LECTIO DIVINA DEL MARTES DE LA SEMANA X DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO B

SAN BERNABÉ APÓSTOL

«Lo que han recibido gratis, denlo gratis». Mt 10,8.

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tus dones para que podamos comprender los tesoros de la sabiduría que Jesús nos quiere revelar en este día.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo 10,7-13

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: «Vayan y proclamen que el reino de los cielos está cerca. Curen enfermos, resuciten muertos, purifiquen leprosos, expulsen demonios. Lo que han recibido gratis, denlo gratis. No lleven en la faja oro, plata, ni calderilla, ni tampoco alforja para el camino, ni túnica de repuesto, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero merece su sustento. Cuando entren en un pueblo o aldea, averigüen quién hay allí de confianza y quédense en su casa hasta que se vayan. Al entrar en la casa, saluden; si la casa se lo merece, la paz que le vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a ustedes».

Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

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«”Bernabé”, que significa “hijo de la exhortación” (Hch 4,36) o “hijo del consuelo”, es el sobrenombre de un judío levita oriundo de Chipre. Habiéndose establecido en Jerusalén, fue uno de los primeros en abrazar el cristianismo, tras la resurrección del Señor. Con gran generosidad vendió un campo de su propiedad y entregó el dinero a los Apóstoles para las necesidades de la Iglesia (cf. Hch 4,37). Se hizo garante de la conversión de Saulo ante la comunidad cristiana de Jerusalén, que todavía desconfiaba de su antiguo perseguidor (cf. Hch 9,27). Enviado a Antioquía de Siria, fue a buscar a Pablo, en Tarso, donde se había retirado, y con él pasó un año entero, dedicándose a la evangelización de esa importante ciudad, en cuya Iglesia Bernabé era conocido como profeta y doctor» (Papa emérito Benedicto XVI).

Hoy celebramos a san Bernabé, apóstol y mártir. Su verdadero nombre era José, pero se le apodaba Bernabé, que significa “hijo de la consolación”. No era uno de los doce, pero se le llama apóstol porque cumplió un rol decisivo en la difusión del Evangelio. Acompañó a Pablo en algunas misiones y se caracterizó por la perseverancia en su apostolado. Murió mártir entre los años 60 y 61 y se le atribuye haber sido el primer obispo de Milán.

El texto de hoy pertenece al segundo discurso de Jesús en el evangelio de Mateo, ubicado en el capítulo 10, denominado “Discurso misionero de Jesús o discurso de la misión de los apóstoles”.

En el pasaje de hoy, Jesús señala claramente la misión de sus discípulos, así como las actitudes y las características para perseverar en la gracia de Dios cuando anuncien su Palabra. Jesús ordena a sus discípulos que quiten todas las impurezas del cuerpo y del alma de las personas, y que todo lo hagan gratuitamente, porque esos dones los han recibido gratis. Así mismo, deben ser portadores y dadores de la paz del Señor, renunciar a los bienes materiales, vestirse como Jesucristo y aceptar la hospitalidad.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

El poder, las gracias y el amor de Nuestro Señor Jesucristo se transmite íntegramente a sus discípulos, quienes empiezan a ser semejantes a Jesús, adquiriendo, en su humanidad, la gratuidad de los dones divinos. Estas gracias se extienden en la actualidad a todos los discípulos del Señor, según la voluntad del Espíritu Santo. Por ello, todos los dones que hemos recibido de Dios, debemos ejercitarlos y brindarlos gratuitamente a nuestros hermanos, en el Nombre de Dios. Es un llamado a la gratuidad del método misionero que siguió Nuestro Señor Jesucristo y que nos recomienda seguir a todos.

Un detalle importante en el texto de hoy es la frase en la que Jesús dice: «curen enfermos, purifiquen leprosos»; esta expresión aplicada a nuestros tiempos está referida a acoger y curar las heridas espirituales y corporales de las personas excluidas y marginadas de nuestras sociedades. Porque lo que hemos recibido gratis, debemos darlo gratis.

Hermanos, meditando el pasaje evangélico, respondamos: ¿Cómo aplico las instrucciones de Jesús en nuestro seguimiento a Dios? ¿Desplegamos gratuitamente los dones que Dios nos ha dado? Que las respuestas a estas preguntas nos ayuden a seguir a Jesús con una mayor fe y pureza, comprendiendo plenamente que el verdadero discípulo es aquel que goza con dar sin esperar nada a cambio.

¡Jesús, María y José nos aman!

  1. Oración

Oh, Dios, que mandaste que san Bernabé, lleno de fe y de Espíritu Santo, fuera escogido para la conversión de las naciones; concédenos que el Evangelio de Cristo , que predicó con valentía, sea fielmente anunciado de palabra y de obra.

Santísima Trinidad: fortalece a los sacerdotes, consagrados y consagradas para que sean fieles a tu llamado a proclamar la Palabra y a acercar a todas las personas a tu amor misericordioso.

Amado Jesús, tú que has traído tu reino a nosotros, intercede ante Dios Padre para que seamos fortalecidos con el Espíritu Santo, para glorificarte en todas las circunstancias de nuestras vidas. Aquí estamos, amado Jesús, envíanos.

Padre eterno, concede a todos los difuntos, de todo tiempo y lugar, gozar siempre de la compañía de Nuestra Santísima Madre María, de San José y de todos los santos.

Madre Santísima, esposa del Espíritu Santo, Madre de la Divina Gracia, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplemos a Nuestro Señor Jesucristo con una parte de la Carta de Bernabé:

«Como quiera, pues, que estoy convencido y siento íntimamente que, habiéndoos dirigido muchas veces mi palabra, sé que anduvo conmigo el Señor en el camino de la justicia, y me veo también yo forzado a amaros más que a mi propia vida, pues grande es la fe y la caridad que habita en vosotros “por la esperanza de su vida”. Considerando, digo, que de tomarme yo algún cuidado sobre vosotros para comunicaros alguna parte de lo mismo que yo he recibido, no ha de faltarme la recompensa por el servicio prestado a espíritus como los vuestros, por ello, me he apresurado a escribiros brevemente, a fin de que, juntamente con vuestra fe, tengáis perfecto conocimiento.

Ahora bien, tres son los decretos del Señor: la esperanza de la vida, que es principio y fin del juicio; el amor de la alegría y regocijo, que son el testimonio de las obras de la justicia. En efecto, el Dueño, por medio de sus profetas, nos dio a conocer lo pasado y lo presente y nos anticipó las primicias del goce de lo por venir. Y pues vemos que una tras otra se cumplen las cosas como él les dijo, deber nuestro es adelantar, con más generoso y levantado espíritu, en su temor».

Queridos hermanos: meditemos las instrucciones que Jesús dio a sus discípulos y pidamos al Espíritu Santo que nos ayude a discernir sobre cómo servir a Nuestro Dios, empleando los dones que Él nos ha otorgado gratuitamente.

¡El amor todo lo puede! Amemos, que el amor glorifica a Dios.

Oración final

Gracias Señor Jesús porque tu Palabra nos conduce por caminos de paz, amor y santidad.

Espíritu Santo ilumínanos para que la Palabra se convierta en acción. Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.

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