«Mujer, qué grande es tu fe; que se cumpla lo que deseas» Mt 15,28.

«Ánimo, soy yo, no tengan miedo». Mt 14,27.

«Comieron todos hasta saciarse y recogieron doce canastos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños» Mt 14,21.

«Miren: guárdense de toda codicia. Que por más rico que uno sea, la vida no depende de los bienes» Lc 12,15.

«Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados» Lc 1,76-77.

«Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?» Jn 11,25-26.

«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador» Lc 1,46-47.

«El reino de los cielos se parece también a un comerciante que busca perlas finas y al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra» Mt 13,46.

«Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos que oiga» Mt 13,43.

«El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos» Mt 20,28.