LECTIO DIVINA DEL VIERNES DE LA SEMANA X DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO B

«Si tu mano derecha te hace caer en pecado, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro, que ir a parar entero al infierno» Mt 5,30.

Oración inicial

Santo Espíritu de Dios, Amor del Padre y del Hijo, ilumínanos con tus dones para que podamos comprender los tesoros de la sabiduría que Jesús nos quiere revelar en este día.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

  1. Lectura

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5,27-32

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Ustedes han oído que se dijo: “No cometerás adulterio”. Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola ya ha cometido adulterio con ella en su corazón. Si tu ojo derecho te hace caer en pecado, córtatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el infierno. Si tu mano derecha te hace caer en pecado, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro, que ir a parar entero al infierno. Está mandado: “El que se divorcia de su mujer, que le dé acta de divorcio”. Pero yo les digo: El que se divorcie de su mujer, salvo en caso de unión ilegítima, la expone al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio».

Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

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«¿Dónde voy a encontrar la fuerza para describir de manera satisfactoria la felicidad de un matrimonio cristiano? La Iglesia confirma el contrato, la ofrenda eucarística lo sella con la bendición, los ángeles lo proclaman y el Padre celestial lo ratifica. ¡Qué dulce y santa alianza aquella en la que los dos son cristianos, unidos por una sola esperanza, un solo deseo, una sola disciplina y el mismo servicio¡ Los dos son hijos de un mismo Padre, servidores de un mismo Señor… son ciertamente dos en una sola carne (Mt 19,5). Allí donde la carne es una, uno también es el espíritu. Juntos oran, juntos se postran, juntos observan a los jóvenes; se instruyen mutuamente, se exhortan mutuamente, se dan ánimos mutuamente» (Tertuliano).

La lectura de hoy forma parte del Sermón de la Montaña; específicamente, integra el texto denominado “Jesús y la Ley” ubicado entre los versículos 17 y 48 del capítulo 5.

En el pasaje de hoy Jesús habla sobre el adulterio y el divorcio. Se refiere claramente a la fidelidad que debe existir en el matrimonio y lo hace con claridad y exigencia; señala que, tanto el hombre como la mujer, deben mantener una fidelidad mutua, inclusive hasta en el pensamiento.

Es un mensaje actual para un mundo en el que las relaciones son frágiles y el divorcio se está generalizando.

  1. Meditación

Queridos hermanos: ¿cuál es el mensaje que Jesús nos transmite el día de hoy a través de su Palabra?

«Entre ellos, resuenan salmos e himnos; se provocan mutuamente para saber quién entona el mejor canto a su Señor. Cristo se alegra de esta vista en este concierto. Les envía su paz. Allí donde dos están reunidos, él también está presente (Mt 18,20). Allí donde él está presente, el malvado no tiene lugar» (Tertuliano)

La lectura de hoy trata sobre la exigencia de la fidelidad mutua en el matrimonio y tiene como objetivo central acercarnos a la perfección del amor que Jesús menciona en Mateo 5,48: «Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial», lo cual es válido para todos los mandamientos.

La total honestidad y transparencia es fundamental en el matrimonio; especialmente, en un mundo alejado de Dios, que tergiversa los fundamentos de la familia cristiana, contaminándola con la promoción de uniones matrimoniales pasajeras, contrarias a la ley divina y naturaleza humana. Así mismo, el ataque a la familia se produce a través de diversos mecanismos que han puesto en funcionamiento quienes promueven la ideología de género.

Hermanos, meditando el pasaje evangélico, respondamos: ¿Podemos vivir con honestidad nuestra relación matrimonial? ¿Somos conscientes de los ataques que sufre la familia cristiana y qué hacemos para defenderla? Que las respuestas a estas preguntas nos ayuden a vivir en sintonía con los mandamientos del Señor, buscando siempre la pureza del corazón y venciendo las tendencias egoístas que van contra la familia y que nos separan de Dios.

¡Jesús, María y José nos aman!

  1. Oración

Amado Jesús, te pedimos por todas las parejas que han decidido unirse en matrimonio para que puedan perseverar en el amor, siendo fieles a tus mandamientos. Tú que estás presente en medio de todos, concédeles a los esposos la oportunidad de ser misericordiosos en sus familias.

Santísima Trinidad: Tú que defiendes la grandeza y dignidad divina de la familia, fortalece con tu amor, dones y misericordia a todas las familias cristianas que son objeto de ataques por parte del mundo.

San José, modelo ejemplar de padre, intercede ante la Santísima Trinidad para que nuestros esfuerzos de mejora y perfección en nuestras familias sean potenciados por el Espíritu Santo.

Madre Santísima, esposa del Espíritu Santo, Madre de la Divina Gracia, intercede ante la Santísima Trinidad por nuestras peticiones. Amén.

  1. Contemplación y acción

Hermanos: contemplemos la acción del Espíritu Santo en la familia con un escrito de Raniero Cantalamessa:

«Siendo el sacramento del don, el matrimonio es, por su naturaleza, un sacramento abierto a la acción del Espíritu Santo. Pero ¿cómo santifica el Espíritu Santo al matrimonio? No desde fuera, sino desde dentro, en su núcleo profundo… Es la presencia santificante del Espíritu Santo lo que hace de él un sacramento. El Espíritu, que en toda pareja de esposos actúa como “Espíritu creador” a través del deseo del otro, en el matrimonio humano actúa también como “Espíritu redentor”, o de la gracia, que se expresa en el don generoso de sí, a imitación del don recíproco de Cristo y de su Iglesia.

De este modo, el Espíritu Santo penetra y santifica no solamente la “celebración”, o rito de la boda, sino su realidad vivida. No está presente solo en el momento de contraer nupcias, sino en cada instante y en cada gesto de donación mutua».

Hermanos: hagamos el compromiso de defender los fundamentos cristianos de la familia que es atacada por ideologías contrarias al amor de Dios. Recemos el Santo Rosario y acudamos a la Santa Eucaristía, en familia, para glorificar a Dios por su infinito amor.

¡El amor todo lo puede! Amemos, que el amor glorifica a Dios.

Oración final

Gracias Señor Jesús porque tu Palabra nos conduce por caminos de paz, amor y santidad.

Espíritu Santo ilumínanos para que la Palabra se convierta en acción. Dios glorioso, escucha nuestra oración, bendito seas por los siglos de los siglos.

Madre Santísima intercede ante la Santísima Trinidad por nuestra petición. Amén.

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