior y exterior para las personas que la meditan y la hacen realidad.

Hermanos: todos los dones espirituales y materiales que hemos recibido debemos emplearlos para la gloria de Dios, contribuyendo a la edificación de nuestros semejantes, y no esconderlos como aquel servidor que guardó el talento bajo tierra y no lo invirtió como debía, en la parábola de los talentos, en Lucas 19,11-27 y en Mateo 25,14-30.

En consecuencia, es conveniente que nos preguntemos: ¿Somos conscientes de los talentos que Dios nos ha otorgado para hacer realidad su proyecto de salvación? ¿Utilizamos nuestros dones adecuadamente o los escondemos? Que las respuestas a estas preguntas nos impulsen emplear nuestros dones en favor de las personas con mayores necesidades espirituales y materiales.

¡Jesús, María y José nos aman!

  1. Oración

Dios todopoderoso y eterno, tú que has dado a tu pueblo en la persona de san Antonio de Padua un predicador insigne y un intercesor poderoso, concédenos seguir fielmente los principios de la vida cristiana, para que merezcamos tenerte como protector en todas las adversidades.

Padre eterno, te pedimos envíes tu Santo Espíritu para que los testimonios de los sacerdotes y consagrados sean sal y luz para toda la humanidad.

Amado Jesús, te pedimos que la luz de tus enseñanzas se refleje en nuestra conducta diaria, dejando de lado los miedos que paralizan.

Padre eterno, concede a todos los difuntos, de todo tiempo y lugar, gozar siempre de la compañía de Nuestra Santísima Madre María, de San José y de todos los santos.

Madre Santísima, Madre de la Divina Gracia, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplemos al Creador con un texto de San Francisco de Padua:

«La contemplación no está en poder del contemplativo, sino que depende de la voluntad del Creador, que otorga la dulzura de la contemplación a quien quiere, cuando quiere y como quiere. Hay dos tipos de contemplativos: unos se ocupan de los otros, se entregan a ellos; otros, en cambio, no se ocupan de los otros ni de ellos mismos y se sustraen incluso de las cosas necesarias.

Oh, hermano, cuando sirves al prójimo, entrégate por completo a él; en cambio, cuando te unas a Dios, olvidando todo el pasado, sumérgete en la oración y deja de pensar en los servicios y beneficios que has ofrecido o vas a ofrecer. Los que no se ocupan de los otros ni de sí mismos, aíslen en la mente afectos breves y cortos, recójanse enteramente en sí mismos, de suerte que la mente, atenta a una sola cosa, pueda levantar el vuelo con mayor facilidad y fijar los ojos en el áureo fulgor del sol, sin quedar deslumbrada».

Queridos hermanos: pidamos diariamente la intervención del Espíritu Santo para que nos conceda la gracia de reconocer los dones que Dios nos ha confiado y emplearlos de acuerdo con las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo.

¡El amor todo lo puede! Amemos, que el amor glorifica a Dios.

Oración final

Gracias Señor Jesús porque tu Palabra nos conduce por caminos de paz, amor y santidad.

Espíritu Santo ilumínanos para que la Palabra se convierta en acción. Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.