«Dichosa tú que has creído porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá» Lc 1,45.

«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo» Lc 1,30-32.

«No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de gozo y alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande ante el Señor» Lc 1,13-14.

«Miren, la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios con nosotros”» (Mt 1,23 y en Is. 7,14).

«Así, desde Abrahán a David fueron en total catorce generaciones; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce generaciones» Mt 1,17.

«El testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar; esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado» Jn 5,36.

«Él es de quien está escrito: “Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino”» Lc 7,27.

«Vayan y anuncien a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Y dichoso aquel que no se escandalice de mí» Lc 7,22-23.

Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando estés en tu Reino». Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso» Lc 23,43.

«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador» Lc 1,46-47.